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Hepatitis aguda infantil: 10 dudas resueltas por un especialista médico

Roberto Vázquez Campuzano, académico de la Facultad de Medicina en la UNAM, da recomendaciones a las familias sobre la nueva enfermedad de origen desconocido

Elías Camhaji
Hepatitis aguda infantil: Roberto Vázquez Campuzano, académico de la UNAM
Roberto Vázquez Campuzano, académico de la UNAM, en una imagen de archivo.Cortesía

La hepatitis aguda infantil ha provocado nerviosismo en decenas de países. La principal razón está en el nombre de la enfermedad: afecta a niños, niñas y adolescentes. A eso se suma su origen desconocido. No se sabe de forma concluyente qué la contagia ni cómo y, por eso, aún no hay medidas específicas para frenarla. Tras dos años de pandemia, la Organización Mundial de la Salud emitió una alerta internacional para redoblar los esfuerzos internacionales en la detección de este nuevo padecimiento. Hasta esta semana hay unos 600 casos reportados en el mundo, mientras que en México son entre 20 y 30 casos conocidos, según las autoridades sanitarias.

“Estamos en una época que no se había vivido desde la pandemia de influenza de 1918″, explica Roberto Vázquez Campuzano, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Este confinamiento, esta necesidad de estar separados, ha generado estrés en las personas y miedo a nuevas infecciones, pero en realidad hay que estar atentos y, sobre todo, tranquilos”, dice. El investigador refiere en entrevista que cada año se descubren alrededor de 30 nuevas enfermedades y “la mayoría de ellas no causan muchos problemas”. Vázquez Campuzano responde las dudas más comunes y da sus recomendaciones para prevenir la hepatitis infantil.

1. Más allá de su origen desconocido, ¿qué es la hepatitis aguda infantil y en qué se diferencia de otros tipos?

Los síntomas son un poquito diferentes y solo se ha presentado en menores de 16 años. Esa es la principal característica. Dentro de los síntomas vamos a tener los clásicos de la hepatitis: fatiga, malestar general, fiebre, ictericia, orina oscura y materia fecal grisácea. Pero también pueden darse náuseas, vómitos y diarrea, algo que no se ve en otros tipos.

El virus de la hepatitis A es el que más frecuentemente se asocia con la infección de niños. Y para este caso, se dice que entre menor sea la edad a la que se adquiera la infección, menos síntomas se tendrán. Los niños que se infectan de hepatitis A y son menores de seis años prácticamente no desarrollan síntomas. Es una enfermedad muy leve que suele pasar inadvertida. El resto de virus asociados a la hepatitis también pueden causar infección en niños, pero son casos más raros.

2. ¿Qué pasa en nuestros cuerpos cuando nos da algún tipo de hepatitis?

La hepatitis es una inflamación del hígado y tiene diferentes causas que la producen. Podemos tener hepatitis alcohólica, hepatitis tóxica o medicamentosa y hepatitis infecciosa. En el caso de la hepatitis infecciosa, hay virus que crecen dentro del hígado que se llaman hepatocitos y producen liberación de interleucina. Y esto está asociado con la inflamación. Es la misma respuesta de nuestro organismo contra una infección.

El conjunto de síntomas tiene que ver con las funciones del hígado. Uno de los procesos que realiza, por ejemplo, es metabolizar la bilirrubina, un pigmento que viene de la hemoglobina en nuestros glóbulos rojos. Al ser incapaz de transformarla, se va acumulando. Y este pigmento, esa bilirrubina, es la que se acumula en la piel y la que nos da ese tinte amarillo [la llamada ictericia]. Como no puede pasar la bilirrubina hacia el sistema de excreción, entonces se acumula también en la orina y por eso, se ve más oscura. Tampoco se elimina en la materia fecal y eso es lo que hace que se muestre blanquecina. Todos los síntomas que se observan en la hepatitis tienen que ver con este proceso inflamatorio.

3. ¿Cuántos tipos de hepatitis se conocen?

Existen alrededor de 20 virus que tienen como órgano blanco el hígado, que son virus hepatotrópicos. Los más comunes son cinco: el virus de hepatitis A, hepatitis B, C, D y E, pero hay otros más. Tenemos el virus de hepatitis G o el virus de hepatitis DD, por ejemplo, que es transmitido por transfusión. Existen muchos, pero la prevalencia es muy baja para algunos tipos y para otros no la conocemos. Por eso, decimos que son básicamente cinco virus que nos pueden llegar a causar hepatitis infecciosa. La mayoría de las veces son virales, pero no necesariamente son producidas exclusivamente por virus.

4. ¿Qué pueden hacer los padres y los niños para prevenir la hepatitis infantil?

El covid nos enseñó que los buenos hábitos de higiene sirven para prevenir enfermedades infecciosas. En este caso se aplica básicamente lo mismo, como lavarse las manos frecuentemente y usar gel desinfectante. Algo que es muy importante es desinfectar los juguetes y todos los objetos que los niños pueden llevarse a la boca para evitar un contagio. Es bueno lavar los alimentos, comerlos bien cocidos y tener cuidado en consumir agua potable. En el momento que noten que el niño tiene alguna de las manifestaciones que se asocian más con la hepatitis, ese tinte amarillento en la piel y en los ojos, es recomendable buscar atención médica.

