El desempate en el Senado está en manos de Kamala Harris
La vicepresidenta también presidirá la Cámara alta, donde carece de voto salvo para desbloquear un resultado
Si se confirman las últimas proyecciones sobre el resultado de las elecciones parciales en Georgia, el Senado quedará dividido en 50 escaños para los republicanos y otros 50, incluidos dos independientes, para los demócratas, pero la vicepresidenta electa, Kamala Harris, podrá romper cualquier posible empate en favor de su partido, dado que su nuevo cargo implica ser también la presidenta de la Cámara alta. Esta ventaja para los demócratas no permite sin embargo descartar una legislatura abrupta y a la contra por parte de sus adversarios políticos, que han controlado el Senado desde 2014.
Aun así, para echar a andar la Administración demócrata tendrá mucho más fácil la confirmación de los candidatos nominados por el presidente electo, Joe Biden, como integrantes de su Gabinete -la aprobación del Senado es preceptiva-, así como impulsar sus prioridades legislativas, dado que en muchos casos basta una mayoría simple de 51 votos para aprobar o impedir un cambio en el Senado. Esta instancia es clave también para que se aprueben los jueces de la Corte Suprema, el tribunal de mayor jerarquía del país.
El control demócrata del Senado, gracias al voto de calidad de Harris, no es garantía sin embargo de que Biden pueda sacar adelante las medidas más ambiciosas de su programa en medio ambiente, cobertura sanitaria y economía. El estrechísimo margen implica que los proyectos de ley más radicales -por ejemplo la recuperación de partes derogadas del Obamacare o la paulatina prohibición del fracking, o fracturación hidráulica, muy impopular en las zonas cuya economía depende de este método- deban ser apoyados también por senadores demócratas centristas como Joe Manchin, de West Virginia, y los dos senadores de Arizona.
El Senado tiene la potestad de producir legislación, redactar o modificar proyectos de ley, y de filibusterismo, es decir, de retrasar o bloquear la legislación mediante un debate prolongado que debe zanjarse con una mayoría de 60 votos. El Senado tiene también la capacidad de supervisar al poder ejecutivo, aprobando o rechazando a los nominados presidenciales para las distintas agencias. El Senado tiene el poder único de cualquier juicio de destitución de los funcionarios ejecutivos y judiciales, con un voto de dos tercios requerido para la condena. Un voto de dos tercios también puede anular un veto presidencial de un proyecto de ley. El Senado ratifica los tratados con otras naciones que fueron negociados por el poder ejecutivo. El vicepresidente es reconocido como el presidente del Senado, pero no tiene voto, salvo en el caso de un empate. Veinte comités forman el Senado, que es parte de la rama legislativa del Gobierno.
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