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“No hay mejor forma de exorcizar el dolor que a través del arte”: las desapariciones en México inundan las películas y la literatura

EL PAÍS habla con directores de cine y escritores sobre el acervo de producciones que reflejan el dolor insondable de los familiares que buscan a los suyos

Personas desaparecidas en México
Familiares de personas desaparecidas colocan imágenes en las vallas que rodean lo que fuera la glorieta de la Palma, en Ciudad de México el 15 de mayo de 2022.Hector Guerrero
Daniel Alonso Viña

La tía de Diego Enrique Osorno escuchó durante años las historias de su sobrino, entonces reportero en Monterrey, sobre los desaparecidos que espantaban al norte de México durante la época más dura de la guerra contra el narco del presidente Felipe Calderón (2006-2012). “Es una tía muy querida y muy sensible, con la que yo tenía muy buena relación”, cuenta en un café de Coyoacán el periodista, ahora convertido en director de documentales. “Pero no fue hasta que vio Ruido, que pareció comprender. Y lloró como si, de repente, después de tantos años, hubiera entendido la gravedad del problema”, dice Osorno.

La literatura, el cine y el arte sobre desapariciones en México ha crecido en los últimos años, ante un público cada vez menos esquivo frente al problema. Películas como Ruido (2022), de Natalia Beristáin, El grosor del polvo (2022), de Jonathan Hernández, Sin señas particulares (2020), de Fernanda Valadez, o La civil (2021), de Teodora Mihai, han marcado un antes y un después en la visión que tenía México de sus propios desaparecidos. “Hasta no hace mucho se seguía pensando que si había desapariciones era porque la persona había hecho algo malo, estaba metida en algo”, explica Osorno, que fue coguionista de Ruido y director de La evaluación, sobre los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.

Un fotograma de la película 'Sin señas particulares', de la directora mexicana Fernanda Valadez.
Un fotograma de la película 'Sin señas particulares', de la directora mexicana Fernanda Valadez.Corpulenta Producciones

Antes de las películas y los documentales fueron las notas del día, las crónicas sobre los primeros familiares que se atrevían a levantar la voz, los libros en los que varios periodistas se juntaban para intentar condensar una tragedia que entonces pasaba casi desapercibida. Mientras, las cifras seguían aumentando. 17.000 desaparecidos en la época de Felipe Calderón, 35.000 durante la presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018). Hasta que, en mayo de 2022, México tuvo que contar 100.000 desaparecidos, una cifra que supera las desapariciones registradas por cualquier otro gobierno latinoamericano, incluidos los periodos más cruentos de países como Colombia, Argentina o Guatemala. En 2022 desaparecieron 39 personas al día en México, según cifras de la Secretaría de Gobernación.

Noé Zavaleta es autor de Las buscadoras (2023, de la editorial HarperCollins), un compendio de historias de madres que ponen en suspense su vida para buscar a sus hijos desaparecidos. Durante muchos años, Zavaleta contó esas historias como reportero en Veracruz. “No me imaginaba cubriendo desapariciones y violaciones a los derechos humanos. Yo quería hacer periodismo deportivo, crónicas de carnavales y cosas así”, confiesa. Pero entonces empezó la guerra del narco, de la que nadie se libró. “Antes se pensaba que todos los desaparecidos lo eran por algo, porque habían hecho algo malo para terminar así, pero entonces el entorno de todos los mexicanos se empezó a llenar de desaparecidos”, rememora. Hasta que algunos casos empezaron a inundar los medios. La gente ya no podía mirar a otro lado. Uno de esos casos fue el asesinato del hijo de Javier Sicilia y otras cinco personas que estaban con él. Dejó la poesía a un lado —”no puedo escribir más poesía… la poesía ya no existe en mí”— y fundó el Movimiento por la Paz, que dio voz a miles de familiares de asesinados y desaparecidos por la guerra entre el Estado y el narco en marchas miles de kilómetros que obligaron al mundo entero a ver la cara oscura de México. En 2016 dio por terminada también su vida de novelista con El deshabitado, donde relata aquellos días horribles.

