_
_
_
_
_

Alyssa Milano: “Siento que no hemos logrado casi nada”

La actriz charla con EL PAÍS sobre las elecciones, el movimiento MeToo y la relación entre política y entretenimiento en Estados Unidos

Camila Osorio
Alyssa Milano, en Nueva York, en 2018.
Alyssa Milano, en Nueva York, en 2018.GETTY

Esta entrevista forma parte de una serie de charlas con intelectuales, editores, activistas, economistas y políticos de primer orden que ayudan a describir el estado de cosas antes de las elecciones. Puede leer las demás entregas aquí.

En octubre de hace tres años, poco después de que se publicaran las acusaciones de abuso sexual contra el productor Harvey Weinstein, una de las primeras celebridades de Hollywood que promocionó el hashtag #MeToo (#YoTambién) fue la actriz neoyorquina de 47 años Alyssa Milano. “Si usted ha sido acosada sexualmente o agredida, escriba ‘yo también’ como respuesta a este tuit”. En menos de 24 horas, su mensaje se volvió viral. Aunque el movimiento había sido creado en 2006 por la activista afroamericana Tarana Burke, la plataforma de Milano le dio un impulso mundial.

En Estados Unidos, el país en el que la política y el entretenimiento se han mezclado hasta ser casi irreconocibles, Milano habita cómodamente los dos mundos. La actriz se hizo famosa en los ochenta y noventa con las series de televisión Who’s the Boss, Melrose Place y la más conocida Charmed (Embrujadas, en España), y ha utilizado desde entonces su fama para promover una agenda más progresista en el Congreso.

En los últimos cuatro años, Milano se ha reunido con senadores demócratas y republicanos para discutir temas que van desde el acceso a la salud hasta el control de armas. Cuando Christine Blasey Ford denunció por acoso sexual al candidato a la Corte Suprema Brett Kavanaugh, la actriz se sentó detrás del candidato durante la investigación en el Senado para protestar su nominación. En 2019, Milano empezó su propio podcast, Sorry Not Sorry, en el que habla de migración, racismo, o el derecho de las mujeres al aborto. Su nuevo libro para niños, Hope: Project Class President, es un esfuerzo para que los más jóvenes se interesen en la política, y voten.

Con más de 3,7 millones de seguidores en Twitter —un millón más de lo que tiene la candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris— Milano se ha dedicado los últimos meses a hacerle campaña a Joe Biden. EL PAÍS, dentro de la serie de conversaciones para estas elecciones, habló con ella sobre el MeToo, su activismo en el Congreso, y sus esperanzas para las elecciones en noviembre.

Pregunta. Fue en octubre de 2017, hace exactamente tres años, que el movimiento MeToo se hizo viral gracias a uno de sus tuits. ¿Cómo se ha transformado el movimiento estos últimos tres años?

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Respuesta. Creo que el movimiento se ha vuelto cada vez más importante durante la presidencia de Donald Trump. Creo que hemos logrado cosas importantes en los últimos tres años, como más protección para las mujeres en el lugar de trabajo. Pero, es obvio, en mi opinión, que todavía nos falta mucho por cambiar. Tengo la esperanza de que, cuando Joe Biden sea elegido, podamos por fin aprobar la Enmienda de Igualdad de Derechos [el Equal Rights Amendment, que garantizaría la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y que está pendiente desde 1923]. Las mujeres aún no estamos protegidas, en términos de igualdad, en la Constitución de EE UU. Así que espero que se apruebe ahora, porque le permitirá a las personas legislar para eliminar y erradicar la discriminación por sexo.

No estoy sola en este esfuerzo, hay muchas mujeres antes que yo, y ahora conmigo, que han estado luchando por aprobar la Enmienda de Igualdad de Derechos. [La activista] Alice Paul escribió la Enmienda en 1923, intentó que se aprobara, pero nunca lo logró. Ahora estamos más cerca que nunca de hacer eso realidad. La Cámara de Representantes aprobó un proyecto recientemente que eliminaría el límite de tiempo para que al menos 38 Estados ratifiquen la enmienda. Eso es muy emocionante, muy esperanzador. Creo que cuando logremos eso, y que las mujeres tengan el mismo peso en la Constitución para protegerlas, va a ser inmenso para las mujeres de este país y, consecuentemente, para las mujeres de todo el mundo.

