_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Valores o intereses

¿O acaso la fórmula debería ser ‘valores e intereses’?

Xavier Vidal-Folch
Giuseppe Conte, primer ministro italiano; Kyriakos Mitsotakis, primer ministro griego; Angela Merkel, canciller alemana; Emmanuel Macron, presidente francés; el primer ministro portugués Antonio Costa; y Pedro Sánchez, presidente español, durante una de las reuniones que han mantenido el pasado 20 de julio en Bruselas.
Giuseppe Conte, primer ministro italiano; Kyriakos Mitsotakis, primer ministro griego; Angela Merkel, canciller alemana; Emmanuel Macron, presidente francés; el primer ministro portugués Antonio Costa; y Pedro Sánchez, presidente español, durante una de las reuniones que han mantenido el pasado 20 de julio en Bruselas.Twitter de Kyriakos Mitsotakis.

Cuando aumenta la apuesta económica común de Europa (el plan de recuperación con eurobonos), crece la necesidad de su control democrático (Parlamento de Estrasburgo), y resurge el antiguo debate sobre la tensión entre los valores y los intereses: para todas las políticas, incluida en primer término la política exterior y de seguridad.

La progresiva transferencia del control democrático al nivel supranacional y el vigor del debate sobre los principios es hoy —junto al modelo social—, exclusiva seña de identidad europea, que la distingue de las propuestas iliberales occidentales (anglosajonas) y del modelo del capitalismo asiático (incluida su variante rusa). Los polos en liza son, en versión caricatura, el utopismo inoperante de las aspiraciones desprovistas de carnadura real y el arrastre en el fango inmediatista de lo inevitable. Y se plasman en opciones duales: poder blando frente a duro; diplomacia contra milicia; potencia normativa versus capacidad coercitiva; multilateralismo de alianzas contra imposición unilateral.

El retorno de este debate ha tenido estos días expresión feliz y feraz en sendos artículos para este diario del periodista Andrea Rizzi (Europa ante el espejo de Putin, el sábado); el historiador Orlando Figes (Volver a pensar el espíritu europeo, el domingo) y el economista Federico Steinberg (La UE en la geopolítica pospandemia, anteayer). Añadámosles una hipótesis sobre la especificidad del viejo continente en este dilema.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Mientras en EE UU los valores han primado en el progresismo; los intereses, en el conservadurismo. Este no ha dudado en utilizar el principio democrático, como coartada en favor del interés inmediatista y en modo doble vara de medir: lo que escandaliza de Cuba se aplaude a China.

En cambio, en Europa, valores e intereses son patrimonio (más) compartido. El arbitraje, la ponderación, el afán de perseguir a un tiempo valores e intereses en distintos grados lo es también de la derecha democrática. Angela Merkel patrocinó la acogida de la ola migratoria de 2015 desde el humanitarismo y la necesidad de mano de obra cualificada; su reciente respuesta económica a la recesión pandémica aunó solidaridad e instinto de supervivencia; la presión diplomática (y amenaza de sanciones a Putin por el acoso al opositor Alexéi Navalni) no obliga a deshacer un gasoducto de interés estratégico para la población (y triste provecho privado de un excanciller). Valores o intereses. ¿O acaso la fórmula debería ser valores e intereses?



Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_