El escritor Noé Zavaleta posa para un retrato con una copia de su libro 'Las buscadoras'.
El escritor Noé Zavaleta posa para un retrato con una copia de su libro 'Las buscadoras'.Cortesía

Luego llegaron otros, como los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, o el caso de Miriam Rodríguez, madre buscadora de los asesinos de su hija. Desde 2014, rastreó y encarceló, ella sola, a la mayoría de los que habían participado en la desaparición de su hija y posterior asesinato. Ella sola acechaba a los criminales, trababa amistad con sus parientes y los perseguía hasta el rincón más oscuro del país. Luego se los entregaba a las autoridades con todas las pruebas necesarias para encarcelarlos. Atrapó a 10 personas en los tres años que duró la búsqueda, pero su caso recibió mucha atención y eso la puso en la mira del narco. La mataron a tiros el 10 de mayo de 2017, Día de la Madre, frente a la puerta de su casa. Teodora Mihai contó su historia en La civil, una película que llegó hasta el festival de cine de Cannes en 2021, donde fue ovacionada.

Giovanna Zacarías, que interpretó a Alma, la madre buscadora en torno a la que gira la película El grosor del polvo (2022), utilizó esta oportunidad para intentar plasmar el dolor de los que se quedan cuando alguien desaparece. “No conozco a nadie que no tenga algún desaparecido o asesinado, y no hay mejor forma de exorcizar el dolor que a través del arte. Demuestra la capacidad de la sociedad para hacer memoria y construir nuestra identidad a través del arte. La película es nuestro granito de arena, un alarido de desesperación que trata de mostrar lo que pasan las madres de todos los desaparecidos”, asegura la actriz. El director de la película, Jonathan Hernández, cuenta que el título no fue casualidad. “Se refiere a las cosas que, como las madres buscadoras que se han quedado atrapadas en esa tragedia mientras el mundo sigue girando a su alrededor, se llenan del polvo y nosotros, como sociedad, dejamos que se empolven, las estamos destinando al olvido. A las que se quedan y a las que se fueron”, reflexiona.

Eduardo Ruiz Sosa escribió la novela El libro de nuestras ausencias, un relato sobre las desapariciones en México, la violencia del narcotráfico y las fosas clandestinas ambientado en el norte del país. El autor lleva trabajando en él desde que salió de Culiacán, en Sinaloa, y se fue a vivir en 2006 a Barcelona, en España. En el proceso de escritura descubrió verdades que llevaban años enterradas dentro de su subconsciente, a través del proceso de escuchar a sus personajes. “La ausencia deja todo en suspensión, nada termina, nada puede volver a empezar”, reflexiona.

Retrato del autor Eduardo Ruiz Sosa.
El escritor mexicano Eduardo Ruiz Sosa.Karla Madriz

Natalia Beristáin, directora de Ruido, disponible en Netflix, se sintió como si se lanzara al abismo al tomar la decisión de hacer esa película. Fue en 2018 cuando decidió atender “esa pulsión, esa necesidad, esa intuición” de atacar el problema como ella sabía, haciendo una película. “Llevaba tiempo pensando en ello, estaba esperando a que el problema se desvaneciera, pero no, los desaparecidos seguían contándose por miles cada año, y de repente dije, ya, ya ha llegado el momento, esto no se va a ir a ninguna parte”, cuenta. La película que retrata a una madre buscando a su hija ha sido un éxito en la plataforma de Netflix. Fue la más vista del mundo durante más de seis días.

—¿Hemos llegado a un punto de inflexión?

—Quizás, aunque todavía falta mucho. Recuerdo que en una de las presentaciones de la película en la que estuve, una chava me contaba que ella creció toda la vida con su prima. Estaban muy unidas, pero de algunos años para acá se habían separado. La prima se había hecho monja y ella había estudiado derechos civiles y se les hacía muy difícil conectar. ‘Porque yo marcho, rompo, grito’, me decía la chica. ‘Pero entonces mi prima vio Ruido sin que yo se lo sugiriera y entonces vino y me dijo ya entendí, ya entendí por qué estáis tan enojadas’, me contó.

Un fotograma de la cinta 'Ruido', de Natalia Beristáin.
Un fotograma de la cinta 'Ruido', de Natalia Beristáin. Courtesy of Netflix ©2022

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