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López Obrador carga contra EE UU y funcionarios de su propio Gobierno ante las críticas al Tren Maya

El presidente mexicano redobla la defensa de uno de sus proyectos estrella y hace un llamamiento al Ejército para que “cuide y defienda” las obras

David Marcial Pérez
Andrés Manuel López Obrador, durante una rueda de prensa matutina
Andrés Manuel López Obrador, durante una rueda de prensa matutina hoy en Palacio Nacional.Presidencia de México (EFE)

Ante las críticas crecientes a la construcción del Tren Maya, Andrés Manuel López Obrador ha decidido lanzarse al ataque. A los científicos y organizaciones ambientalistas les ha acusado de estar financiados por EE UU, ha señalado también a miembros de su propio Gobierno de torpedear el proyecto y se ha envuelto una vez más en la bandera del Ejército, a quien ha pedido que “cuide y defienda” las obras. La infraestructura, que recorrerá 1.500 kilómetros del territorio selvático al sudeste del país, es uno de los proyectos estrella del mandatario. En las últimas semanas, la construcción del tramo que conecta Cancún y Tulum, en el Estado de Quintana Roo, ha provocado numerosas críticas por los riegos de destrucción del sistema de ríos subterráneos más grande del mundo.

Durante la rueda de prensa de cada mañana, el presidente mexicano ha cargado contra expertos y organizaciones civiles. “Nunca habían protestando. Hay organizaciones ambientalistas que están financiadas por el Gobierno de Estados Unidos”. Un argumentos para desacreditar a sus críticos que ya había sido utilizado contra, por ejemplo, organizaciones de defensa de la libertad de prensa como Artículo 19. El mandatario acusó también a empresas estadounidenses con negocios en la zona selvática de Quintana Roo de estar “ocasionando un gran daño”.

La campaña de un grupo de actores y cantantes reclamando a mediados de marzo un cambio de ruta para el tren ya fue respondida con un cierre de filas por parte de primeras espadas de Morena, desde la jefa de Gobierno de Ciudad de México al hijo mayor del presidente, José Ramón López Beltrán. Esta vez, la estrategia de ataque de López Obrador ha incluido además a parte de su propio Gobierno. ”En las mismas instituciones hay quienes no están de acuerdo con la transformación. Al interior y afuera. Hay quienes han puesto el pie para que el Tren Maya no avance”.

La ofensiva de este lunes viene además precedida de un mensaje lanzado el fin de semana donde López Obrador hacía una llamamiento al Ejército. El presidente justificó las obras del tren más allá del objetivo turístico, habló también de la generación de empleos y de las “pensiones a los integrantes de las fuerzas armadas que van al retiro”. Y cerró pidiendo que “cuiden y defiendan estas obras” que, añadió, se hacen sin cargo a deuda, exclusivamente con el dinero del presupuesto público.

Como parte de la expansión del Ejército en tareas civiles -desde el nuevo aeropuerto a la construcción de bancos públicos- propiciada por el gobierno de Morena, la Secretaría de la Defensa ha sido la encargada no solo de la obra de algunos tramos del tren, sino también de la operación y la administración de los ingresos y sus recursos a través de una nueva empresa militar. El mensaje del presidente también subrayaba, a modo de toque de atención, que las obras deben estar terminadas para diciembre del año que viene, meses antes de la elecciones presidenciales de 2024.

El polémico tramo del Tren Maya que atraviesa Quintana Roo ha indignado no solo a la comunidad artística, sino que ambientalistas y pobladores de Yucatán también han exigido un cambio en el Tramo 5 del Tren Maya, que va de Cancún a Tulum y que amenaza con destruir el sistema de ríos subterráneos más grande del mundo, afectando la flora y fauna del lugar y deforestando los últimos bastiones de selva que quedan en México. Según el colectivo Jóvenes por Solidaridad, debajo del nuevo tramo se encuentra uno de los sistemas subacuáticos más extensos e importantes del mundo.

Las alarmas se encendieron en enero, cuando Fonatur, la autoridad encargada del Tren Maya, anunció el cambio del tramo. Después de casi un año de obras y de haber cortado 22.000 árboles, el tren ya no iría junto a la carretera que conecta las dos ciudades, sino que se meterá en la selva, donde se encuentran cenotes y cuevas como las de Sac Actún, Dos Ojos y Garra de Jaguar. La tala de selva emprendida para abrir paso al tren ya ha dejado ver los primeros reservas naturales amenazadas.

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Sobre la firma

David Marcial Pérez
Reportero en la oficina de Ciudad de México. Está especializado en temas políticos, económicos y culturales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en El País. Antes trabajó en Cinco Días y Cadena Ser. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en periodismo de El País y en Literatura Comparada por la UNED.

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