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Columna
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¿Suecia o Portugal?

Si buscamos enseñanzas contra la covid-19, empecemos por nuestro país vecino antes de viajar al Norte: datos y tiempos

Jorge Galindo
Un hombre con mascarilla sale de una librería en Lisboa.
Un hombre con mascarilla sale de una librería en Lisboa.Pedro Fiuza/ZUMA Wire/dpa (Europa Press)

Suecia: un país sin cuarentena, pero también sin colapso del sistema hospitalario (por ahora). ¿Por qué? ¿En qué nos hemos equivocado nosotros para no estar así? Preguntas así van a acompañarnos durante toda la desescalada. Son necesarias: es mediante la comparación entre países que podemos aprender qué podemos hacer mejor para luchar contra la pandemia. Pero hay que hacerlas de manera metódica para que nos informen correctamente, en lugar de confirmar nuestras preconcepciones.

Cuando comparemos un resultado determinado de la epidemia entre dos países, tratando de averiguar qué lo ha producido, deberíamos intentar en la medida de lo posible que todos los factores que puedan explicar la variación sean idénticos entre ambos. No hay dos países iguales, es cierto, pero podemos conseguir aproximaciones razonables.

Sigamos con el caso sueco: un país menos poblado, menos denso, con menor contacto físico en la interacción social que España, probablemente también con ancianos teniendo menos relación cotidiana entre ellos y con personas de otras generaciones. Donde además, y esto es crucial ante una epidemia, las medidas (a pesar de ser más leves) se tomaron antes que en España. Nosotros esperamos a confirmar 8.000 casos para decretar una cuarentena, pero con menos de 800 en Suecia ya estaban aconsejando distancia social y prohibiendo eventos masivos.

Así que lo justo es comparar a Suecia con países con características estructurales similares, donde las medidas tampoco se tomaron con particular retraso, pero sí fueron más duras. Dinamarca y Noruega, por ejemplo. Ambos decretaron confinamientos en la segunda mitad de marzo, con entre 1.000 y 2.000 casos confirmados. Y en ambos la curva de fallecimientos ha crecido menos que en Suecia. Así que la enseñanza escandinava no parece ser que las cuarentenas no salvan vidas.

Una cuarentena general, completa, es el último recurso cuando no quedan otros disponibles para detener al virus. Idealmente no deberíamos volver a necesitarla. Y si buscamos enseñanzas en nuestro entorno para evitarla, no tenemos que mirar tan lejos. Comparémonos con Portugal, país vecino y similar. Impuso medidas con menos casos, recogiendo, además, mejores datos (estimo que España registra de un 2% a un 4% de los casos reales, y Portugal, hasta un 17%). Empecemos por ahí, antes de viajar al Norte: datos y tiempos. @jorgegalindo

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Sobre la firma

Jorge Galindo
Es analista colaborador en EL PAÍS, doctor en sociología por la Universidad de Ginebra con un doble master en Políticas Públicas por la Central European University y la Erasmus University de Rotterdam. Es coautor de los libros ‘El muro invisible’ (2017) y ‘La urna rota’ (2014), y forma parte de EsadeEcPol (Esade Center for Economic Policy).

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