El alma yanqui
Antes de la pandemia, el norteamericano se disculpaba personalmente por la forma de ser, el carácter, del inquilino de la Casa Blanca. Sin embargo, interiormente reflexionaba, la economía va bien y el desempleo en cifras bajas. No está mal. Aunque ha desmantelado la diplomacia estadounidense, el norteamericano medio parece que valora la bravuconería. Llegó el virus y todo se desmoronó. La manera de reaccionar fue mentir, politizar, descalificar a sus científicos y muertos, muchísimos muertos. Si finalmente gana Trump, serán cuatro años en asteroides sin límites y la posibilidad de seguir nominando y nombrando jueces federales a mansalva, y seguro, otro u otros jueces del Tribunal Supremo, con lo que tiene asegurada la extensión inmensa de su legado. Trataría de romper la tradición presidencial y presentarse a un tercer mandato. Podría ganarlo. Después de Trump, el diluvio.
Luis Peraza Parga. Bellaire (Texas)
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.