_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Qué hacer?

Me hallaba comiendo en dos restaurantes distintos, con dos personas diferentes, pero el mismo día y a la misma hora

Mesas a ras de suelo en un restaurante japonés de Madrid.
Mesas a ras de suelo en un restaurante japonés de Madrid.
Juan José Millás

Estaba comiendo con un amigo en un restaurante japonés cuando me manché la camisa con una gota de salsa de soja, de modo que bajé al baño para limpiármela antes de que se secara, y al subir aparecí en otro restaurante, asturiano ahora, donde me esperaba un colega con el que por lo visto también había quedado. Me hallaba comiendo, en fin, en dos restaurantes distintos, con dos personas diferentes, pero el mismo día y a la misma hora. Por alguna anomalía inexplicable, aquellas dos dimensiones paralelas de la realidad se habían cruzado provocando una situación insólita. Le conté la experiencia a mi amigo como si me la hubiera imaginado, para no dar la impresión de que me había vuelto loco, y dijo que eso de estar en dos sitios a la vez era normal en el mundo subatómico.

Zanjada la cuestión, continuamos hablando de nuestras vidas, aunque yo no dejaba de darle vueltas al asunto. En el segundo plato, cuando ya habíamos dado cuenta de una botella de vino, mi amigo preguntó con quién estaba comiendo en el restaurante japonés. Le dije que con Paco, al que también él conocía. “Anda un poco deprimido”, añadí, “por problemas económicos y de salud”. “De Paco”, me advirtió entonces mi amigo, “no hay que fiarse, se queja de todo y es un sablista; me debe dinero desde hace dos años. Cuídate de él”.

Me pareció mal que hablara así de un amigo común. Pedimos otra botella de vino y, cuanto más bebía, más agresivo se ponía. La agresividad me da náuseas, de modo que me disculpé y bajé al baño para vomitar. Al subir, volví a encontrarme en el restaurante japonés, donde continué comiendo con Paco, que es un tipo triste, de acuerdo, pero buena persona. Invité yo, porque sé que no le va bien con la tienda de marroquinería que heredó de su padre. Lo que no esperaba es que me pidiera un préstamo. Le dije que sí, ¿qué iba a hacer?

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_