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Ocho libros para explorar la maternidad como terreno literario

Cómo las madres enfrentan la pérdida, la soledad o el abandono de una hija adolescente y otros relatos que muestran la realidad sin paliativos de cómo distintas mujeres viven, recuerdan y echan de menos a sus hijos

Ocho historias que abordan cuestiones tan diversas como el parto y el nacimiento, la pérdida o las expectativas de la maternidad.
Ocho historias que abordan cuestiones tan diversas como el parto y el nacimiento, la pérdida o las expectativas de la maternidad.

La maternidad, un tema que trasciende las fronteras culturales y geográficas, ha sido un terreno literario poco explorado en comparación con otras cuestiones como pueden ser el amor o la guerra. Sin embargo, como se ha demostrado en los últimos años, la experiencia universal de ser madre se revela como una fuente inagotable de inspiración y reflexión.

A través de historias que abordan cuestiones tan diversas como el parto y el nacimiento, la pérdida, las expectativas de la maternidad, las relaciones maternofiliales o los estereotipos creados en torno a las madres, estos ocho libros de publicación reciente constituyen un rico muestrario para apreciar la complejidad y las múltiples visiones respecto a tener hijos. Enfoques literarios que permiten mostrar este tema tan profundamente humano y, sin embargo, tradicionalmente subestimado y ninguneado por las altas esferas culturales.

Portada de 'Mi madre es un río'.

'Mi madre es un río' (Duomo)

La escritora italiana Donatella di Pietrantonio (traducción de Montserrat Triviño), como ya hiciese en sus anteriores libros, vuelve a poner con este título el foco en las relaciones familiares, en este caso la que mantiene una hija con su madre enferma de alzhéimer. “Nuestro amor se torció enseguida”, señala la hija y narradora, que reconstruye para su madre, a base de recuerdos, la vida de una mujer educada para el sacrificio que no pudo permitirse el lujo de estar con su hija. Una reconstrucción en la que la narradora busca, quizás, una forma de entender a esa mujer que fue su madre. Y también una manera de quererla.
Portada de 'Una estela salvaje'.

'Una estela salvaje' (Gatopardo ediciones)

“Nuestros padres no pueden protegernos de las pérdidas para siempre, porque al final, a menos que haya una tragedia aún mayor, los perdemos a ellos”, escribe Kathryn Schulz (traducción de Marta Rebón) en ‘Una estela salvaje’. Este es un libro profundamente conmovedor que se adentra en la complejidad de la pérdida y el asombro del descubrimiento. Schulz, en su exploración de la pérdida, utiliza la muerte de su padre como punto de partida para un análisis filosófico profundo sobre este tema universal. Con gran destreza, la ganadora del premio Pulitzer entrelaza las pérdidas cotidianas con aquellas que poseen un significado profundo en nuestras vidas, invitándonos a reflexionar sobre la vida y sobre el amor, y desafiándonos a abrazar la belleza efímera de ambos. Como dice Schulz: “El primer problema que nos plantea el amor es cómo encontrarlo. Pero el problema más perdurable del amor, que es también el más duradero de la vida, es cómo vivir con la certeza de que lo perderemos”.
Portada de 'La luz difícil'.

‘La luz difícil’ (Sexto Piso)

“Un mundo sin aflicción, pensé, estaría tan incompleto y sería tan poco armonioso, tan feo, como una escultura o un árbol que no tuviera sombra”, dice el artista que narra los acontecimientos en ‘La luz difícil’. Esta reflexión sintetiza a la perfección lo que es esta bella y conmovedora novela del escritor colombiano Tomás González. Una historia contada por un pintor que se acerca a los 80 años, casi ciego, viudo, mezclando momentos del presente con los recuerdos del día fatídico en que estaba programada la muerte de uno de sus hijos, Jacobo, un joven incapaz de soportar durante más tiempo los dolores provocados por un accidente de tráfico que le dejó parapléjico. Con sencillez y la lucidez que aporta el paso del tiempo, sin caer en ningún momento en la cursilería, González narra una historia dura (como solo lo es la pérdida de un hijo) que, sin embargo, es capaz de irradiar luz. Y es que, como afirma el narrador de ‘La luz difícil’, “la alegría aflora siempre”.
Portada de 'Creatura'.

‘Creatura’ (Editorial Cántico)

La poesía de María González es un grito. Un grito de angustia que se eleva ante el abismo que abre la maternidad. Al mismo tiempo, es un grito de valentía, una respuesta audaz a un estereotipo irreal de madre que la autora desafía con firmeza. “Te sostengo / y pienso / que nadie nombra las muñecas rotas, / que nadie habla de las rodillas calientes, / de las paredes dobladas, de la prisa en el camino”. No hay almíbar ni colores pastel en ‘Creatura’, hay heridas, sangre, fluidos. La poeta habla del cuerpo y desde el cuerpo cuando nombra su cesárea, su posparto, a su cría. “Soy un animal sin cría e insomne / Un mamífero asustado y descubierto”. Sus poemas son también un refugio frente al dolor. “Si escribo, este dolor no me poseerá”, dice uno de ellos. El juego que la autora realiza con el título no es fortuito, ya que crear y criatura son dos palabras que han demostrado ser indispensables la una para la otra.
Portada de 'Cómo amar a una hija'.

