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El murciélago que maravilló al Batman mexicano

La aparición de una especie amenazada en pleno centro de Ciudad de México da nuevas pistas sobre un animal fascinante y poco estudiado, y una lección sobre la destrucción de los ecosistemas naturales

Un ejemplar de murciélago de nariz larga avistado en Ciudad de México.
Un ejemplar de murciélago de nariz larga avistado en Ciudad de México.RODRIGO MEDELLIN (UNAM)
Elías Camhaji

“¿Qué demonios hace un murciélago de nariz larga en pleno centro de Ciudad de México?”. Esa es la pregunta que ha dado vueltas por la cabeza del biólogo Rodrigo Medellín los últimos cuatro meses. En noviembre, el equipo del investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) documentó la presencia de varios ejemplares de esta especie, catalogada como amenazada en el país desde 1994. Lo extraño del hallazgo es que no se produjo en los últimos resquicios rurales de la urbe hispanohablante más grande del mundo ni en sus áreas naturales protegidas, sino en un minúsculo punto verde rodeado de edificios: un cactus en el hábitat de la hiena café en el Zoológico de Chapultepec en la capital mexicana. “Es realmente sorprendente, jamás lo esperé”, dice atónito el especialista.

Otras preguntas han marcado antes la vida de Medellín. El investigador cuenta que cuando apenas tenía 12 años logró convencer a su madre de que lo llevara a un conocido show de televisión: “el programa de los 64.000 pesos”, una versión mexicana similar al concurso de preguntas que gana el protagonista de Slumdog Millionaire. Fue un programa tan famoso que dejó una frase que se sigue usando en el país: “la pregunta de los 64.000 pesos”, la más difícil y la que determinaba al ganador del máximo premio. Medellín no llegó a la última ronda, pero a partir de ahí se acercó a investigadores de la UNAM que le abrieron las puertas para unirse a los viajes de campo, aún como adolescente. Lleva ya casi 50 años estudiando y promoviendo la conservación de animales, sobre todo murciélagos, lo que le valió que le apodaran el Batman mexicano y que la BBC le dedicara un documental homónimo que se rodó entre 2013 y 2015.

Una de las razones de su fascinación por este último hallazgo es que tras miles de años de repliegue frente a la devastación de sus ecosistemas, este murciélago está reclamando lo que era suyo. “El ser humano ha invadido prácticamente todos los ecosistemas del mundo, nos sentimos dueños de la creación”, señala Medellín en una entrevista telefónica, “eso es una ilusión, lo cierto es que somos invasores de sitios que animales y plantas han ocupado durante millones de años antes de que empezáramos a exterminarlos”.

Tan solo en Ciudad de México habitan alrededor de 20 tipos distintos de murciélagos. Pero el Choeronycteris mexicana, llamado también murciélago trompudo por el tamaño de su nariz, es una especie más enigmática que el resto. Es un animal que se encuentra habitualmente en ecosistemas templados y se distribuye desde el sur de Estados Unidos, buena parte de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y una pequeña porción de Nicaragua. Mientras que otros murciélagos pueden hallarse en colonias de miles o cientos de miles, los de nariz larga suelen viajar en grupos muy pequeños, de 15 o 20 especímenes. Debido a esto, los científicos han tenido problemas para documentar su ruta migratoria y para recuperar sus poblaciones. Son demasiado esquivos. “Aparecen y desaparecen”, cuenta Medellín. “Casi no se sabe nada de ellos, este animal es un misterio”, agrega.

Hay indicios de que cada vez más especies se están adaptando a nuevas condiciones de vida. Medellín dice que si uno se para frente a una farola de luz blanca, las que habitualmente sobrevuelan polillas y otros insectos atraídos por la luminosidad, lo más probable es que al cabo de unos minutos se encuentre con uno de estos mamíferos. El también profesor adjunto de la Universidad de Columbia asegura que hay miles de murciélagos que habitan en los alrededores del Zócalo de la capital, la plaza más grande de América Latina.

El murciélago de nariz larga se alimenta de néctar y polen, por lo que no es casual que se haya encontrado volando hacia una cactácea, incluso bien adentro de la mancha urbana. Se han visto también en el jardín botánico de la UNAM, pero también en una zona habitacional cerca de Viaducto Río La Piedad y Tlalpan, dos de las principales vías de la ciudad, con espacios verdes sumamente reducidos. Esto aumenta el misterio sobre el comportamiento de estos animales.

El murciélago fue alimentado por investigadores de la UNAM.
El murciélago fue alimentado por investigadores de la UNAM.RODRIGO MEDELLIN (UNAM)

¿Cómo es capaz un murciélago de identificar una fuente de alimento en un terreno aparentemente inhóspito? Medellín ha estudiado a los murciélagos magueyeros —llamados así porque se alimentan de los magueyes o agaves, las plantas con las que se produce el tequila y el mezcal—y ha descubierto que pueden recorrer hasta 100 kilómetros en busca de alimento, eso se traduce entre seis y ocho horas de vuelo diarias. Su hipótesis es que el murciélago trompudo puede cubrir distancias similares y tiene un mecanismo visual que le permite escanear el terreno con ayuda de la luz de la Luna y detectar plantas para obtener comida. El combustible de ese pequeño aeroplano, dice sorprendido Medellín, es “vil agua con azúcar”.

La UNAM ya planea un proyecto en conjunto con la Universidad de Tel Aviv para rastrear los movimientos de este mamífero con tecnología GPS, pero como solo pesa 28 gramos, se necesita un aparato minúsculo, de poco más de 1 gramo de peso. La idea es que el transmisor se active durante una hora cada semana y que al cabo de un año se pueda tener un mapa completo de sus movimientos, lo que puede dar nuevas pistas detrás del enigma de este animal. Esto ya se está probando para otra especie de murciélago en Israel y si los resultados son satisfactorios, se aplicará en 2022 en México.

“Los murciélagos son los animales más injustamente maltratados que existen”, reclama Medellín. La pandemia de covid-19 no ha ayudado, sobre todo después de que la Organización Mundial de la Salud considerara esta semana que es probable que el virus se originara en murciélagos, aunque no está del todo claro como pasó a los humanos. El investigador defiende que los beneficios de estos animales se pueden ver desde la comida que probamos hasta la ropa que nos ponemos: controlan plagas en campos agrícolas, dispersan semillas y son cruciales para la polinización.

Su principal amenaza es la destrucción de sus refugios y para él, como indican los trabajos de otros investigadores, la epidemia está estrechamente ligada a la pérdida de biodiversidad. “Estamos en un cruce de caminos importantísimo”, dice antes de colgar, “la vida silvestre nos está extendiendo una bandera de paz y nos está pidiendo una oportunidad para seguir dándonos los beneficios que ya nos daba desde antes”. Tras más de 200 publicaciones y más de 50 libros sobre conservación, ecología y diversidad, el hombre murciélago lanza un último mensaje: “Los animales nos están diciendo ‘ya paren, nosotros vivíamos aquí antes”.

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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