_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Bankijote’

Como en las andanzas de Don Quijote, allá donde los demás veíamos en Bankia una venta (arregladita), nuestros hidalgos de izquierdas vislumbraban un castillo en el que cumplir todas sus fantasías de progreso nacional

Víctor Lapuente
Oficinas de Bankia y La Caixa en la calle Reyes Católicos, Sevilla.
Oficinas de Bankia y La Caixa en la calle Reyes Católicos, Sevilla.PACO PUENTES

En mi primera clase en la universidad, el profesor nos dijo que los cuatro grandes misterios de la humanidad son: quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos, y quién es el dueño de La Caixa. Esta incógnita universal ha adquirido dimensiones cósmicas tras la fusión con Bankia. La mastodóntica entidad integrará en su seno 18 ex cajas de ahorro, con sus más de 50.000 trabajadores y 6.000 sucursales.

Antes de echar a andar, el nuevo banco asusta a izquierdas y derechas. Muchos liberales temen que sea “demasiado grande para quebrar”. Y muchos progresistas se sienten decepcionados porque la nacionalizada Bankia no podrá ejercer ese mítico papel de “gran banco público”: una apoteósica máquina con capilaridad en todo el territorio nacional y capacidad financiera para regar el crecimiento de un nuevo tejido industrial —tecnológico, verde, igualitario, sostenible y orgánico— con el que España dará carpetazo a un modelo económico basado en el ladrillo, el turismo y la hortaliza (no ecológica). Como en las andanzas de Don Quijote, allá donde los demás veíamos en Bankia una venta (arregladita), nuestros hidalgos de izquierdas vislumbraban un castillo en el que cumplir todas sus fantasías de progreso nacional.

Olvidaban que, en general, las experiencias de bancos públicos no son muy prometedoras. Los Estados pueden y deben actuar para fomentar el emprendimiento y la industria, pero elegir de antemano los sectores (y los empresarios) concretos no sólo es ineficiente, sino contraproducente.

En España tenemos un problema añadido: confundimos público con político. Nuestra manera de medir lo pública que es una institución es contar el número de asientos del consejo de administración que están ocupados por personas designadas por los partidos. Unos, ilusos, creen que es la mejor manera de hacer que una organización, como una caja de ahorros, genere valor público. Otros, cínicos, saben que es la fórmula para colocar a los simpatizantes del partido y engrasar el apoyo de intereses económicos locales.

Como documentan los economistas Lourdes Torres, Vicente Pina y Patricia Bachiller, cuanto mayor es el porcentaje de políticos en el consejo de administración de una caja de ahorros, peor funciona esta. Porque los políticos presionan para que se financien proyectos que den votos para el partido, no resultados para la comunidad. @VictorLapuente

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_