‘Cómo amar a una hija’ (Salamandra)

La obsesión casi enfermiza de una hija por encontrarse con su madre, que la escritora Vigdis Hjorth narraba con maestría en ‘¿Ha muerto mamá?’ (Nórdica), tiene su reverso en ‘Cómo amar a una hija’, la premiada novela de la autora israelí Hila Blum (traducción de Ana María Bejarano). En este caso es una madre la que intenta encontrar y recuperar a una hija que lleva años sin ir a verla y mintiéndole sobre su verdadero paradero. A través de los recuerdos de esa madre sobre la infancia y la adolescencia de su hija, cuidadosamente dosificados por Blum para enganchar al lector sin necesidad de convertir su escritura pausada en un 'thriller', el lector conocere la razón de esa abrupta separación. Una extraordinaria novela que disecciona con precisión las devastadoras consecuencias de la sobreprotección y el amor materno mal entendido.
Portada de 'El hijo predilecto'.

‘El hijo predilecto’ (Impedimenta)

“¿Por qué, después de tanto, quería continuar viviendo? (…) Le sorprendía que, 20 años después, siguiera sin encontrar un solo motivo para vivir y que, pese a ello, continuara queriendo vivir a toda costa”, se pregunta Koko, la protagonista de la novela con la que Yuko Tsushima conquistó en 1978 el Premio de Literatura Femenina de Japón (recuperada ahora por Impedimenta con traducción de Tana Oshima). Puede que esta novela sea ante todo eso la lección de una mujer que se agarra a la vida anclada a lo único que tiene, su libertad y su presente: pese al pasado y al incierto futuro, pese a la precariedad de su trabajo, pese al machismo latente, pese a una hija en el camino a la adolescencia —a la que ha criado sola— que le deja para irse a vivir con su tía, la hermana normativa de Koko, pese a sus fallidos amantes, pese a un supuesto embarazo no deseado que de repente parece ser un rayo de esperanza. Pese a todo ello, Yuko Tsushima crea en esta novela a un personaje inolvidable capaz de conquistar su territorio de luz viviendo en los márgenes de lo aceptable y respetable para la tradicional sociedad japonesa.
Portada de ‘La tierra sobre tus huesos’.

‘La tierra sobre tus huesos’ (La navaja suiza)

Partiendo de un hecho real, la inundación en 1964 de los pueblos mexicanos de Batuc, Tepupa y Suaqui para la construcción de una presa, la escritora Suzette Celaya Aguilar da forma a este portentoso relato. A veces poético, a veces rodeado de un aura de realismo mágico, siempre desgarrador. Está protagonizado por una mujer, Violeta, que no conoció a su madre (se suicidó al poco de nacer ella), que se crio con una abuela avara y déspota y que perdió a la que iba a ser su hija en el parto. “¿Quién si no la madre es culpable de que muera eso que crece en sus entrañas? ¿De alimentar y matar al mismo tiempo eso que engendró? Mi cuerpo fue la primera tumba de mi hija y en mi líquido se ahogó”, reflexiona la narradora de la novela. Celaya deja en el subconsciente potentísimas imágenes asociadas a las reflexiones que plantea sobre la condición humana, las relaciones familiares entre mujeres (abuela, madre e hija), el sentido de pertenencia y la resistencia de los habitantes de un pueblo que se niegan a irse y a abandonar a sus muertos.
Portada de ‘Ideal estandarizado’.

‘Ideal estandarizado’ (Garbuix books)

Las expectativas que Claire ha ido alimentando a lo largo de su vida van desplomándose como fichas de un dominó. Al llegar a la treintena, la protagonista de ‘Ideal estandarizado’, de Aude Picault, esperaba haber encontrado la persona perfecta con la que compartir su vida y tener hijos. Sin embargo, esta enfermera de neonatología ha cumplido ya 32 años y vive sola en un pequeño piso. Picault muestra en esta novela gráfica, publicada en Francia en 2017 y ahora en España por Garbuix books, que la realidad, a veces, es mucho más compleja. ¿De qué dependen nuestras elecciones? ¿Qué podemos controlar y qué está más allá de nuestro alcance? A través de la protagonista, la autora explora cuestiones como el reloj biológico, el deseo de ser madre, la amistad entre mujeres, la confianza en una misma o los estereotipos culturales, y anima al lector a plantearse en qué otros lugares puede esconderse ese escurridizo tesoro llamado felicidad. Traducción de Montserrat Terrones.

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