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Las medidas anticovid en los colegios reducen los casos de bronquiolitis o catarros y la incidencia de piojos en los niños

Mantener la distancia de seguridad y el uso de la mascarilla están produciendo un efecto beneficioso en las aulas. Los expertos destacan que se está registrando un descenso en el número de consultas pediátricas

La vuelta al cole ha estado marcada por las medidas de seguridad impuestas por las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia del coronavirus.
La vuelta al cole ha estado marcada por las medidas de seguridad impuestas por las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia del coronavirus.Óscar Corral

¡Cómo ha cambiado nuestra vida en los últimos nueve meses! Actos como pasear por las calles, ir en transporte público, asistir al trabajo, parece que nos introdujeran en una película de ciencia ficción en la que sus personajes han incorporado, en su vestimenta las inseparables mascarillas faciales y entre sus rutinas, geles hidroalcohólicos para evitar contagios por coronavirus. Unos hábitos que también han ido adquiriendo en su día a día los niños y niñas, adolescentes y jóvenes, de manera especial, desde que abrieran sus puertas los centros educativos. Protocolos de higiene impuestos en estos entornos que han demostrado ser muy efectivos también frente a enfermedades estacionales, tan habituales en la población infantil y juvenil, como catarros, otitis, bronquiolitis o conjuntivitis, entre otros.

María García-Onieva, secretaria de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y pediatra de Atención Primaria, afirma que “las actividades preventivas que se están realizando para controlar la pandemia por el Covid-19: limpieza de manos, uso de mascarillas y distanciamiento social permiten controlar también numerosas infecciones habituales en los niños que van a centros escolares”. La secretaria de la AEP sostiene que, “desde hace años, sabemos que el lavado de manos disminuye las infecciones respiratorias y es una recomendación que se hace, de forma habitual, en época de gripe tanto a la población infantil y juvenil como adulta. Asimismo, la higiene de manos disminuye la propagación de cuadros diarreicos causados, con frecuencia, por determinados virus muy comunes en niños pequeños que acuden a colegios o guarderías”.

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Las enfermedades más prevalentes en pediatría durante el curso escolar han sido clásicamente, en la “época prepandémica”, las infecciones que tiene un predominio estacional, como la gripe, neumonías, infecciones víricas y gastroenteritis, entre otras… Mª Ángeles Donoso Sanz, de la Unidad de Pediatría y Adolescencia del Hospital Ruber Internacional, manifiesta que “las vías de transmisión de estas infecciones son, fundamentalmente, la respiratoria por gotas de saliva y el contacto directo con las secreciones. Las actuales medidas de higiene recomendadas e impuestas por la pandemia permiten contener la extensión del Covid-19, además de tener un efecto beneficioso reduciendo la prevalencia de otras infecciones que comparten el mismo mecanismo de propagación”.

De este modo, las medidas de prevención instauradas en los colegios han supuesto una disminución llamativa de las enfermedades infecciosas transmisibles y, consecuentemente, han provocado el consiguiente descenso en el número de consultas a los servicios de urgencias de pediatría de los centros sanitarios. Esta circunstancia, según la doctora Mª Ángeles Donoso Sanz, se ha producido también “por la percepción de riesgo por parte de los usuarios a la hora de acudir de forma presencial a los centros sanitarios, lo que ha permitido poner en valor las herramientas de la telemedicina y la adecuación de los establecimientos con nuevos protocolos de prevención en la situación actual de pandemia”.

Aunque las enfermedades transmisibles de los meses de otoño-invierno no “han desaparecido” totalmente, la doctora Mª Ángeles Donoso Sanz sí apunta que “la prevalencia de estas ha disminuido considerablemente, como así ha sucedido durante el invierno en países del hemisferio Sur”.

