Andrés Cota Hiriart: “Si un ser humano va a vivir 200 años a lo mejor ya estamos conviviendo con él”
El biólogo y escritor mexicano habla sobre el ajolote, su potencial para la ciencia y otros bichos raros
Antes de leer esta entrevista busquen en Google la palabra ajolote o axolote y observen con calma a este pequeño monstruo de agua, el ambystoma mexicanum, con sus manitas, su cara redonda y pecosa rematada en un penacho de branquias externas, como un coronavirus lacustre. Y su sonrisa bobalicona. El bicho es uno de los más singulares del planeta por su potencial para regenerar lo que pierde. Le arrancas una pata y la repone, por ejemplo; hasta medio cuerpo puede volverle a nacer en cuestión de días y sin rastro de cicatriz. Laboratorios de medio mundo trabajan esas insólitas capacidades como quien busca el grial de la eterna juventud. Andrés Cota Hiriart, de 39 años, es uno de los biólogos (escritor y guionista) mexicanos fascinados por este anfibio que ya está prácticamente extinto en su hábitat natural, pero que sobrevive casi doméstico en quién sabe cuántos acuarios del planeta. Su libro El ajolote (Elefanta Editorial) va por la segunda edición. Era lógico que alguien que adora los bichos raros glosara al animal que los antiguos mexicanos consideraron un dios. Pero Cota Hiriart se empeña en destapar océanos y desbrozar selvas para documentar otras rarezas que los habitan. De pequeño era de esos que escondían culebras en el cajón de la ropa interior. Que le pregunten a su madre.
Pregunta. ¿Por qué el ajolote no decide vivir eternamente si es capaz de regenerarse?
Respuesta. Porque a pesar de ser una larva perpetua, envejece. Es una larva vieja. Simplemente no pasa por los cambios sexuales secundarios, es como si los humanos nos reprodujéramos siendo fetos.
P. ¿Cuántos laboratorios y líneas de investigación hay en el mundo sobre esto?
R. Uf, mil. La mayoría se ocupa de la regeneración. Sería impresionante regenerar un ojo, un pulmón y que sea indistinguible, no como la cola de lagartija que queda como truncada y crece rara. Y solo lo hacen una o dos veces. Los ajolotes, sin embargo, pueden regenerar una pata cortada hasta 25 o 26 veces.
P. Capaz que lo comprobaron.
R. Antes se hacían esas cosas en los laboratorios. A lo mejor ya no se regeneró más porque estaba deprimido el animal. Lo que hace es desdiferenciar las células, el reloj biológico va para atrás para que una célula de piel se convierta en una célula esencial y luego la vuelve de hueso o de lo que sea necesario.
P. Una nueva multinacional estadounidense, Laboratorios Altos, dicen que financiada por un tal Bezos, ha puesto a trabajar 2.700 millones de dólares para rejuvenecer a monos.
R. Si algunos humanos van a vivir 200 o 300 años a lo mejor ya estamos conviviendo con ellos y Bezos es el primer candidato.
P. Hace unas semanas, a unos alcaldes de Ciudad de México se les ocurrió liberar ajolotes en el lago de Xochimilco, de donde eran originarios. Les llovieron las críticas. No hicieron nada bien, pero ahí quedó la foto.
R. Fue una escena de Monty Python. Espeluznante. Agarrándolos con las manos, soltándolos en aguas contaminadas sin un proceso de adaptación. Algunos calcularon que sobrevivirían tres horas. Yo creo que incluso pueden aguantar un poco más, pero no se les puede liberar en un entorno donde ya han dejado de existir por causas que no se han corregido. Reintroducir animales al medio silvestre, y Xochimilco no lo es del todo, es complicado. Hay patógenos que les pasamos cuando los tocamos y hongos, que es el apocalipsis del anfibio y que se transmiten al ámbito natural con animales de laboratorio. Encima los pusieron al sol.
P. Qué debilidad extrema siendo tan superhéroes.
R. Son superfrágiles, enferman rápido. A 20 grados empiezan a tener estrés.
P. Vaya, pues el calentamiento global les viene divino.
R. Eso va a ser la gota que derrame el vaso para muchos anfibios. El último censo formal de ajolotes que se hizo, en 2009, lo hizo Luis Zambrano, solo encontró cinco en todo el muestreo.
P. En 1998 había 6.000 por kilómetro cuadrado…
R. Y algunos de los pocos que hay pueden ser reintroducciones, en cautividad pueden criar mucho, hasta 300 huevos y, bueno, es humano querer soltar los bebitos al lago, pero se hace sin control.
P. ¿Pues no está mal tener acuarios, entonces?
R. Hay posturas muy polarizadas sobre eso. Pero la pregunta es, por qué, para qué, pensando en qué.
P. Los perros en algún momento fueron salvajes. Igual hemos domesticado al ajolote.
R. Quizá se quede en peceras para siempre. Ya hay como nueve variedades de colores, a la carta, y luego les dará por cruzar al ajolote con otro anfibio. A la larga puede ser como con los perros.
P. Serpientes orgiásticas, lagartijas con alumbramientos virginales, parasitismo sexual, transexualidad de peces, sexo consigo mismos. ¿Está obsesionados con los animales raros o con el sexo?
R. Eso es parte de una investigación en curso para un libro que estoy trabajando. Empecé a coleccionar esas historias porque me divierten y rompen paradigmas. Los humanos somos muy limitados, pero sentimos que la biología debe estar estructurada a partir de nuestra experiencia. Por ejemplo, la monogamia se da en el mundo animal como en un 5% de especies, apenas, y no son heteropatriarcales. Hay 500 especies animales con relaciones del mismo sexo. Cada quien que haga lo que quiera ¿no?
P. ¿Ve al ser humano simplón?
R. No, el ser humano es fascinante también, lo que pasa es que estamos muy ensimismados.
P. Un humano para aparearse, incluso deseando a otro, puede tardar hasta 300 capítulos de una telenovela.
R. Sí, hay quien dice que los humanos dedican en promedio cinco minutos al día a las tareas reproductivas. Esa especie debería estar extinta.
P. El pez Serrano pálido, de Panamá, cambia de sexo 20 veces al día. Eso no lo ha hecho Dios.
R. A lo mejor no es tan extraño, es que los humanos no tenemos idea de lo que ocurre allí abajo…
P. En los océanos, se refiere…
R. A lo mejor, la norma allí es cambiar de sexo. El 70% del planeta está allí abajo.
P. Gusanas zombis. Dice que llevan en su interior hasta 100 machos microscópicos que solo sirven para procrear. ¿Qué nos dice esto del futuro?
R. Es buenísimo. Ya podría ser el presente, con la cantidad de bancos de esperma que hay a los hombres nos podrían dar cuello [en México, matar] y sanseacabaron los problemas.
P. ¿Usted tiene perros o gatos?
R. Tengo dos gatos, y son de lo peor para el medio ambiente, tanto los asilvestrados como los que viven en un departamento, desde el balcón agarran un pájaro. Son diabólicos en términos de medioambiente. Así somos los humanos, estamos llenos de contradicciones.
P. ¿Cuál es, finalmente, su bicho favorito?
R. El Serrano pálido de Panamá, porque es la utopía de la pareja inclusiva, en la que todos hacen todo. Como grupo, las serpientes es lo que más me interesa.
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