Pedo oral
Cuando uno se eleva por encima de sus posibilidades sintácticas cae en la dolencia conocida como ‘flatus vocis’, expresión latina que quiere decir algo así como “ventosidad de la voz”


Si bien los exégetas no han logrado descifrar el significado de las palabras de Ayuso respecto a la posición de Madrid dentro de España, pronunciadas durante la ceremonia del deshielo, los ciudadanos hemos comprendido que estamos solos frente al virus y sus repercusiones socioeconómicas. Las primeras imágenes que vimos por la tele al día siguiente del bodrio teatral ofrecido por las autoridades fueron las de la policía controlando los movimientos de los ciudadanos del sur de Madrid que se dirigían a trabajar a los distritos del Norte. Lo razonable habría sido que los telediarios nos mostraran a los nuevos equipos sanitarios entrando vigorosamente en los ambulatorios de la zona. Pero no había nuevos sanitarios. Esto de colocar fuerzas del orden donde no se es capaz de ofrecer atención clínica es muy de regímenes dictatoriales como aquellos a los que aludía la presidenta de Madrid cuando se refería al mando único establecido en los comienzos de la pandemia. El objetivo es que los contribuyentes tengan más miedo a los uniformados que al virus.De hecho, ya se les ha avisado sutilmente de que cesen en sus manifestaciones, solo legítimas cuando se producen en Núñez de Balboa. Queda prohibido el activismo en los barrios obreros.
En el momento de escribir estas líneas todavía hay estudiosos descomponiendo las frases de Ayuso (“Madrid es España dentro de España, etcétera”) como si al analizarlas por piezas fueran a hallar una explicación que el conjunto oculta. No encontrarán nada, excepto la confirmación de que cuando uno se eleva por encima de sus posibilidades sintácticas cae en la dolencia conocida como flatus vocis, expresión latina que quiere decir algo así como “ventosidad de la voz”. En definitiva, un pedo oral.
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