No es descartable que, cuando esta pandemia llegue a su fin, algunas de las medidas de prevención impuestas a lo largo de estos últimos meses se instalen en nuestras vidas. En este sentido, la secretaria de la AEP opina que “la población está muy concienciada, en general, con estas medidas de higiene y va entendiendo que la mascarilla debe utilizarse siempre que se tenga una infección respiratoria”. Un hecho que se hace extensible también a la población más joven porque, según esta pediatra, “los niños se han familiarizado con el lavado frecuente de manos, que es una medida preventiva sencilla y muy eficaz para evitar infecciones de todo tipo. Este hábito, incorporado a edades tan tempranas en su educación, se va a convertir en un acto rutinario en su día a día”. Una opinión con la que coincide la pediatra de la Unidad de Pediatría y Adolescencia Hospital Ruber Internacional, quien ratifica que “enseñar a nuestros menores a reducir la propagación de gérmenes con medidas tan sencillas como el lavado frecuente de manos, toser sobre un pañuelo desechable o en el pliegue del codo, así como el uso de mascarilla en determinadas ocasiones, son gestos sencillos que pueden evitar muchas enfermedades transmisibles y con un beneficio claro en la salud a largo plazo”. Unos protocolos que, para la doctora Ángeles Donoso Sanz, “junto con el aprendizaje de actividades relacionadas con la responsabilidad en la sociedad, el cuidado a los demás, la cooperación, entre otros… pueden aportar una educación en valores en nuestros menores, en la difícil época de pandemia que estamos atravesando”.

Pero las medidas impuestas por la Covid-19 no solo han supuesto un descenso en la población infantil y juvenil de las enfermedades relacionadas con las vías respiratorias, sino también en la reducción en la incidencia de pediculosis capitis, comúnmente conocida como “piojos”. El doctor Ricardo Ruíz Villaverde, del Grupo de Dermatología Pediátrica de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), dice que “las principales medidas de distanciamiento social, que incluso en el caso de los niños se aprecian con más rigor en escuelas, colegios e institutos, han favorecido una clara reducción en la incidencia”. Y asegura que a estas alturas del curso escolar y en otras circunstancias “no hubiese sido extraño la comunicación de brotes por contagio sobre todo a nivel escolar, ya que es donde los niños pasan la mayoría del tiempo juntos”. Además, prosigue este doctor, “aunque parezca mentira, el mecanismo de contagio sigue sin estar del todo claro. El contacto directo sigue siendo fundamental, pero persiste la controversia acerca del papel de determinados objetos en la transmisión de los piojos. Por ello, es probable que la reducción del contacto e interacción en las actividades recreativas haya reducido su incidencia”.

Por el contrario, si nos centramos en patologías directamente relacionadas con la piel, el doctor Ricardo Ruíz Villaverde manifiesta que, aunque, posiblemente, las enfermedades transmisibles tipo verrugas vulgares o piojos han disminuido, “hemos asistido a un incremento de otro tipo de consultas de dermatosis inflamatorias. De una parte, el acné inflamatorio, como consecuencia del uso de la mascarilla y el efecto oclusivo que produce y, por otro otra, los eccemas irritativos de manos por el uso de productos desinfectantes para la higiene habitual y el agravamiento de patologías como la dermatitis atópica o psoriasis. Estas dermatosis también se han visto empeoradas por situaciones de estrés o ansiedad tan presentes en esta pandemia incluso en la población pediátrica”.”. La secretaria de la AEP sostiene que, “desde hace años, sabemos que el lavado de manos disminuye las infecciones respiratorias y es una recomendación que se hace, de forma habitual, en época de gripe tanto a la población infantil y juvenil como adulta. Asimismo, la higiene de manos disminuye la propagación de cuadros diarreicos causados, con frecuencia, por determinados virus muy comunes en niños pequeños que acuden a colegios o guarderías”.

Las enfermedades más prevalentes en pediatría durante el curso escolar han sido clásicamente, en la “época prepandémica”, las infecciones que tiene un predominio estacional, como la gripe, neumonías, infecciones víricas y gastroenteritis, entre otras… Mª Ángeles Donoso Sanz, de la Unidad de Pediatría y Adolescencia del Hospital Ruber Internacional, manifiesta que “las vías de transmisión de estas infecciones son, fundamentalmente, la respiratoria por gotas de saliva y el contacto directo con las secreciones. Las actuales medidas de higiene recomendadas e impuestas por la pandemia permiten contener la extensión del Covid-19, además de tener un efecto beneficioso reduciendo la prevalencia de otras infecciones que comparten el mismo mecanismo de propagación”.

