

1 | 2 | 3 | 4 | T | |
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TEL | 17 | 40 | 19 | 16 | 92 |
RMA | 27 | 21 | 26 | 17 | 91 |
El Real Madrid es el primero que no pesca en el refugio del Maccabi israelí
Un triple de Blatt a falta de 4,3s sentencia un partido muy irregular del equipo de Sergio Scariolo, que encaja 40 puntos en el segundo cuarto


El refugio del Maccabi israelí ha sido un chollo para sus rivales en la Euroliga. El equipo de Oded Kattash llegó a la sexta jornada sin ganar un partido en el Alexandar Nikolic Hall de Belgrado. El Real Madrid, inédito, en su caso, a domicilio, sabía que llegaba al lugar ideal para estrenarse. Quedan seis semanas antes de que el Maccabi y el Hapoel vuelvan a sus canchas en Tel Aviv después del alto el fuego y el conjunto de Sergio Scariolo confiaba en lograr un triunfo en Serbia. Al final se volvió otra vez de vacío por su irregularidad, por un segundo cuarto demencial en el que encajó 40 puntos en diez minutos y la sentencia final con un triple de Tamir Blatt (92-91).
El Real Madrid mejoró mucho su defensa al final del primer cuarto, con muy buena coordinación para forzar el dos contra uno, y eso le permitió llegar con ventaja al segundo periodo. La diferencia pudo ser mayor, pero ni los pies ni la cabeza de Facu Campazzo, guía de este equipo durante los últimos años, parecen tan ágiles como siempre. Con las bajas de Sergio Llull y Andrés Feliz, el Madrid sufría mucho en la dirección, pero el trabajo alrededor de su aro les dio una renta jugosa (17-27).
La reacción del Maccabi vino desde la línea de tres. Una dosis de confianza para ganar seriedad en defensa y variedad en ataque que les condujo a un parcial favorable de 13-0. Lonnie Walker era demoledor desde el tiro exterior y el Madrid, que había perdido esa consistencia defensiva del primer cuarto, que perdía muchos balones, poco a poco se fue descontrolando. Mario Hezonja hacía esfuerzos por sostener a su equipo en el silencioso pabellón serbio, pero otra racha en el triple en el tramo final lanzó al Maccabi, capaz de endosarle a su rival 40 puntos en 10 minutos, para llegar con desahogo al descanso (57-48).
El Madrid, desbordado, lo fio todo a Mario Hezonja. Un solista en el Alexandar Nikolic Hall. Pero sus puntos no curaban del todo al equipo español. Sergio Scariolo apostó entonces por rodear a Supermario de perfiles más defensivos, como Garuba, Abalde o Deck. Esa decisión le cambió la cara a los madridistas que así pudieron llegar al último cuarto con opciones (76-74).
Scariolo, que se dejó fuera a Bruno Fernando, que no termina de encajarle en el grupo, había encontrado la forma de equilibrar el choque. Pero el Maccabi, que encontró un líder en Roman Sorkin, mantenía el dominio. Edy Tavares era menos decisivo de lo habitual porque el conjunto israelí tenía muy estudiado cómo sortearle y minimizarle. Nada de esto intimidó al técnico italiano, que siempre ha sabido de la importancia de no perderle el respeto a sus pesos pesados, como ha hecho siempre. La confianza en Campazzo y Tavares le permitió acechar al Maccabi. El argentino está lejos de su mejor momento, pero nadie como él conoce los caminos hacia la torre de Cabo Verde. Trey Lyles se asoció a ellos con su facilidad anotadora. No era la noche de Tavares y regaló la quinta falta personal en un bloqueo en ataque que dejó huérfano a su equipo, que siguió a lo suyo hasta igualar el choque (89-89) a falta de un minuto. Después de 23 minutos a remolque, Campazzo recuperó el mando. (89-91). Pero entonces, con todos pendientes de Walker, el balón le llegó a Blatt. Al base israelí no le importó estar a nueve metros, se giró, lanzó y sentenció este clásico del baloncesto europeo.
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