_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La ciudad del cuarto de hora

En el espejismo de las calles sin coches, del aire sin humo y del sonido de los pájaros hemos llegado a pensar que en la ciudad otra vida es posible

Cristina Manzano
Varios ciclistas usan el carril bici del Paseo Sant Joan (Barcelona).
Varios ciclistas usan el carril bici del Paseo Sant Joan (Barcelona).Albert Garcia

Muchos hemos entablado una nueva relación con el tiempo y con el espacio durante el confinamiento. En el espejismo de las calles sin coches, del aire sin humo y del sonido de los pájaros hemos llegado a pensar que en la ciudad otra vida es posible. Han pasado apenas unos días y esa sensación comienza a quedar ya lejos, pero incluso antes de todo esto hubo gente que imaginó cómo volver a humanizar un entorno urbano cada vez más hostil.

Uno de ellos es Carlos Moreno, profesor e investigador franco-colombiano, precursor de las ideas del crono-urbanismo y de “la ciudad del cuarto de hora”. Su propuesta es reconfigurar los barrios de modo que cada persona tenga los servicios primordiales —educación, trabajo, sanidad, ocio…— a no más de 15 minutos de su casa. Se trata de poder ir a la mayoría de los sitios habituales a pie o en bicicleta, de revitalizar el comercio de proximidad, de disfrutar más y mejor de los espacios públicos, de facilitar una nueva relación entre vecinos, de reducir el número de automóviles… “No es una transformación instantánea, es una ambición, una hoja de ruta, un camino. Es un viaje para encarnar los lugares, encontrar a la humanidad al final de la calle, dotar de corazón al corazón de la ciudad”, afirma Moreno.

Pero para que este tipo de ideas prosperen hay que convertirlas en políticas públicas y eso es lo que pretende hacer en París la recién reelegida alcaldesa, Anne Hidalgo, que incluyó la ciudad del cuarto de hora en su programa electoral. Su ambición es haber convertido París en la primera gran ciudad del mundo (casi) sin coches al final de su segundo mandato. Como anticipo, durante la pandemia Hidalgo ha prohibido prácticamente todo el tráfico de vehículos de motor en la Rue de Rivoli y ha proyectado 50 kilómetros adicionales de vías ciclistas.

Su apuesta verde la ha llevado a revalidar la alcaldía en unas elecciones municipales en las que los ecologistas a lo largo del país han obtenido una victoria sin precedentes.

Muchas otras ciudades llevan años con diversas fórmulas para acabar con el imperio del coche: Ámsterdam, Copenhague, Ottawa —que introdujo recientemente la ciudad de 15 minutos—, Pontevedra, Nagoya. Pero ninguna del tamaño de la capital francesa. En Barcelona y Vitoria se está experimentado con las “supermanzanas”, para desviar el tráfico a vías principales y devolver las calles “interiores” a los vecinos. Madrid está estudiando también esta idea.

Ahora o ¿cuándo? La ONU calcula que el 68% de la población mundial vivirá en ciudades para 2050. Hay que aprovechar estos momentos propiciados por la crisis antes de volver a sucumbir en la inevitabilidad de las inercias. Como han demostrado los votantes franceses, el deseo de cambio de la ciudadanía está ahí.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_