Cargos públicos y honradez
Las personas que tenemos una edad nos acordamos cómo un periodista deportivo repetía machaconamente que los cargos públicos están “para servir y no para servirse”.
Esto viene a colación por cómo se han saltado algunos y algunas los protocolos y se han vacunado contra la covid-19 mucho antes de que les correspondiese. Es indignante cómo se han aprovechado de sus puestos para saltarse la lista de espera. Algunos han dimitido a regañadientes, pero “con la conciencia muy tranquila”, según sus propias palabras. Desde estas líneas propongo que se les inhabilite para ocupar cargos públicos porque han demostrado no estar a la altura de las circunstancias y tener una catadura moral a la altura del barro. Hagan caso al refranero: “La mujer del césar no solo tiene que ser honrada, sino también parecerlo”.
José Manuel Mingo Jiménez. Bilbao
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