Éxito europeo y trayecto pendiente
Para aquellos que no somos nacionalistas, la Unión Europea siempre ha representado la esperanza de la convivencia y construcción de unas instituciones más allá de los Estados nación. El acuerdo conseguido estos días para reflotar la economía de la Unión tras la crisis de la covid debe ser entendido como un éxito para los europeístas. Pese a ello, ha dejado claro que la integración política debe seguir avanzando, sobre todo en un aspecto clave: el poder de veto de los Estados. No se puede avanzar hacia una estructura política democrática si no se abandona la visión estatal que estos vetos suponen. Decisiones y pactos como el que hemos vivido deberían ir recayendo ya en otra institución europea que debe ganar peso si queremos superar el corsé de los Estados nación: el Parlamento Europeo.
Javier Jiménez Montes. Barcelona
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