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Al menos 15 homicidios y urnas quemadas: la violencia no perdona la jornada electoral

La violencia ha sido uno de los grandes agujeros negros de la campaña, en un país en el que más de la mitad de la población considera inseguro vivir donde vive

Un policía trabaja junto a una casilla electoral, luego de que una mujer recibiera un disparo, en Tijuana (Estado de Baja California), este domingo.
Un policía trabaja junto a una casilla electoral, luego de que una mujer recibiera un disparo, en Tijuana (Estado de Baja California), este domingo.Omar Martínez Noyola (Cuartoscuro)
Alejandro Santos Cid

Israel Delgado Vega no llegó vivo por horas al día en que se jugaba el cargo de síndico en Cuitzeo, su pueblo, una comunidad rural en la frontera de Michoacán y Guanajuato: tierra castigada por el crimen organizado, como tantas otras en México. Dos hombres a bordo de una moto con fusiles lo enviaron a la morgue mientras hablaba con sus vecinos a la puerta de su casa, durante la noche del sábado al domingo. Cuando amaneció, por todo el país abrieron los colegios electorales, se prepararon las urnas, la gente hizo colas para ejercer su derecho y un 59,9% de los mexicanos, según el conteo rápido del INE, confió su voto a Claudia Sheinbaum, la candidata de Morena, como sucesora de Andrés Manuel López Obrador: la primera presidenta de México. Delgado Vega no pudo saborear el día histórico.

Con la apertura de las urnas inició también una jornada que dejó al menos 15 homicidios, sin contar a Delgado Vega. Dos miembros de Movimiento Ciudadano murieron en un enfrentamiento a tiros con seguidores del PRI en el Estado de México, según el partido naranja. Lo mismo ocurrió entre simpatizantes de Morena y el Partido del Trabajo en Rincón Chamula San Pedro, en el castigado Estado de Chiapas, donde una pelea en una casilla electoral durante el conteo se saldó con dos muertos, entre ellos un adolescente, y cinco heridos. Dos ciudadanos fueron acribillados cuando acudían a votar en dos municipios de Puebla. Otros cuatro civiles fueron asesinados en Tabasco, de acuerdo con Milenio. Durante la noche del domingo, alguien arrojó los cuerpos desmembrados de dos personas dentro de bolsas de plástico desde un vehículo en movimiento en Acapulco. En Jocotitlán, Estado de México, La Familia Michoacana abandonó dos cadáveres en bolsas con una amenaza para el alcalde del pueblo. Ya en las primeras horas del lunes, un sicario llegó a la casa de Yonis Atenógenes Baños Bustos, candidato del PRI al municipio de Santo Domingo Armenta, en la costa oaxaqueña, y llenó su cuerpo de balas. Todavía no había concluido el recuento de votos, pero la prensa local dice que él iba a ser el ganador en los comicios locales.

La lista se completa con un número incierto pero numeroso de heridos, desapariciones, secuestros, sabotajes con urnas en llamas en distintos puntos del país, grupos de civiles armados amenazando a “todos aquellos que vendan y compren votos”, compras de votos, robo de votos, altercados, decenas de detenciones. Ni Sheinbaum ni López Obrador han mencionado la violencia de la jornada electoral. Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición opositora, quien quedó más de 30 puntos por detrás de Sheinbaum, ha dicho que “todos nos dimos cuenta de cómo el crimen organizado se hizo presente, amenazando e incluso asesinando a decenas de aspirantes y candidatos”, pero solo para anunciar que impugnaría unos resultados poco favorecedores. Rosa Icela, secretaria de Seguridad, ha asegurado que fue un día pacífico.

La violencia ha sido uno de los grandes agujeros negros de la campaña electoral —y el sexenio—, en un país en el que más de la mitad de la población considera inseguro vivir donde vive. En 2024, México contabilizó un máximo de 101 y una media de 77 homicidios diarios. Con esas cifras, el 2 de junio podría parecer casi pacífico, como claman los candidatos de todos los partidos. La inseguridad en los comicios ha sido el broche a una campaña marcada por el asesinato de al menos 37 candidatos, una cifra que escala con los otros 58 homicidios vinculados a las elecciones de familiares de aspirantes, políticos que no participaron en la contienda y miembros de los equipos de campaña.

Velas y flores colocadas en el sitio donde asesinaron al candidato Israel Delgado Vega, la noche del sábado, en Cuitzeo (Estado de Michoacán).
Velas y flores colocadas en el sitio donde asesinaron al candidato Israel Delgado Vega, la noche del sábado, en Cuitzeo (Estado de Michoacán).Ivan Arias (REUTERS)

El crimen organizado ha sido el actor político omnipresente en la sombra durante toda la carrera presidencial “para obstruir la operación electoral de algunas campañas y el día de la jornada para movilizar el voto o para intervenir en casillas”, según el informe de la consultora Integralia, que defiende que la violencia política ha aumentado un 150,5% en comparación con las elecciones de 2021: 760 víctimas entre muertos, atentados y amenazas.

