Cayetana Guillén-Cuervo, presidenta de la Academia de las Artes Escénicas de España: “México es un latido imparable”

Cayetana Guillén-Cuervo (Madrid, 54 años) lleva en la sangre y en el cuerpo la pasión por el teatro. Camina el mundo como si fuera un escenario que domina a la perfección y desde el que mira fijamente a los ojos de su público. Trae también consigo la palabra “dignidad” como una bandera que le sigue donde sea, un himno que transmite con su voz fuerte y con su energía de huracán. La actriz, periodista, presentadora y actual presidenta de la Academia de las Artes Escénicas de España ha aterrizado en México para presentar la segunda entrega de los premios Talía, en la que el país norteamericano es el invitado de honor y al que se premiará en la categoría de mejor espectáculo de artes escénicas latinoamericanas.

Guillén-Cuervo creció en un hogar de artistas que lucharon por la cultura en una época en la que la cultura parecía estar prohibida. Es hija de Gemma Cuervo y Fernando Guillén, ambos legendarios actores de cine, teatro y televisión en España. Cuando era pequeña sus padres le leían versos de Pablo Neruda o de Luis Cernuda para que durmiera, y confiesa tener a México muy presente en el corazón porque fue el país que acogió a su madre durante algunos años, cuando aquella actriz contestataria y fuerte —que en su larga y fructífera trayectoria interpretó textos de Lorca, Sartre, Camus, Buero Vallejo, Shakespeare, Miller, Galdós— dejó su patria tras la Guerra Civil, y en el que trabajó, por ejemplo, en Orinoco, del mexicano Emilio Carvallido. “Mis padres pertenecieron a una generación de un activismo cultural comprometido, que tuvieron que sobrevivir a la dictadura, que defendieron y dignificaron las artes escénicas y que se jugaron la vida y la identidad de sus familias trabajando con los autores prohibidos por los teatros de España intentando que los ciudadanos espectadores reflexionaran y alimentaran su espíritu crítico”, cuenta.

Por eso no ha sido una sorpresa que sea ella quien preside, desde 2022, la Academia de las Artes Escénicas de su país. Ya formaba parte de esa institución como integrante de la junta directiva, y su trayectoria y visión sobre el valor social del arte escénico le dio su lugar. En esta segunda entrega de los premios Talía —la misma academia los ha identificado como los homólogos a los Goya del cine— se inaugura con una diferencia gigantesca a la anterior: la internacionalización de los galardones y la elección de México como país invitado y premiado. “Creíamos que era muy relevante en esta intención de internacionalización tener a Latinoamérica cerca y crear un premio que pusiera el foco en un espectáculo de un país seleccionado que cada año fuera premiado. Este año quisimos que fuera en México porque además somos invitados en la Feria del Libro de Guadalajara. México es un latido imparable, venimos a decir, estamos aquí y queremos contar con vosotros”, explica.

Los premios Talía nacieron en 2023 para reconocer a los espectáculos y a los profesionales “que han colaborado a que las artes escénicas sean una herramienta más potente y más competente”. De las más de 30 categorías que conforman los galardones, México protagonizará la que premia al mejor espectáculo de artes escénicas latinoamericanas. El Consejero Cultural y Científico de España en México, Antonio Prats, será el encargado de diseñar un jurado con mexicanos y mexicanas de las artes escénicas nacionales para elegir al ganador.

La organización engloba la interpretación, autoría, dirección, coreografía, danza, cantantes, música y plástica escénica, y disciplinas como el circo, la danza, teatro de texto y teatro musical, ópera, zarzuela y musicales. La premiación se llevará a cabo el 22 de abril en el Teatro Español, en Madrid, España. Entre los premios que entregará están el de mejor espectáculo de teatro de texto, de teatro musical, mejor espectáculo de danza, de circo, mejor actor protagonista, mejor actriz de reparto, mejor actor de teatro musical o mejor labor de compañía, entre otros.

“Las artes escénicas salvan vidas, cambian entornos”

Pocos y pocas, como Cayetana Guillén-Cuervo defienden tan fervientemente el arte y la cultura como un medio que transforma los espacios más hostiles, marginados y olvidados a través de un verso, una palabra, una melodía o una interpretación. Quizá solo personalidades extraordinarias como su madre, Gemma Cuervo, quien en cada oportunidad ponía en evidencia esa defensa férrea que les ha heredado a sus hijos, pero también a varias generaciones de artistas y espectadores españoles. En mayo de 2018, a sus 81 años de edad, la veterana actriz recibió la medalla de plata de la Comunidad de Madrid, una condecoración civil que se le otorga a personalidades “que hayan destacado por su servicio a la región desde cualquier ámbito de la actividad”.

En aquella oportunidad, el discurso de Cuervo fue memorable: “Gracias a que se hayan acordado de mí, para darme cariño, arroparme, que es válido lo que he hecho y que he trabajado como una leona por la cultura como han trabajado muchas mujeres y por eso hoy la cultura tiene una visibilidad mayor y por eso algunas, muy pocas, hemos luchado, hemos dejado nuestras vidas porque el pueblo español, sin delimitación de fronteras, fuera un pueblo culto”.

Como su madre, Cayetana Guillén Cuervo cree firmemente que las artes escénicas hacen mejores a las personas: “Nos hacen comprender al otro. Si yo te miro a los ojos y te entiendo es más fácil que tú y yo nos abracemos. Y si yo te doy la espalda es mucho más complicado que yo entienda tu diferencia. Los textos nos hablan de la diferencia del otro, nos ayudan a abrazarla, por lo tanto, nos ayudan a entender que la vida es pura diversidad”. La presidenta de la Academia de Artes Escénicas quiere que esa riqueza se nutra de ida y vuelta entre su país y América Latina, específicamente, ahora mismo, con México. Y concluye: “Venimos absolutamente desde la humildad, con ganas de construir, con ganas de escuchar, con ganas de aprender, absorber de ese latido maravilloso que tiene México y venimos a ofrecer nuestra casa, nuestro país, nuestra música, nuestros textos y nuestras herramientas para poder construir cosas, juntos”.

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