Miles de aspirantes quedan fuera de la UNAM y el IPN: “Ocho meses estudiando, leyendo, repasando. Sólo quiero desaparecer de este maldito mundo”

La educación y los jóvenes, esos son los ángulos que más se escuchan, sobre todo en la política, cuando se habla de cambiar el futuro. “Son clave si queremos que cambie la sociedad”, recitan. La educación pública en México a nivel universitario se sostiene bajo el mando de dos grandes centros, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Pero, ni las más de 4.000 aulas en Ciudad Universitaria ni las 90 unidades académicas del Politécnico son suficientes para abastecer la demanda que año con año tienen las instituciones.

“Es triste no quedarte en una de las opciones a la que aplicaste”, comenta Ana a través de un mensaje directo por X, antes Twitter, el 18 de julio, cuando se publicaron los resultados de la UNAM. “Siempre he pensado que hacen falta campus que alberguen las carreras con más demanda para que así los estudiantes tengan más posibilidades de entrar”. Su nombre no es Ana; la joven de 18 años habla desde el anonimato, pero pide ser citada bajo su usuario en la red social.

Ana cuenta que fechas antes al examen investigó cual era el mínimo de aciertos que necesitaba para acreditar y así se preparó para la prueba. “Vas confiado”. Logró superar los aciertos mínimos que pedían al principio, “pero al final los subieron demasiado. Creo que por la demanda tan alta que hubo este año en todas las carreras”. La joven aspiraba quedarse en la Facultad de Ingeniería y cursar ingeniería en computación. Aplicó el examen para la misma carrera en el IPN y este sí logró acreditarlo. “¡Vamos! Me quedé” publicó en X, acompañada de una carita llorando.

No todos corren con la misma suerte. Este sábado 20 se han publicado los resultados Instituto Politécnico Nacional. “No entiendo cómo no me quede”, comparte otro usuario en la misma red social. “Ocho meses estudiando, leyendo, repasando. Neta quisiera arrancarme mis cabellos. Qué puto perro coraje, frustración y dolor estoy sintiendo. Sólo quiero desaparecer de este maldito mundo”, menciona otro usuario en su cuenta de X.

Las opciones son escasas, algunas desalentadoras: esperar al próximo ciclo para presentar el examen de nuevo, trabajar o entrar a otra institución educativa en caso de que se tengan los recursos para hacerlo. En promedio, 4 de cada 10 jóvenes entran a la universidad. Según datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies) entre 500.000 y 700.000 estudiantes no logran ingresar a una de las máximas casas de estudios en México, con datos de 2023 y 2024. En el periodo 2020-2021, la cifra fue de 900.000 excluidos. Este año, aplicaron 143.427 estudiantes a la UNAM, de los cuáles 14.151 fueron aceptados.

“La UNAM y el IPN son instituciones de prestigio”, comenta otro usuario en X ante el bullo de posturas opuestas sobre los resultados. Algunos lamentan que miles de jóvenes se queden sin estudiar y reclaman más aulas, más escuelas o cambiar el proceso de admisión para evitar el alto número de rechazados. Otros discriminan esta postura, aplauden a los aceptados y amparan que la gente que queda fuera es por consecuencia de su mediocridad.

Sin duda, la demanda ha superado la oferta en cuestión educativa. Para la Facultad de Ciencias de la UNAM, por ejemplo, en la carrera de física bioquímica hubo 252 personas que presentaron el examen y solo se seleccionaron 13. Para Arquitectura, 4.375 aspirantes se presentaron a la prueba; 251 fueron seleccionados, lo que equivale a que casi un 95% de estos individuos se quedaran fuera. Siendo la educación y los jóvenes “la clave para cambiar la sociedad”, el futuro no se muestra muy prometedor.

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