Civiles acribillados

Entraron a tiros. Hacía media hora que las urnas habían abierto y una decena de hombres irrumpió en un colegio electoral de Tlapanalá, un pequeño municipio de Puebla. Amenazaron a los funcionarios, robaron seis paquetes con unas 500 boletas electorales y abrieron fuego contra los policías que trataron de detenerlos. Una mujer falleció en el enfrentamiento. Ocho personas fueron detenidas, según Proceso. Las papeletas robadas fueron encontradas poco después, calcinadas. En Coyomeapan, en el mismo Estado, otro grupo armado acribilló una fila de gente formada para votar y asesinó a un hombre, Alfredo Mazahuatl, que recibió un disparo en la garganta y murió mientras era trasladado al hospital. Otra víctima, Jesús Martínez, resultó herida en la cabeza y se encuentra ingresada, de acuerdo con el Colectivo Nacional Alerta Temprana de Periodistas y Activistas (Conapa).

En Jiquipilco, Estado de México, dos grupos de seguidores de Movimiento Ciudadano y del PRI se enfrentaron a tiros. La dirección local del partido naranja aseguró que los priistas estaban repartiendo dinero a cambio de votos favorables en una de las casillas. Según su relato, cuando acudieron a comprobarlo fueron recibidos con balazos que mataron a dos miembros del equipo de MC. “La policía que estaba presente no hicieron algo por evitar la confrontación y evidentemente esto es un acto condenable, repudiable”, declaró Anselmo Cruz, representante de MC ante el Instituto Nacional Electoral (INE) de la entidad. En Tabasco, la entidad con más homicidios al cierre de este artículo, cuatro personas fueron asesinadas en los municipios de Cárdenas y Paraíso.

Soldados resguardan una casilla electoral en Coyuca (Estado de Guerrero), mismo sitio donde fue asesinado un candidato el 29 de junio.
Soldados resguardan una casilla electoral en Coyuca (Estado de Guerrero), mismo sitio donde fue asesinado un candidato el 29 de junio.David Guzmán (EFE)

En Querétaro capital, un hombre encapuchado roció con gasolina las urnas de la escuela primaria Bicentenario de la Independencia de México. Las prendió fuego. Los funcionarios y los votantes más madrugadores sofocaron el incendio y persiguieron al pirómano, que huyó al saltar la valla del centro, como registró un video que se ha hecho viral, grabado con móvil por un testigo. En la calle le esperaba su cómplice en una moto. Cuando el incendiario trepó a bordo, un coche negro chocó contra ellos, por detrás. El impacto les derribó. La cámara los siguió mientras escapaban cojeando a través de un parque. No se conoce su identidad y la policía no ha dado con ellos aún. No fueron los únicos: en al menos cuatro puntos de Querétaro se quemaron casillas electorales, según el gobernador del Estado, Mauricio Kuri. Alguna de ellas, con cócteles molotov. Lo mismo sucedió en otros Estados.

En Puebla, uno de los Estados más violentos este domingo, un grupo desconocido de cinco hombres con ametralladoras en ristre y la cara encapuchada amenazó a los habitantes de Tlacotepec de Benito Juárez a través de un video para que votaran “libre y seguro”. “Este mensaje es en especial para todos aquellos que vendan y compren votos. Tengo gente en toda la zona checando a todos esos putos que quieren comprar la dignidad del pueblo”, dice uno de ellos, intimidante. Civiles armados vigilando el correcto funcionamiento de la democracia, una imagen que sirve como termómetro del absurdo de la violencia esta campaña.

En Chiapas, al menos dos municipios, Chicomuselo y Pantelhó, no han podido votar porque el INE consideró que no había “certezas en las condiciones de seguridad” ante el conflicto armado no reconocido que sufre el Estado por la guerra abierta entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación. Tampoco pudieron colocarse casillas en colonias inseguras en al menos siete localidades y, según Milenio, se registraron al menos 175 incidencias, entre las que destacan la reubicación de urnas y la presencia de personas encapuchadas y armadas.

Una perito trabaja junto a una casilla en Tijuana, donde una mujer fue herida con un arma de fuego este domingo por la mañana.
Una perito trabaja junto a una casilla en Tijuana, donde una mujer fue herida con un arma de fuego este domingo por la mañana.Omar Martínez Noyola (Cuartoscuro)

Los altercados se han sucedido por todo el país, como los intentos de alterar el resultado de las elecciones con sobornos. Cinco policías resultaron heridos tras un enfrentamiento con civiles armados en Santa María de los Ángeles, Jalisco; un integrante del equipo de Morena en Guanajuato fue embestido contra un barranco mientras se encontraba dentro de su coche por otro vehículo conducido por encapuchados; cinco hombres y una mujer armados fueron detenidos en Amozoc, Puebla, entre ellos el hijo del alcalde morenista del municipio, por presuntas amenazas para votar por Morena; decenas de manifestantes que presuntamente trataban de condicionar el voto en Oaxaca fueron disueltos por disparos al aire de la policía en el municipio de Santa Lucía del Camino; un sicario en Tijuana atacó a tiros a un empresario y fue neutralizado por su escolta, no sin antes herir a una mujer; un hombre fue secuestrado cuando acudía a votar en San Fernando, Chiapas, y abandonado después en otro lugar con lesiones; otro intento de secuestro en Huatabampo; la desaparición de Fidel Mañón, candidato de la coalición oficialista a Ciudad Hidalgo, Michoacán, o de tres miembros de Morena en Guanajuato. Son solo algunas de las imágenes que han marcado la crónica negra del día.

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Alejandro Santos Cid
Reportero en El País México desde 2021. Es licenciado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Autónoma de Madrid y máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Cubre la actualidad mexicana con especial interés por temas migratorios, derechos humanos, violencia política y cultura.
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