Distancia de buena convivencia
Cuando hayamos superado la pandemia, una de las obligaciones que deberían mantenerse es la de respetar la distancia de dos metros en las playas. Es necesario desterrar para siempre las costumbres de clavar la sombrilla a una cuarta del hombro vecino, cegar al prójimo adjunto sacudiendo de arena la toalla como el que extiende un capote, plantar el transistor más cerca de la oreja ajena que de la propia o sentar al pequeñín de la casa, pala y cubo incluidos, en terreno de familia desconocida.
Enrique Chicote Serna. Arganda del Rey (Madrid)
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