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El PPE baja el tono sobre Venezuela y vuelve a negociar con socialdemócratas y liberales en la Eurocámara

La resolución conjunta que se votará este jueves apunta a una marcha atrás en la apuesta de los conservadores de buscar mayorías solo con las fuerzas más ultras en vez de sus aliados tradicionales proeuropeos. Vox acusa al PP de “traicionar al pueblo venezolano”

El líder opositor venezolano, Edmundo González, en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo tras recoger el premio Sájarov.
El líder opositor venezolano, Edmundo González, en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo tras recoger el premio Sájarov.Parlamento Europeo (Parlamento Europeo)
Silvia Ayuso

La negociación del Partido Popular Europeo (PPE) de una resolución sobre las elecciones en Venezuela únicamente con las fuerzas más ultras de la Eurocámara supuso, el pasado septiembre, un punto de inflexión de los conservadores europeos: abrieron la puerta, varias veces franqueada desde entonces, a abandonar su tradicional alianza con las fuerzas proeuropeas para apostar por una mayoría apoyada solo en los partidos más al extremo derecho del hemiciclo, muy reforzados tras las elecciones de junio. Una nueva resolución sobre Venezuela, que se someterá a voto este jueves, apunta a una corrección de rumbo de los populares europeos, que ahora han preferido bajar el tono —para indignación de Vox— a cambio de sacar adelante un texto negociado, ahora sí, con liberales y socialdemócratas.

Tras largas reuniones esta semana en Estrasburgo, la propuesta de resolución conjunta “sobre la situación en Venezuela tras la usurpación de la presidencia el 10 de enero de 2025” llega este jueves a votación con las firmas del PPE y el grupo de Conservadores y Reformistas (ECR) de la primera ministra ultra Giorgia Meloni, pero también con la de los liberales de Renew. Socialistas y Demócrtas (S&D) y los Verdes no rubrican el texto consensuado, pero al menos han participado activamente en las largas conversaciones ―que a última hora del miércoles no estaban aún cerradas del todo― y reconocen elementos propios en la propuesta final, como demuestran documentos de trabajo de la propuesta.

“Hemos hecho un esfuerzo enorme por tratar de acordar una resolución conjunta y sumar a una mayoría amplia”, explica la eurodiputada de EAJ-PNV y la Coalición CEUS Oihane Agirregoitia, que ha negociado el texto por Renew. “La actitud durante la negociación ha sido muy distinta a la que nos encontramos en septiembre, cuando el Partido Popular Europeo optó por aliarse con los Patriotas de Vox. Esta vez no ha sido el caso”, asegura, a la par que dice confiar en que socialdemócratas “y parte de los verdes” voten a favor de una resolución necesaria, dice, para presentar un “frente unido contra Maduro”.

La resolución denuncia con contundencia la “usurpación de la presidencia” por parte de Nicolás Maduro el 10 de enero para prolongar un “régimen ilegítimo”. Pero no busca ya, como intentó el PPE en ocasiones anteriores, presionar a los Estados para que reconocieran al opositor Edmundo González como el presidente electo legítimo, una demanda que en su momento lideró el Partido Popular español y que provocó el alejamiento de las fuerzas más proeuropeas del Parlamento de las negociaciones para la resolución de septiembre, que de todos modos acabó pasando sin ese reclamo concreto. Salvo Italia, ningún país de la UE ha reconocido oficialmente a González, ni siquiera los gobiernos en manos del PPE.

La nueva resolución recuerda ahora que González fue reconocido como presidente electo por la Eurocámara y que “otros Estados democráticos de la región y por todo el mundo” también lo han hecho, en referencia (sin nombrarlos) al paso dado por países como Estados Unidos, Argentina o Italia. Pero de cara a los Veintisiete, el texto se limita a “urgir a la UE y sus Estados miembros, así como a todos los actores democráticos regionales e internacionales, a alinearse de forma incondicional, como deber moral, con las fuerzas democráticas de Venezuela”.

Fuentes conocedoras de las negociaciones, procedentes de distintas familias políticas, han saludado con cautela el texto negociado que, más allá de la cuestión venezolana, es interpretado como un intento de acercamiento entre las fuerzas proeuropeas del hemiciclo que, hasta la pasada legislatura, fueron el eje que tradicionalmente movía la legislación europea. Una situación que cambió drásticamente tras las elecciones europeas de junio, donde los grupos ultra ganaron tanta fuerza —desplazando incluso a Renew a quinto lugar— que le posibilitaron al PPE, todavía la primera formación con 188 escaños, a buscar mayorías con su apoyo sin necesidad de contar con liberales o socialdemócratas, aunque ello supusiera romper el cordón sanitario a la ultraderecha.

La resolución de septiembre sobre Venezuela fue el primer ejemplo evidente de esta nueva “mayoría alternativa”, como la califican los ultras, hasta el punto que sus detractores la pasaron a llamar, para incomodidad del PPE, la “mayoría Venezuela”. Pero no fue el único caso: en los pasados meses, los populares también se apoyaron en los grupos de extrema derecha para, entre otros, pactar el calendario de audiencias de confirmación de los nuevos comisarios europeos —otro momento de agudo enfrentamiento político entre el PPE, socialdemócratas y liberales— o para intentar vaciar de contenido una normativa medioambiental clave, la ley de deforestación, paso que finalmente fue frenado por los Estados, incluidos varios donde gobierna el PPE, que rechazaron esos cambios.

La nueva resolución sobre Venezuela es interpretada también como una puesta en práctica del acuerdo que firmaron en noviembre los líderes del PPE, Renew y S&D para destrabar la confirmación de los nuevos comisarios, especialmente la de la socialista española Teresa Ribera como número dos del Ejecutivo europeo. Un pacto por el que estos grupos se comprometían a apostar de nuevo por priorizar las negociaciones en la Eurocámara con las fuerzas comprometidas con la idea y valores de la UE y no con los grupos que, a izquierda y derecha, los cuestionan.

El texto ahora consensuado ha provocado la ira de al menos parte de la extrema derecha europea, lo que hace que algunos grupos todavía se muestren muy cautos sobre el resultado final, temerosos de las presiones que puedan hacer descarrilar el proceso en el último momento. Es un “equilibrio muy delicado”, advierten.

El eurodiputado de Vox Jorge Buxadé denunció el miércoles como una “traición” lo que considera un paso atrás del PPE y acusó a los populares españoles de abandonar la “mayoría alternativa” conformada por las fuerzas más ultras, los Patriotas por Europa en los que se integra Vox, así como ECR y Europa de las Naciones Soberanas en el que está el partido ultra alemán AfD, con las que pactó en septiembre la resolución anterior sobre Venezuela. “El PPE parece preferir echarse en brazos y negociar un texto con los socialistas, cómplices de Maduro, y con el resto de la izquierda parlamentaria”, declaró Buxadé, que también apunta directamente al PP español, al que acusa de “blanquear al narcodictador Maduro con un texto débil pactado con el PSOE”.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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