P. Pero eso es en caso de que gane Biden. ¿Qué pasa si gana Trump?

R. No puedo ni pensar en esa posibilidad. Me preocupan los derechos de todos [si gana Trump]. Los derechos de las mujeres, los derechos LGBTI, las personas de color y sus derechos, me preocupa el sistema educativo. Todo. No hay un solo aspecto de la reelección de Trump que no me preocupe.

P. En los últimos cuatro años usted se reunió con congresistas demócratas y republicanos en el Congreso para discutir su agenda. ¿Qué se logró con este esfuerzo y qué ha sido frustrante?

R. La verdad siento que no hemos logrado casi nada. La Cámara de Representantes aprobó más de 200 proyectos increíbles, muy progresistas, que el Senado sencillamente congeló. [El líder republicano en el Senado] Mitch McConnell rehusó que se debatieran los proyectos en el Senado, que en este momento estaba controlado por los republicanos. Aún así, yo creo que es importante que continuemos hablando con ese otro lado, especialmente nosotros, los activistas. Tenemos que tener esas conversaciones. Porque nunca vamos a lograr absolutamente nada si solo hablamos en una cámara de eco, con la gente que tiene las mismas creencias que nosotros. Creo que es importante seguir intentando comunicarnos con ese otro lado, para llegar a compromisos y llegar a cambios que beneficien a todo el pueblo americano.

Pero ha sido muy frustrante, sí. Ha sido angustioso ver que, incluso en temas que no deberían ser tan políticos, es difícil lograr hacer algo. Por ejemplo, sobre el tema del control de armas, y de prevenir la violencia con armas. Yo no entiendo porqué ese tema es tan político cuando debería ser sobre la necesidad de proteger al pueblo americano, asegurarse de que las armas no lleguen a las manos equivocadas. Pero este tema es extremadamente político.

P. ¿Cómo se relacionan su labor como activista en el Congreso y su trabajo como actriz en Hollywood?

R. Creo que van muy de la mano. Si no fuera actriz y no tuviera la plataforma que tengo para hablarle a tanta gente como hablo, creo que no podría tener tener la voz que tengo en la política. Así que van de la mano, se retroalimentan. Cuanto más expando mi plataforma como actriz, más fuerte se vuelve mi voz, y así puedo seguir luchando por los temas que me parecen importantes.

P. ¿Pero no ve algo problemático en esta relación tan cercana que tienen la política y el mundo del entretenimiento en Estados Unidos? Donald Trump, finalmente, viene del mundo de los realities.

R. Entiendo su preocupación, y efectivamente creo que cuando uno ve a una persona como Donald Trump, que fue un empresario, que nunca fue político aparte de dar algunas donaciones, y que tiene un pasado haciendo negocios racistas o con actuaciones muy cuestionables, creo que sí es preocupante. Pero eso puede pasar con cualquier persona que de repente decida que quiere entrar en la política.

El peligro es que la mayoría de las celebridades, o los actores, o las estrellas de realities, no entienden bien cómo funciona el Gobierno. Eso es lo que hemos visto en los últimos cuatro años [con Trump]. No creo que él entienda cómo funciona el Gobierno, para nada. Y además, no tiene una mirada realista sobre los problemas, y tiene unas habilidades de liderazgo muy cuestionables. Me gustaría creer que yo me he educado no solo sobre cómo gobernar, sino también sobre cómo se puede liderar desde el amor y el servicio público. Creo que eso es lo que se necesita para ser un líder compasivo y empático.

P. Además del activismo, usted tiene un nuevo libro y una nueva película que buscan hablar también del momento político actual desde otra perspectiva. ¿En qué consisten?

