Analfabetos felices
Cada vez más padres exigen que sus hijos sean, ante todo, felices. Fuera deberes y conceptos a memorizar, que cada uno aprenda a su ritmo y sin ningún tipo de presión. Con ello esperan construir “un mundo feliz”. Supongo que el de Aldous Huxley. La generación de nuestros abuelos pidió a sus hijos que estudiasen y se formasen para la vida; hoy pedimos que se les allane el camino a los nuestros. Nada de prepararles como requiere el mundo actual. Analfabetos, pero alegres. Luego desconfían de las vacunas o queman antenas 5G.
José Manuel Fernández, Bullas (Murcia)
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