Israel prevé que los rehenes en manos de Hamás sean liberados el lunes temprano
Trump los saludará en su visita relámpago a Jerusalén. El grupo islamista negocia hasta el último momento la inclusión de siete presos de alto perfil en el listado final de excarcelados

Israel y Hamás se preparan para canjear en las próximas horas a los últimos rehenes en Gaza por la excarcelación de cerca de 2.000 presos palestinos. El intercambio comenzará a primera hora del lunes, con la entrega por Hamás de los cautivos al Comité Internacional de la Cruz Roja, según ha informado la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los saludará en su visita relámpago a Jerusalén. El grupo islamista ya ha comenzado a concentrarlos desde los lugares donde permanecían retenidos y negocia contra el reloj la inclusión de siete presos de alto perfil en el listado de los 1.950 reclusos que recobrarán la libertad. Es la primera gran prueba de fuego del plan de Trump para poner a fin a la masacre en Gaza desde que entró en vigor el viernes.
La portavoz de la oficina de Netanyahu, Shosh Bedrosian, ha precisado que los ―al menos 20― rehenes con vida serán entregados a la vez, a diferencia de los intercambios de las dos treguas anteriores, en 2023 y principios de 2025. No está claro, en cambio, cuántos cadáveres recibirá.
La portavoz ha afirmado que Israel comenzará a liberar a los reclusos palestinos en cuanto confirme que ha recibido todos los rehenes que prevé. La frase indica que es consciente de que no serán todos los 48, ya que Hamás tiene dificultades para juntar los restos de los fallecidos. Son entre 26 y 28, ya que hay dos (un israelí y un nepalí) cuyo estado se desconoce.
Se calcula que este último proceso puede llevar incluso semanas o meses. De hecho, un subapartado del acuerdo rubricado en la localidad egipcia de Sharm el Sheij —y cuyo contenido desveló en primer lugar la radiotelevisión pública israelí— consiste en la creación de un mecanismo para que Israel y Hamás compartan información (a través de los mediadores y del Comité Internacional de la Cruz Roja) sobre aquellos cadáveres que no puedan entregar este lunes. La milicia se compromete además en el texto a “ejercer los máximos esfuerzos posibles” para asegurarse de que todos los rehenes israelíes sin vida acaban recibiendo la exhumación más digna posible.
Netanyahu ha dirigido un breve discurso a la nación en vísperas del regreso de Gaza de los rehenes para reivindicar su papel después de que la multitud abuchease su nombre en la noche del sábado en la manifestación en Tel Aviv, cuando lo pronunció el asesor de Trump para Oriente Próximo, Steve Witkoff. “Es un hecho histórico que muchos creían que no sucedería”, ha lanzado el primer ministro, en alusión a sus críticos, antes de llamar a lo contrario: dejar aparte las divergencias políticas. Netanyahu se ha mostrado consciente de las “muchas diferencias” en el país sobre su gestión, pero ha subrayado que “mañana comienza un nuevo camino” en el que espera unidad.
Exclusiones
Israel también ha ido moviendo presos con vistas a la excarcelación de 1.950 palestinos. La gran mayoría, 1.700, los arrestaron en Gaza las tropas israelíes durante estos dos años de invasión, con un ojo puesto en usarlos más adelante como moneda de cambio. El Gobierno israelí ha subrayado que ninguno de los detenidos participó en el ataque, organizado por Hamás, de octubre de 2023, que desencadenó la masacre de Gaza.
Lo que no hay, a pocas horas del canje, es una lista definitiva. Los líderes de Hamás en el extranjero mostraron su enfado al ver que ninguno de los siete nombres de alto perfil que pidieron aparecía en la lista de 250 publicada por el Ministerio de Justicia. Sus representantes están tratando de renegociarla, pero los plazos del acuerdo (constantemente incumplidos para facilitar su aprobación desde que Trump y Netanyahu lo presentaron el pasado día 29) les obligan a entregar los rehenes el lunes a las 12.00 hora local (11.00, en la España peninsular) como máximo.
El Gobierno de Netanyahu se ha negado en redondo a la petición de Hamás de incluir en la lista a dos líderes carismáticos condenados por la justicia militar israelí como cerebros de ataques contra israelíes. Son Ahmad Saadat, el histórico secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina ―la segunda facción más importante, por detrás de Al Fatah, de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)― y Marwán Barghuti.
Este último es un icono para los palestinos: el más popular y más capaz de generar consenso entre las distintas facciones, como hizo el histórico rais Yasir Arafat. Es, por tanto, la antítesis del actual presidente y líder de Al Fatah, Mahmud Abbas, con índices ínfimos de aprobación y que apoya el desarme de Hamás y el plan de Trump, pese a que apenas le reserva un rol futuro y condicionado en la gestión de Gaza.
Precisamente este domingo, el vicepresidente de la OLP, Husein Al Sheij (uno de los hombres más cercanos a Abbas y mejor conectados con Washington) ha publicado una foto reunido con Tony Blair, el ex primer ministro británico que participará en el organismo extranjero que presidirá Trump y que supervisará a la autoridad “tecnocrática y apolítica” de palestinos y expertos internacionales que gestionará los asuntos cotidianos de los gazatíes, según el plan del presidente de EE UU.
En una publicación en la red social X, Al Sheij señala que abordó con Blair el “día después de la guerra y los esfuerzos para que sean un éxito las iniciativas del presidente Trump, destinadas a detener la guerra y establecer una paz duradera en la región”. De hecho, confirma su “disposición a trabajar” con Trump, Blair y los socios “para consolidar el alto el fuego, la entrada de ayuda, la liberación de rehenes y prisioneros, y posteriormente comenzar la recuperación y la reconstrucción”.
Visita presidencial
La misma mañana del canje, Trump será recibido por Netanyahu y por Amir Ohana, el presidente del Parlamento israelí, donde pronunciará un discurso y se reunirá con familiares de los rehenes. Será el cuarto presidente de Estados Unidos en dirigirse a la Kneset, después de Jimmy Carter (1979), Bill Clinton (1994) y George W. Bush (2008). En preparación, el edificio está iluminado con los colores presentes en las banderas de Israel y Estados Unidos: azul, blanco y rojo.
No aparece en el programa oficial, pero su vicepresidente de EE UU, J. D. Vance, ha asegurado que saludará a los rehenes ya liberados. Difícilmente será posible si el proceso se retrasara, porque será una visita de muy pocas horas: tiene previsto aterrizar en el aeropuerto de Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, poco después de las 09.00, y volver ya a las 13.00, donde lo despedirán Netanyahu; su mujer, Sara, y el presidente, Isaac Herzog. Desde allí volará a la localidad egipcia de Sharm el Sheij para participar en la cumbre internacional de firma de su plan para Gaza, a la que acudirán líderes de una veintena de países, pero no de Israel.
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