R. Primero está Hope [Esperanza], que es parte de una serie de libros que he publicado. Este es el tercero de esa serie, y se llama Hope: Project Class President. Es sobre una niña que quiere cambiar el mundo y quiere ser una pequeña activista, pero antes de eso tiene que lograr graduarse de la escuela. Este libro es sobre el momento en el que Hope decide lanzarse como presidenta de su clase. A través de su experiencia le queremos enseñar a los niños un poco más sobre lo cívico y también algo de terminología: qué son los debates, qué son las campañas, qué son los sondeos.

Luego está Imaginary Lines, que es una película independiente que aún estamos en el proceso de editar, y que filmamos en la frontera, en El Paso, Texas. Trata sobre una niña migrante que es separada de su madre, y yo interpreto a una trabajadora social que está intentando que la niña no pierda la esperanza hasta que encontremos a su madre. La película básicamente es sobre este sistema de migración tan defectuoso que tenemos en este momento y cómo construimos unas fronteras imaginarias que reemplazan tanto la dignidad como el respeto.

P. Entiendo que estuvo enferma, en marzo y abril, contagiada con la covid-19. ¿Cómo la cambió esa experiencia? ¿Tuvo que frenar su activismo y campaña durante esos meses para sanar?

R. Sí, realmente ha sido muy difícil, porque aún tengo muchos síntomas. Soy lo que llaman una long-hauler [una persona que aún tiene problemas de salud después de ser portadora del virus]. Aún tengo muchos síntomas y eso ha sido muy difícil. Ha sido, y sigue siendo, un proceso de recuperación que muy duro, es una enfermedad muy temible. Aún me falta el aliento, tengo pálpitos en el corazón, sonidos en los oídos, se me cae aún el pelo, tengo hormigueos en los dedos y se me nubla la cabeza fácilmente. Algunos días me siento totalmente bien, y eso es lo más extraño. Pero luego otros días es... como la gente que tiene enfermedades crónicas y de repente todo empeora. Así es cómo me siento.

Pero sí, sigo activa. Creo que esta época sería difícil de todas formas, es una época muy difícil en la que muchas familias están sufriendo en este país. Así que no me detengo, no puedo renunciar porque los problemas no se van a ir simplemente. Así que estoy luchando contra todo esto. Y bueno, ya sabes, espero el mejor resultado, que es no es solo mi esperanza, sino la del país, y es que se elija a Joe Biden.

P. Entonces sí está convencida que Biden puede ganar.

R. Pues no me siento nada confiada con respecto a estas elecciones. Creo que, aunque Joe Biden lleva la delantera en las encuestas, tenemos que actuar como si él estuviera de último. Creo que eso es importante. Porque necesitamos ganar con una mayoría total. Porque esto ya no es un asunto sobre si Trump va a intentar robar el resultado de las elecciones, es un asunto de cómo va a intentar robarlo. Así que, vamos a seguir trabajando en los próximos días para que la gente vote. También hay que rezar mucho.

P. Para terminar volvamos al mundo de Hollywood, usted ha trabajado casi cuatro décadas en el entretenimiento, ¿ha visto a ese mundo ser más activo políticamente durante la presidencia de Trump?

R. No. De hecho, creo que lo ha sido menos. Como esta nación está tan dividida, la gente en Hollywood se siente menos inclinada a opinar públicamente, porque tienen miedo de perder la mitad de su audiencia. Así que han sido menos activos políticamente. Por mi parte, no tengo ese miedo. Creo que lo más importante que debemos hacer en este momento es pelear por nuestra democracia. Y si eso implica que yo dejaré de tener una carrera, tendré que lidiar con eso.

Suscríbase aquí a la newsletter sobre las elecciones en Estados Unidos

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Camila Osorio
Corresponsal de cultura en EL PAÍS América y escribe desde Bogotá. Ha trabajado en el diario 'La Silla Vacía' (Bogotá) y la revista 'The New Yorker', y ha sido freelancer en Colombia, Sudáfrica y Estados Unidos.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_