De este modo, las medidas de prevención instauradas en los colegios han supuesto una disminución llamativa de las enfermedades infecciosas transmisibles y, consecuentemente, han provocado el consiguiente descenso en el número de consultas a los servicios de urgencias de pediatría de los centros sanitarios. Esta circunstancia, según la doctora Mª Ángeles Donoso Sanz, se ha producido también “por la percepción de riesgo por parte de los usuarios a la hora de acudir de forma presencial a los centros sanitarios, lo que ha permitido poner en valor las herramientas de la telemedicina y la adecuación de los establecimientos con nuevos protocolos de prevención en la situación actual de pandemia”.

Aunque las enfermedades transmisibles de los meses de otoño-invierno no “han desaparecido” totalmente, la doctora Mª Ángeles Donoso Sanz sí apunta que “la prevalencia de estas ha disminuido considerablemente, como así ha sucedido durante el invierno en países del hemisferio Sur”.

No es descartable que, cuando esta pandemia llegue a su fin, algunas de las medidas de prevención impuestas a lo largo de estos últimos meses se instalen en nuestras vidas. En este sentido, la secretaria de la AEP opina que “la población está muy concienciada, en general, con estas medidas de higiene y va entendiendo que la mascarilla debe utilizarse siempre que se tenga una infección respiratoria”. Un hecho que se hace extensible también a la población más joven porque, según esta pediatra, “los niños se han familiarizado con el lavado frecuente de manos, que es una medida preventiva sencilla y muy eficaz para evitar infecciones de todo tipo. Este hábito, incorporado a edades tan tempranas en su educación, se va a convertir en un acto rutinario en su día a día”. Una opinión con la que coincide la pediatra de la Unidad de Pediatría y Adolescencia Hospital Ruber Internacional, quien ratifica que “enseñar a nuestros menores a reducir la propagación de gérmenes con medidas tan sencillas como el lavado frecuente de manos, toser sobre un pañuelo desechable o en el pliegue del codo, así como el uso de mascarilla en determinadas ocasiones, son gestos sencillos que pueden evitar muchas enfermedades transmisibles y con un beneficio claro en la salud a largo plazo”. Unos protocolos que, para la doctora Ángeles Donoso Sanz, “junto con el aprendizaje de actividades relacionadas con la responsabilidad en la sociedad, el cuidado a los demás, la cooperación, entre otros… pueden aportar una educación en valores en nuestros menores, en la difícil época de pandemia que estamos atravesando”.

Pero las medidas impuestas por la Covid-19 no solo han supuesto un descenso en la población infantil y juvenil de las enfermedades relacionadas con las vías respiratorias, sino también en la reducción en la incidencia de pediculosis capitis, comúnmente conocida como “piojos”. El doctor Ricardo Ruíz Villaverde, del Grupo de Dermatología Pediátrica de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), dice que “las principales medidas de distanciamiento social, que incluso en el caso de los niños se aprecian con más rigor en escuelas, colegios e institutos, han favorecido una clara reducción en la incidencia”. Y asegura que a estas alturas del curso escolar y en otras circunstancias “no hubiese sido extraño la comunicación de brotes por contagio sobre todo a nivel escolar, ya que es donde los niños pasan la mayoría del tiempo juntos”. Además, prosigue este doctor, “aunque parezca mentira, el mecanismo de contagio sigue sin estar del todo claro. El contacto directo sigue siendo fundamental, pero persiste la controversia acerca del papel de determinados objetos en la transmisión de los piojos. Por ello, es probable que la reducción del contacto e interacción en las actividades recreativas haya reducido su incidencia”.

Por el contrario, si nos centramos en patologías directamente relacionadas con la piel, el doctor Ricardo Ruíz Villaverde manifiesta que, aunque, posiblemente, las enfermedades transmisibles tipo verrugas vulgares o piojos han disminuido, “hemos asistido a un incremento de otro tipo de consultas de dermatosis inflamatorias. De una parte, el acné inflamatorio, como consecuencia del uso de la mascarilla y el efecto oclusivo que produce y, por otro otra, los eccemas irritativos de manos por el uso de productos desinfectantes para la higiene habitual y el agravamiento de patologías como la dermatitis atópica o psoriasis. Estas dermatosis también se han visto empeoradas por situaciones de estrés o ansiedad tan presentes en esta pandemia incluso en la población pediátrica”.

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