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Los casos de hepatitis grave en niños ascienden a 21 en España, que sigue sin registrar más que otros años

La falta de avances en las investigaciones en marcha mantiene a un adenovirus como principal hipótesis pese a las dudas de los expertos

Hepatitis niños
Dos sanitarias en una entrada del Hospital de La Paz de Madrid, que ha atendido a varios de los niños afectados por hepatitis.Óscar J. Barroso (Europa Press)
Oriol Güell

Los hospitales españoles han detectado en la última semana ocho nuevos casos de hepatitis grave de origen desconocido en niños, según han confirmado a EL PAÍS fuentes sanitarias. Este incremento eleva hasta al menos 21 el número de menores afectados en el país desde el pasado mes de diciembre, 18 de los cuales tienen menos de 10 años de edad. De ellos, uno ha requerido un trasplante de hígado —este dato no ha cambiado en los últimos siete días— y al menos cinco han estado ingresados en la UCI, aunque la evolución de todos los enfermos cuya situación ha trascendido es favorable y la mayoría ha recibido el alta. Cinco de los nuevos casos han sido diagnosticados en la Comunidad de Madrid. Como los hospitales están revisando todos los historiales clínicos de pacientes atendidos desde principios de año, algunas novedades corresponden a hepatitis atendidas hace unas semanas.

Pese al incremento registrado, el análisis de los datos realizado por el Ministerio de Sanidad no ofrece por ahora conclusiones alarmantes, según las mismas fuentes. La razón es que “los números registrados no superan a los de años anteriores y, por tanto, están dentro de lo esperable”. La situación es distinta en el Reino Unido, que con 114 diagnósticos sí supera ampliamente lo previsible. En todo al mundo han sido notificados hasta ahora unos 200 casos, de los que una veintena han necesitado un trasplante de hígado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de un fallecimiento, del que no ha precisado el país. Estados Unidos investiga ahora una posible segunda muerte en Wisconsin, según las informaciones de las autoridades sanitarias de este Estado.

Un informe publicado ayer por el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) considera que, según las investigaciones en marcha, “la hipótesis más probable es que algún factor contribuyente, que afecta a niños con una infección por adenovirus que sería leve en circunstancias normales, provoca una infección más severa o una reacción de tipo inmune” que causa graves daños en el hígado. “Causas como otras infecciones [el coronavirus, entre ellas] o agentes tóxicos están todavía siendo investigadas y no han sido excluidas, aunque son consideradas menos probables”, recoge el informe.

Todos los menores han sufrido una inflamación del hígado grave, con elevados niveles de transaminasas (por encima de 500) y cuya causa no es ninguno de los virus de hepatitis conocidos (denominados de la A a la E) o un tóxico conocido. La mayoría también ha presentado ictericia (color amarillento de la piel) y trastornos gastrointestinales en las fases tempranas de la enfermedad, según los criterios fijados por la OMS.

La cifra de afectados en España podría verse reducida si las investigaciones en marcha acaban encontrando alguna de las causas conocidas en los enfermos estudiados. Por otro lado, es probable que crezcan debido a los cambios introducidos por la OMS en la definición de caso (los criterios que debe cumplir un paciente para ser contabilizado en la actual crisis sanitaria). Inicialmente, la OMS consideraba como “confirmados” los diagnósticos realizados desde el 1 de enero en niños de 10 años o menores y “probables” en los de 11 a 16. La nueva definición de caso considera como “probables” todos los diagnósticos en niños de 16 años o menos desde tres meses antes, el 1 de octubre de 2021, y no fija los criterios para que sea considerado “confirmado” hasta que sea descubierto el origen de las hepatitis, según el informe del ECDC.

La OMS lanzó una alerta sanitaria internacional a principios de mes después de que el Reino Unido notificara un súbito incremento de hepatitis graves de origen desconocido, que en algunas zonas de Escocia superaron en tres semanas lo que era esperable durante un año. Desde entonces, al menos 16 países han notificado enfermos. Más de la mitad corresponden al Reino Unido, aunque según el ECDC ya hay otros países que han detectado más casos de lo esperable. Se trata de Dinamarca (seis), Irlanda (”menos de cinco”) y Países Bajos (cuatro, de los que tres han sido sometidos a un trasplante).

El informe recoge 13 afectados en España debido a que el Ministerio de Sanidad aún no le ha notificado los últimos diagnósticos realizados. Italia, con 17, es el segundo país europeo con más enfermos, según las cuentas del ECDC. Fuera de Europa, han notificado casos Estados Unidos (al menos 25), Israel (12), Japón (tres) y Canadá, que no ha especificado la cifra.

El informe del ECDC aporta, según los expertos consultados, poca luz en preguntas clave que quedan por responder, como el peso real que las infecciones por adenovirus están teniendo en las hepatitis graves o por qué tan pocos países están encontrando más casos de lo normal. Los adenovirus son unos patógenos muy comunes que suelen causar trastornos respiratorios y gastrointestinales leves o muy leves. En el pasado, solo en menores inmunodeprimidos se habían registrado hepatitis, mientras todos los afectados ahora estaban previamente sanos. Algunos datos que hacen dudar a los especialistas son, por ejemplo, el hecho de que el adenovirus haya sido encontrado en solo la mitad de los 14 enfermos en Escocia y en ninguno de los seis de Dinamarca.

Origen vírico o tóxico

Antonio Rivero Juárez, investigador del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic), considera que es necesario que avancen más las investigaciones antes de confirmar la responsabilidad del adenovirus. “Sería algo revolucionario que ahora este patógeno causara hepatitis fulminantes en niños sanos. Las investigaciones no están ofreciendo muchos datos concluyentes y es probable que haya otros factores, quizá de tipo tóxico, que expliquen la elevada incidencia que está sufriendo el Reino Unido”, explica.

Gloria Sánchez Antolín, hepatóloga y directora general de Planificación Sanitaria de la Junta de Castilla y León, defiende: “Lo esperable sería que, si se atribuye a un virus un papel tan relevante, este fuera encontrado en la gran mayoría de los afectados y no solo en una parte. Llama la atención también la diferencia tan importante entre los casos encontrados en Reino Unido y el resto del mundo. La ciencia requiere tiempo y es evidente que necesitamos más para tener conclusiones sólidas”

Para Quique Bassat, epidemiólogo e investigador del instituto ISGlobal (Barcelona), algunas respuestas clave están en “los análisis de anatomía patológica en marcha en los hígados de los trasplantados, cuyo estudio debe revelar si los patrones de lesión son más de tipo de infeccioso o tóxico”.

Otros expertos han planteado sus dudas en congresos especializados, como el celebrado a principios de esta semana en Lisboa por la Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ESCMID, en sus siglas en inglés). Allí, un grupo de trabajo ha planteado una nueva hipótesis: las aflatoxinas. Estos compuestos, producidos por algunos tipos de hongos, son conocidos por su gran toxicidad con el hígado y son un viejo problema de la seguridad alimentaria cuando alcanzan niveles elevados en cereales y frutos secos, entre otros alimentos.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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