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“Nunca me he sentido representado por los políticos”: la sombra del abstencionismo planea sobre las elecciones

Analistas pronostican una participación en las próximas votaciones de menos de un 50% de la lista nominal integrada por 93,5 millones de electores

Fotografía de propaganda política que invita a no votar
Fotografía de propaganda política que invita a no votar, el 24 de mayo de 2021, en la ciudad de Tijuana.Joebeth Terriquez (Cuartoscuro)
Karina Suárez

“La democracia en este país la siento más como un show de reflectores. Aquí todo es un despliegue mediático y una gastadera de recursos que se podrían utilizar en otra cosa mucho más provechosa y no en el despilfarro innecesario de las campañas. Para mí es como una farsa”, afirma el documentalista Hugo Islas tras dar a conocer que no participará en los comicios más grandes del país, donde se elegirán más de 19.900 cargos locales, 1.923 ayuntamientos, la Cámara de Diputados federal, 30 congresos estatales y los gobiernos en 15 Estados del país.

El también sociólogo, de 29 años, asegura que nunca ha participado en unos comicios en el país y aunque ha visto que ha aumentado el estigma y las críticas contra quienes deciden abstenerse él está cada vez más convencido de su postura. “Sí estoy de acuerdo en la democracia, pero no en el sistema representativo ni en el modo en que se lleva en México. Nunca me he sentido representado por los partidos políticos”, zanja. Este domingo, Islas solo quiere mantenerse alejado del proceso electoral.

En la recta final rumbo a las votaciones más grandes en México, la sombra del abstencionismo planea sobre estos comicios ante la escalada de violencia electoral, la crisis sanitaria del coronavirus y el desencanto de los ciudadanos ante las propuestas de los partidos políticos. Analistas de procesos electorales pronostican que el nivel de participación se mantendrá en los niveles similares a otros comicios intermedios. Las cifras del Instituto Nacional Electoral (INE) dan cuenta de que en las últimas elecciones intermedias, en 2015, la abstención se ubicó en un 52%, mientras que en 2009 el abstencionismo rondó el 55%.

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Esta semana, tras el cierre de campañas, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, invitó reiteradamente a los más de 93,5 millones de ciudadanos que integran la lista nominal a salir a votar. Para la organización de los comicios federales y locales el árbitro electoral desembolsó alrededor de 7.895 millones de pesos. Córdova enfatizó el esfuerzo de más de 1,4 millones de personas que serán funcionarios en las más 162.000 casillas a instalarse en el territorio y garantizó que se han tomado las medidas sanitarias para minimizar el riesgo de contagio por la covid-19. “La democracia mexicana no es, no ha sido, ni será una víctima más de la pandemia, esta, además, será una de las elecciones más vigiladas de los tiempos recientes”, declaró el pasado jueves.

Pese a este inédito despliegue electoral, la estudiante Celeste Lorenzo, de 21 años, ha decidido dar la espalda a la jornada ante la pobreza de las propuestas de los aspirantes a algún cargo público. “Nadie me convence, siento que los candidatos, los políticos son un grupo de personas que no conocen los problemas verdaderos de la sociedad”, menciona. Ella votó por primera vez en 2018, incluso, fungió como funcionara de casilla en esa jornada, sin embargo, en esta ocasión no acudirá a las urnas.

Al igual que Lorenzo, el artista visual Pablo Guadarrama no tiene previsto votar. El joven, de 28 años, relata que su madre fue cercana a la política en la década de los ochenta por lo que creció con una cultura política en su seno familiar, pero con los años ha ido perdiendo la motivación al ver cómo es el juego democrático en el país. “En este proceso hubo muchas campañas de odio que me parecieron muy sucias. Esas campañas de desprestigio entre políticos sí afecta, si quedas asqueado. Este año, creo que ha habido otras cosas más importantes de que charlar, la verdad es que no he hablado con ningún compañero o amigo sobre las elecciones, creo que el fútbol tenía mucho más peso”, comenta.

En su caso, admite, aún podría cambiar de opinión y acudir a las urnas. Su decisión dependerá de si este 6 de junio termina temprano de trabajar y puede llegar a tiempo a su casilla ubicada en la alcaldía de Tlalpan, en Ciudad de México. “Si cambió de opinión y voy [a votar] sería para anularlo, que quede ahí en el registro que hay un número de personas a las que ninguno de los candidatos les parece adecuado o los representa, pero no es algo en lo que esté ahondando tanto”, dice.

De acuerdo con las estadísticas del INE, en las elecciones intermedias se tiende a registrar una participación menor respecto a los comicios donde se elige al Ejecutivo. En las últimas votaciones intermedias, en 2015, acudieron a votar 39,8 millones de personas mientras que 43,6 millones de mexicanos decidieron no participar, lo que supuso un porcentaje de abstención de un 52%. Por el contrario, en los comicios presidenciales de 2018 el abstencionismo fue de un 36,9%.

El investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) Javier Aparicio advierte de que si bien históricamente en los comicios intermedios suele haber menos participación ciudadana, en esta ocasión la cifra de votantes podría ir al alza debido a la cantidad de cargos públicos en juego así como a la polarización política que ha marcado las campañas. “Me queda claro que el presidente [López Obrador] como vocero principal del Gobierno juega con eso, le gusta la retórica polarizante. El presidente lo utiliza como una estrategia de movilización, es su forma de convocar a sus sectores, pero ¿cuál es la otra consecuencia?, que el discurso polarizante también moviliza a la oposición”, explica. Por esta razón el analista prevé que la participación ciudadana en estos comicios ronde el 47%.

Sin embargo, Aparicio también considera que aunado a los factores externos como la inseguridad y la pandemia existe una crisis en el sistema de partidos que inhibe la participación electoral. “En 2018 Morena tenía una sensación de frescura, era la opción de cambio, ahora el partido del Gobierno tiene un desgaste y la oposición no es una opción fresca, son los partidos tradicionales y no generan entusiasmo”, detalla. El investigador señala que el abstencionismo tiene un costo social que solo favorece a las maquinarias electorales y a las clientelas partidistas. “Hay partidos que le apuestan al abstencionismo. A los partidos no les interesa maximizar participación, les interesa ganar”, concluye.

En este mismo sentido, Patricia Martínez, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM coincide en que en esta jornada habrá factores que incidirán negativamente sobre la participación: la pandemia y la violencia en algunas zonas del país, principalmente en sitios remotos. “Lo que el INE no puede controlar son los contextos locales, por mucho que se prepare, no tiene la capacidad de poder controlar un contexto local de violencia. Más allá de que actores políticos preponderantes digan que salgan a votar sin ningún miedo, la realidad es que a nivel local tenemos poblaciones completas que se han salido por el crimen organizado yo creo que ni siquiera van a instalar las casillas”, asevera.

Con 35 candidatos asesinados y más de 780 agresiones a aspirantes, este proceso electoral se ha convertido en el más violento de la historia reciente de México. A horas de arrancar los comicios, la tarde de este viernes, el INE reconoció que en lugares como Aguililla, en el Estado de Michoacán, podrían no instalarse 300 casillas ante los problemas sociales y violencia por el crimen organizado. La escalada de violencia aunada a la crisis sanitaria del coronavirus y al descontento generalizado con los partidos políticos han convertido el llamado a las urnas este domingo en una moneda lanzada al aire.


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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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