Aquellos años de Messi: un mexicano reúne la mayor colección del mundo de tarjetas dedicadas al Barça
El acervo de Alejandro Piedra Buena consta de 5.000 cromos de los 17 años que el astro argentino jugó en el club blaugrana
El Madrid no la toca. Xavi Hernández juega el balón para Andrés Iniesta, que se la devuelve para Lionel Messi. Este la recibe y toca para Gerard Piqué, que la controla y saca un pase largo para Samuel Eto’o. El camerunés la domina y se la retorna a Dani Alves en la banda, quien ve al jugador argentino y le devuelve el esférico. El rosarino se asocia con Xavi e Iniesta. Triangulan el balón en el medio de la cancha del Santiago Bernabéu. Buscan espacio e Iniesta pasa atrás a Carles Puyol. Esta escena se repite a lo largo del partido. El conjunto blanco se siente asfixiado persiguiendo sombras blaugranas. Es casi el minuto 30 de la segunda parte. Xavi retiene la pelota fuera del área chica del conjunto merengue, se la pasa a Messi que hace un amague de tiro y deja al portero blanco en el piso para definir y poner el 5-2 para los azulgranas. “Golazo del Barcelona. Es un auténtico espectáculo este Barça de Pep Guardiola”, exclama el relator Carlos Martínez, mientras que el comentarista Michael Robinson le secunda: “El mejor equipo del mundo”.
De 2008 a 2012, el denominado tiqui-taca, un estilo de juego que combinaba la posesión del balón, la superioridad posicional y el talento individual de los jugadores, que se convirtió en el distintivo del mejor Barça de la historia, enamoró a millones de aficionados en el mundo. Alejandro Piedra Buena, mexicano de nacimiento, no fue la excepción de este romance futbolero. Ya era seguidor del equipo catalán, pero se convirtió en un culé de corazón cuando vio el fútbol “tan exquisito” que desplegaba el conjunto dirigido por Guardiola. Esa afición azulgrana, una mezcla de amor al juego, de homenajear al equipo y a la grandeza de esos años, según cuenta, lo llevó a iniciar hace 17 años una colección de tarjetas del equipo de sus amores que ha sido bautizada como The Messi Years (Los años de Messi), el acervo de tarjetas más importante del mundo dedicado al FC Barcelona.
Piedra Buena, de 51 años, recibe a EL PAÍS en un departamento de la colonia Santa Fe, en la Ciudad de México. Viste una camiseta conmemorativa del centenario culé en 1999. En la sala tiene ubicados en línea ocho baúles de color azulgrana –cada uno con un número y el escudo del Barça–, diseñados especialmente para conservar las 5.000 tarjetas que posee, cada una resguardada en una caja de acrílico. La colección abarca los años de Messi, desde que debutó en el primer equipo en 2004 hasta 2021, cuando se produce su salida. “La colección engloba todas las tarjetas editadas oficialmente del mundo. Los tirajes son muy cortos y yo tengo la gran mayoría de esas tarjetas. Tengo aproximadamente un 90% de las 5.100 disponibles”, afirma.
Piedra Buena se dedica a varias cosas. Trabaja como consultor, es diseñador de motocicletas, fotógrafo y está a cargo del acervo de cromos del Barcelona, una tarea que, a pesar de sus otras obligaciones, no se la toma a la ligera. Cada día, desde hace más de una década, le dedica entre 30 minutos a dos horas a la labor de documentación, investigación, catalogación, además de trabajar con la red global que ha establecido con intermediarios de coleccionistas y vendedores de países como Suecia, Japón, Estados Unidos, de regiones como Europa y de distintos lugares del mundo. Los tres tomos, con 400 cuartillas de hojas cada uno, en los que tiene documentada su colección, lo confirman. “No se trata de comprar solo un sobre y que reaparezca una tarjeta. Se trata de profundizar, de demostrar, de hacer una investigación. Hay mucha disciplina, mucho esfuerzo, trabajo arduo, pero también mucho orgullo”, agrega.
