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La foto de Xóchitl Gálvez con Felipe Calderón en España revive el fantasma de la ‘guerra contra el narco’

Claudia Sheinbaum y dirigentes de Morena cargan contra la abanderada presidencial de la oposición y cuestionan su propuesta en materia de seguridad basada, por ahora, en devolver a los militares a los cuarteles

Xóchitl Gálvez y Felipe Calderon
Xóchitl Gálvez y Felipe Calderón, durante una tertulia con la comunidad mexicana en Madrid (España), el 11 de febrero de 2024.Prensa Xóchitl Gálvez
Zedryk Raziel

Una fotografía de Xóchitl Gálvez, abanderada presidencial de la coalición opositora del PAN, PRI y PRD, con el expresidente panista Felipe Calderón, ambos en España, ha sacudido las campañas electorales en México. Calderón, que vive fuera del país desde el juicio en Estados Unidos por narcotráfico contra su exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, es considerado por muchos el padre de la guerra contra el narco, una estrategia de seguridad consistente en el combate frontal a los cárteles de la droga con el uso de las Fuerzas Armadas, que ha hundido a México en una cruel espiral de violencia, asesinatos y desapariciones. Han pasado casi dos décadas del inicio de esa etapa, han gobernado tres presidentes de partidos distintos —Calderón, del PAN; Enrique Peña Nieto, del PRI, y Andrés Manuel López Obrador, de Morena— y los saldos de la violencia persisten. Las soluciones han sido insuficientes y, en ocasiones, una mera continuación de lo anterior.

La candidata de Morena, el partido en el Gobierno, Claudia Sheinbaum, ha cuestionado a su adversaria sobre si su apuesta en materia de seguridad es la misma que la de Calderón. En realidad, Gálvez propone un regreso paulatino de los militares a sus cuarteles y convertir a la Guardia Nacional en un cuerpo totalmente civil. “Llama la atención la foto con Felipe Calderón. Yo pienso que lo que refleja es que la política de seguridad del Frente [la coalición opositora] va a ser la guerra contra el narco nuevamente”, ha afirmado Sheinbaum. “No se nos puede olvidar que Calderón decretó la guerra contra el narco y además puso al frente [de la estrategia] a un narcotraficante que hoy está preso en Estados Unidos [García Luna]. Entonces, la imagen da más que mil palabras, esa imagen Calderón-Xóchitl lo que muestra es hacia dónde va la política del Frente, y eso ya lo vivió México y el pueblo de México no lo quiere. Por eso están en donde están en las encuestas”, ha añadido la candidata.

La guerra contra el narco es un fantasma que planea las elecciones y nadie quiere hacerse cargo ni del inicio de esa etapa ni de sus efectos. La propia Gálvez, que ha hecho una visita a España para reunirse con algunos políticos, ha lanzado críticas a la política de seguridad de López Obrador, sin dedicar una sola palabra a Calderón. “Veo un México con una inseguridad como nunca, es el sexenio más violento en la historia, 175.000, cerca de 180.000 personas asesinadas. Un México donde la extorsión es pan de todos los días. Las bandas criminales lo mismo extorsionan comerciantes, transportistas que productores. Tenemos un país donde el presidente de la República decidió darle abrazos a los delincuentes y balazos para los ciudadanos”, dijo en un evento en Madrid este fin de semana.

En días pasados, el tema del narcoestado y la convivencia entre cárteles y Gobierno monopolizó la conversación pública. Algunas publicaciones periodísticas, hechas a partir de filtraciones de la DEA, la agencia antidrogas de EE UU, señalaban que emisarios del Cártel de Sinaloa aportaron recursos ilícitos a la campaña presidencial de López Obrador de 2006. López Obrador rechazó los señalamientos y protestó contra el Gobierno estadounidense. De paso, en su último libro, ¡Gracias! (Planeta, 2024), que comenzó a circular la semana pasada, volvió a traer a cuento las acusaciones de narcotráfico en contra de García Luna y cargó contra el expresidente Calderón, al que señaló de cometer la “idiotez”, el “error garrafal”, de desatar la guerra contra el narco para legitimar su Gobierno, al que llegó mediante un “fraude” en las elecciones de 2006.

A raíz de las filtraciones de la DEA, los críticos de López Obrador posicionaron en redes una campaña digital para señalar a su Administración de “narcogobierno”. “Fíjense lo listos que son en el PRI, en el PAN, queriendo meter la idea de que en México hay un narcoestado, cuando hoy se combate el narcotráfico y no hay complicidad, no hay corrupción”, ha afirmado el dirigente de Morena, Mario Delgado, en defensa de López Obrador. “Toda su idea del narcoestado, pues, se viene abajo con esto [la foto entre Gálvez y Calderón]. Quien convirtió a México en un narcoestado fue Felipe Calderón, y aquí está la candidata del PRI y del PAN celebrando en España, muy juntitos”, ha añadido.

López Obrador ha tenido una postura contradictoria en torno a la militarización. Cuando estaba en la oposición, solía criticarla y ofrecía un regreso paulatino de los soldados a los cuarteles. Ya en el Gobierno, apostó por atender las causas de la violencia mediante programas sociales y por la creación de un nuevo cuerpo policiaco controlado por el Ejército, la Guardia Nacional. Si bien se ha estabilizado la curva ascendente de homicidios, siguen siendo miles. Sheinbaum ha ofrecido, de ganar los comicios, convertir a la Guardia Nacional en un “cuerpo de paz” con facultades de investigación propias. La aspirante no habla de acuartelar a los efectivos, sino de extender su presencia por todo el país como “una corporación policial de proximidad”.

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Sobre la firma

Zedryk Raziel
Reportero de EL PAÍS México, especialista en la cobertura de asuntos políticos y de corrupción. Licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha sido colaborador en el diario Reforma y el portal Animal Político. Es coautor de ‘El caso Viuda Negra’ (Grijalbo, 2022).

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