5. ¿Qué convierte un cuadro leve en un caso grave que pueda necesitar un transplante o provocar la muerte del paciente?

Es muy difícil responder esa pregunta, porque todavía no se conoce cuál es la causa de esta hepatitis. Se supone que puede ser una hepatitis infecciosa o una tóxica, pero todavía no se ha identificado la causa real. Hasta entonces, no se conocerá la evolución o por qué hay pacientes que se contagian de una forma más o menos severa.

Tampoco se sabe todavía cuál es la razón de que no se hayan presentado casos en adultos. Una publicación del CDC [las autoridades sanitarias de Estados Unidos] señala que no han visto un incremento en el número de casos de hepatitis y tampoco en la demanda de trasplantes de hígado con respecto a los años anteriores. Entonces, otra de las teorías es que puede ser algo que ya estaba pasando, pero nadie se había dado cuenta.

6. ¿Las vacunas conocidas contra la hepatitis ayudan a prevenir este nuevo tipo?

No. Hay una vacuna contra el virus de hepatitis A y otra contra el virus de hepatitis B. Pero son específicamente contra esos dos tipos. No hay ninguna vacuna que haya demostrado protección hasta el momento.

7. ¿Cuáles son las principales hipótesis sobre las causas de la hepatitis aguda infantil?

Hay muchas teorías. La primera es que se trate de una infección por el adenovirus 41 o 40, de una familia de virus que se suele asociar con problemas respiratorios y gastrointestinales. Son los dos virus que se han encontrado en un porcentaje de los niños infectados.

También podría ser que se tratara de una hepatitis tóxica, como consecuencia del consumo de un medicamento. Se están investigando ya algunos medicamentos que se han asociado con hepatitis. Por ejemplo, el paracetamol, que ahora se ha usado mucho durante la pandemia. Esa podría ser otra posibilidad.

No se ha descartado que se trate de una infección posterior a un contagio por covid. La revista The Lancet acaba de publicar hace unos días un documento en donde se plantea que después de que la gente se infecta con covid, en el intestino queda una respuesta inflamatoria, que se conoce como tormenta de citocina. La llegada de estos nuevos adenovirus desencadena una respuesta más fuerte, una hiperreactividad. Se produce una gran cantidad de toxinas y precisamente por eso, se produce la enfermedad grave en estos pacientes. Estas son las teorías que se están manejando hasta el momento.

8. ¿Hay alguna relación con las vacunas anticovid?

No. Eso está descartado. Son noticias falsas. Lo que hay que ver es si existe la posibilidad de que se hayan infectado de covid. Hay que recordar que la mayoría de los casos en el mundo son de niños que no tenían la vacuna. Además, muchos de ellos no habían presentado síntomas de covid o es posible que fueran asintomáticos.

9. ¿El número de casos que ha habido en México debería preocuparnos o está dentro de lo esperado?

Hay que estar alertas, pero no preocuparnos. Seguramente, vamos a observar casos. Tenemos alrededor de una veintena de casos descritos, pero no se ha podido confirmar ninguno. Todos son casos probables. Si estuviéramos ya claramente convencidos de que el adenovirus 41 es el causante de esta hepatitis, entonces se busca este virus y si se encuentra, quiere decir que se trata de este tipo de hepatitis. Desafortunadamente, como no sabemos cuál es el agente biológico, yo puedo buscar 20 virus diferentes y a lo mejor aparecen dos o tres. Entonces no sabemos si esos son efectivamente la causa de la enfermedad. No podemos hablar de “confirmación”, debido a que todavía no hay una etiología.

Las muestras que se mandan al Indre [Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos] no son muy complicadas, pero sí son muchas. Eso hace que el análisis tome tiempo. Los especialistas tienen que hacer pruebas para la detección de hepatitis A, B, C y E, y cada cada prueba tarda alrededor de dos horas para obtener un resultado. Además, se están haciendo pruebas de biología molecular para la detección de otros virus, por ejemplo, de la familia del herpes, que normalmente se han asociado con hepatitis y de los adenovirus. Es un proceso largo, no es algo que se pueda hacer en poco tiempo.

10. ¿Qué se puede esperar para los próximos días y semanas?

El panorama todavía es incierto. Se está investigando arduamente para identificar la causa, pero hasta el momento no se ha podido saber por qué se produce la enfermedad. Hay muchas teorías y hay que confirmarlas todas. En Europa se está trabajando en la parte infecciosa. En el Reino Unido se estudia la parte toxicológica. Estamos intercambiando muestras entre varios países para poder identificar por secuenciación la presencia de algún agente. Se espera un resultado pronto.

¿Van a seguir presentándose casos? Definitivamente, sí. ¿Vamos a tener complicaciones? Probablemente. ¿Defunciones? No sabemos. Es una posibilidad. Entonces, tenemos que seguir investigando, preparándonos y estando muy alertas en la prevención. Para identificar los casos y para poder darle la mejor atención a los niños, particularmente para evitar que se compliquen y tengamos algún problema serio en el futuro.

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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