El curador de la colección de The Messi Years cuenta que la historia de las tarjetas de fútbol es muy reciente, a diferencia de las tarjetas de otros deportes como el béisbol, en el que la estampa más antigua es del equipo Brooklyn Atlantics y se remonta a 1865. Sin embargo, los formatos de lujo o de tirajes cortos –”más grandes y de más calidad”–, son de mediados de los noventa y principios del 2000. “Probablemente, las tarjetas más antiguas del fútbol español sean de principios del siglo XX, pero eran tarjetas que se editaban como parte de una promoción de detergente o como una promoción de chocolates, que era muy habitual en España. Los años modernos del coleccionismo español prácticamente nacen en los años setenta, y aun así desde esa década al 2000, yo te diría que es un coleccionismo casi amateur. La primera tarjeta autografiada de Messi es del 2015, de hace siete años. Con eso tienes una idea de cuán reciente es el mercado”, precisa.
Ante el crecimiento del mercado y la incorporación de manera “más seria” de empresas como Panini, las tarjetas de fútbol pasan de ser productos comunes a ítems “totalmente lujosos”, explica Piedra Buena. Algunas tarjetas son de lujo desde que son concebidas. El curador mexicano explica que si solo se hacen tres tarjetas de Gerard Piqué, ya es un “producto rarísimo”. Y si en ese caso se obtiene la estampa con el número tres de tres, el precio puede incrementarse aún más, porque es el número del dorsal del defensor. “Las tarjetas de fútbol son de hecho considerado objetos de difícil reposición o casi de imposible reposición, como algunas obras artísticas, en el sentido de que existen pocas piezas y esas pocas piezas requieren de un manejo muy cuidadoso”, afirma.
Piedra Buena es meticuloso con sus cromos. Cada baúl está subdividido por años, colecciones e incluso por la rareza de las tarjetas. El valor de su colección es incalculable. Una de las tarjetas más valiosas, de Messi de la temporada 2020-2021, con su firma incluida –un tiraje limitado de 10–, se vendió en Ebay por 30.000 dólares recientemente. Similares a ese ejemplar, en la colección de Piedra Buena varias cajas acrílicas resguardan tarjetas únicas de los últimos 14 años del Barça. Puyol, Iniesta, Xavi, Dani Alves, por mencionar a algunos, se exhiben protegidos. Cada tarjeta es singular por algún detalle o característica y guardan una historia y un lugar en el corazón del curador mexicano.
La oferta más elevada que recibió por una de sus tarjetas fue 25.000 dólares. Piedra Buena dices que es rara porque tiene fragmentos de la zapatilla de Messi. La tarjeta contiene dos tacos color verde de uno de sus botines, el mismo que utilizó para conseguir la victoria frente al Sevilla, 5 a 2, en la final de la Súper Copa de Europa con dos goles de tiro libre. “No importa el monto que me ofrezcan, la tarjeta no está a la venta. Ninguna de mis 5.000 está a la venta. Toda tarjeta que entra a estos baúles se va a quedar ahí como parte del acervo, no importa si pagan mucho o poco”, dice sonriente el coleccionista.
Admite que ha habido contacto con la actual directiva azulgrana, ya que Piedra Buena tiene “planes ambiciosos” con este acervo y todos tienen que ver con la difusión del mismo. Su máximo deseo es trabajar con el club para que la colección residida en el Barça Museu como una exhibición permanente. Otra idea que ronda su cabeza es la digitalización de sus tarjetas y que tengan un sitio en la web oficial del equipo catalán para su visualización. “Sería un orgullo que termine [la colección] relacionada con el club Barcelona. Esta colección no la hice como una inversión, y no la hice como un negocio, sino como un homenaje al equipo y al juego de balón más grande y perfecto que he visto. Es un homenaje a los años de Messi, el jugador más perfecto que hemos tenido en este planeta donde tanta gente juega fútbol”, finaliza.
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