Ana Jiménez: “La marca del Colegio Madrid es el compromiso social”
La directora del centro escolar que fundaron los españoles en México aboga por educar en valores
Dice Ana Jiménez (Ciudad de México, 60 años) que los antiguos alumnos del colegio Madrid se reconocen cuando se encuentran en cualquier parte con solo pronunciar algunas frases, como una comunidad de hormigas que juntan sus antenas, más o menos. Que llevan la marca de su formación y la distinguen. El colegio Madrid lo fundaron en México los republicanos españoles exiliados como un apaño temporal hasta que se muriera Franco, pero el dictador prefirió vivir otros 40 años y el centro incorporó la educación de la República, al modo de Giner de los Ríos. Y así sigue, aunque en otro lugar y Jiménez es la directora. Allí se celebra cada año el 14 de abril, pero no la Navidad, ni el día de la madre ni del padre. Su modelo educativo les ha convertido en uno de los establecimientos más exitosos de la capital. Hoy, el 95% de sus alumnos ya no tienen nada que ver con aquellos españoles que llegaron en barco, pero se educan en los mismos valores. Siempre que tengan dinero, claro, porque es privado. Muchos profesionales de éxito, incluidos algunos cuadros gubernamentales, han salido de estas siete hectáreas de campo y aulas.
Pregunta. ¿Qué se les enseña aquí que sea distinto?
Repuesta. Valores, compromiso social, mirar por el otro. Además, somos buenos académicamente, muy buenas matemáticas, por ejemplo. Pero lo que hay que hacer es mirar hacia afuera, aprender matemáticas pueden aprenderlo en otro sitio, pero aprender matemáticas para ayudar a otros, eso sí no se aprende en cualquier escuela. Además, les acompaña un gran proyecto cultural, los niños de aquí son muy cultos, les traemos teatro, conciertos, exposiciones, les llevamos a museos; nuestros proyectos cultural y medio ambiental son vastos. Queremos ser una escuela sostenible, tenemos paneles solares, agua de riego reciclable, las basuras, los focos, todo sostenible. Y sacarlos al campo y ver por qué se degrada el bosque, y qué podemos hace nosotros desde la individualidad, que podemos hacer mucho, hay que hacerlo.
P. Cuando llega el alumnado y ve toda esta parafernalia de banderas republicanas, de murales alusivos a la guerra y al exilio españoles, ¿qué dicen?
R. Celebramos el 14 de abril [Día de la República española] cada año, siempre unido a un tema, el último, en confinamiento, fue sobre las mujeres republicanas. Antes fue sobre migración. No hablamos de la Guerra Civil, ya no es un tema aquí, lo es la República y qué nos enseña para al futuro. Muchos exalumnos dicen que ya no traen a sus hijos, porque el centro no es lo que era. ¡Pues qué bueno, me estás dando una flor! La escuela tiene que evolucionar, ser vanguardista, punta de lanza.
P. ¿Pero no siente que ahora este centro es muy de élite, que se ha roto el espíritu de antaño?
R. No, podría parecer, pero el proyecto pedagógico sigue siendo muy pegado a lo que fue el de la república, la Institución Libre de Enseñanza: las prácticas de campo, sobre el terreno, son una parte esencial y eso viene de allí; la lectoescritura, muchas cosas. Tenemos siete hectáreas, aulas al aire libre, tres laboratorios en cada sección, hasta en prescolar. Y la marca del colegio es su compromiso social: se trata de que cuando salgan traten de ver por el otro y de aportar algo a la sociedad de su país. Aquí nadie se quedará atrás, si no tienen con qué pagar ahora con la pandemia, o tienen problemas emocionales, no se va a quedar nadie atrás.
P. Dice que el 95% de los alumnos ya son mexicanos de pura cepa, nada que ver con aquel exilio.
R. Siguen llegando algunos descendientes, pero cada vez menos, sí. La gente toma rumbos distintos, antes éramos muy endogámicos, pero ya las parejas se mezclan y pues eligen otras cosas. Este colegio es de clase media, sí, pero damos muchas becas, más de las que nos exigen las autoridades, acogemos a niños que lo necesitan. La mayoría aprueba el examen para seguir en la Universidad Nacional Autónoma de México. Y hay convenio para que salgan con el certificado de estudios español.
P. De tanto en tanto sale un alumno famoso. El subdirector general de Salud, que ha comandado la lucha contra la pandemia, Hugo López- Gatell, nieto de republicanos estudió aquí.
R. Sí, que parece que no lo quieren mucho, pero sí
P. Su gestión ha sido muy criticada.
R. A mí me cae bien, yo creo que a lo mejor no hizo algunas cosas bien, pero nadie sabía cómo. Aquí había un programa de alfabetización para pasar el verano enseñando en las comunidades, llevando talleres, cultura. Gatell fue alfabetizador cuando era estudiante, siempre estuvo en ese programa y tiene visión de comunidad y de ayudar al otro. Yo no puedo hablar mal de él. ¿Quién lo hizo bien en la pandemia? Por cierto, que una de las inventoras de la vacuna Pfizer también estudió en el Madrid.
P. ¿Ve la cuarta transformación del Gobierno mexicano actual con esperanza?
R. Pensé que iba a ser otra cosa. No me arrepiento de haber votado por el cambio… Y no está la situación fácil para hacerlo, pero hay algunas necedades...
P. Usted también es hija y nieta de exiliados. Y da clases en bachillerato. ¿Qué les enseña que heredó de aquellos republicanos?
R. Muchos valores, la solidaridad es clave, la empatía, el sentido de justicia. Y también la forma de siempre mirar hacia adelante: no te quedes, siempre hay un barco que te va a llevar a un buen puerto.
P. Qué optimista.
R. Sí, lo que pasó, pasó, pero siempre habrá una flor y un fruto, siempre saldremos adelante y eso es lo que tratamos de enseñarles aquí, que lo podemos pasar mal, pero siempre habrá luz en el camino.
P. Eso de que los españoles hicieran su propio colegio… ¿No fueron un poco elitistas, endogámicos?
R. Sí, fuimos muy endogámicos.
P. ¿Y elitistas?
R. En este colegio no. A los pocos años de fundarse, ya había niños mexicanos. Junto a mí estudiaba la niña del señor de la gasolinera de al lado. Muy pronto empezó a ser de pago y se dejaba a entrar a todos, los republicanos pudieron ser elitistas, pero aquí no.
P. ¿Cómo ve la educación hoy en México?
R. Después de la pandemia hay un rezago importantísimo. A veces parece inconcebible que hayamos estado dos años cerrados, pero es que no hay condiciones en las escuelas oficiales. Hay gente muy capaz, con mucha pasión y entrega, pero el sistema no ayuda del todo, existen planes y programas que pueden ser excelentes, pero no es tan fácil llevarlos a la práctica, es muy diferente la realidad en un colegio privado, como este, de la de un colegio oficial. La diferencia es abismal, pero yo tengo esperanza, creo que poco a poco se irá retomando. La pandemia ha venido a jorobar todo, en muchas escuelas oficiales casi no hay niños todavía, ha habido mucha deserción, mucho miedo y ¿cómo abrían las escuelas si no había agua? Es triste.
P. ¿Están al tanto de lo que está pasando en España, cómo se suicida el partido popular en directo?
R. Pues que caigan.
P. ¿Para ganancia de Vox?
R. Ay, sí, a nuestro pesar el partido socialista siempre se queda atrás.
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