El número de muertos en Gaza supera los 47.000
Varios incidentes que provocan la muerte de dos personas y algunos heridos, según las autoridades de Hamás, no llevan a las partes a dar por roto el alto el fuego que entró en vigor el domingo
Este lunes es el primer día de la guerra que comenzó el 7 de octubre de 2023 en el que se vive un alto el fuego sin el aliciente de la liberación de rehenes de Gaza a cambio de prisioneros palestinos de cárceles israelíes. La jornada, salpicada de algunos incidentes con dos muertos y algunos heridos, según las autoridades locales, coincide con la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, bajo cuya presión el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha aceptado impulsar el cese de hostilidades. La tregua que entró en vigor en la mañana del domingo no prevé que Hamás, tras las tres mujeres entregadas ese día, libere a nuevos cautivos hasta el próximo sábado, cuando está previsto que queden en libertad otras cuatro mujeres.
Gaza sigue siendo un polvorín. Allí, la cifra total de muertos por ataques israelíes ascendió a 47.035 desde el inicio de la guerra hasta la entrada en vigor del alto el fuego que arrancó en la mañana del domingo, según el último recuento del Ministerio de Sanidad, controlado por Hamás.
En las últimas horas, ha habido algunos incidentes que han dejado dos muertos y heridos, aunque estos no han llevado a que se dé por interrumpida la tregua por ninguna de las partes. Dos civiles, entre ellos un menor, han perdido la vida por disparos de francotiradores israelíes en Rafah, en el extremo sur del enclave, según la agencia oficial palestina Wafa. Horas antes, Wafa también había informado de que otros ocho palestinos, entre ellos varios niños, resultaron heridos en dos incidentes: unos tras el bombardeo de un dron y otro tras la explosión de un “objeto sospechoso dejado” por las tropas israelíes en la ciudad fronteriza con Egipto, según recoge Efe.
La comunidad internacional contiene la respiración ante la puerta que se ha abierto para que se enfile el final de la contienda. La primera de las tres fases del alto el fuego ocupará las próximas seis semanas. Entre las autoridades israelíes, los más radicales del Gobierno que lidera Netanyahu mantienen la presión para que no se ponga fin a la guerra una vez conseguida la liberación del centenar de rehenes aún cautivos, que irán regresando a cuentagotas. Al mismo tiempo, miles de militares de las tropas de ocupación israelíes se mantienen sobre el terreno, dispuestos a retomar los ataques en cualquier momento.
Mientras, los gazatíes, víctimas de los más de 15 meses de conflicto, buscan la manera de recuperar la normalidad. Lo hacen entre escombros y sacudidos por la crisis humanitaria más grave de la historia de Palestina. Para tratar de hacerle frente, el alto el fuego prevé que se incremente la llegada de ayuda y productos esenciales, bloqueada en gran medida durante la guerra por Israel. En torno a 800 camiones han podido acceder a Gaza desde la mañana del domingo hasta la tarde del lunes, una cantidad, a ojos de las organizaciones humanitarias, muy insuficiente para las necesidades de una población de 2,3 millones de personas.
Algunos habitantes han denunciado la aparición de cadáveres que han encontrado al acceder a diferentes zonas gracias al fin de los ataques. Algunos reporteros han mostrado imágenes con algunos de esos cuerpos reducidos a simples huesos.
Proseguir con los intercambios
La presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Mirjana Spoljaric, ha solicitado a Israel y a Hamás que respeten los términos acordados para que se pueda seguir avanzado en los intercambios de rehenes por prisioneros. Al igual que en la semana de tregua de noviembre de 2023, en el actual alto el fuego, el CICR se ha convertido en la única institución bisagra capaz de coordinar entre las partes esos canjes. “La operación ha sido compleja y requirió rigurosas medidas de seguridad para minimizar los riesgos”, como “las municiones sin detonar y la infraestructura destruida”, señala el organismo en un comunicado, en referencia al intercambio efectuado el domingo de tres rehenes israelíes por 90 reos palestinos, casi todos mujeres y menores.
El alto el fuego en Gaza no ha impedido que la tensión se mantenga en la Cisjordania ocupada por Israel, otro escenario de la guerra, aunque a menor escala. Mientras este territorio acogía la liberación de 90 presos palestinos que forman parte del canje por las tres rehenes, decenas de colonos judíos emprendieron ataques contra vehículos y viviendas de palestinos en diferentes localidades. Además, un militar reservista de 31 años del ejército israelí murió tras la explosión de un artefacto al paso del vehículo en el que patrullaba junto a otros soldados en la localidad de Tamun, al noreste de Nablus, según informaron fuentes castrenses.
El máximo responsable del ejército israelí, el general Herzi Halevi, vaticina días complicados en Cisjordania. “Debemos estar preparados para operaciones significativas en Judea y Samaria [término bíblico que emplean las autoridades israelíes para referirse a Cisjordania] en los próximos días con el fin de prevenir y atrapar a los terroristas antes de que alcancen a nuestros civiles”, ha comentado, en referencia a los presos que están siendo liberados gracias a la tregua, según ha informado el propio ejército.
En Cisjordania reside precisamente como colono el más activo de los ministros israelíes frente al actual status quo de tregua. Se trata del responsable de Finanzas, Bezalel Smotrich, que en las últimas horas ha cargado contra Halevi, con el que asegura que no se podrá someter a Gaza, como el propio ministro pretende. “Necesitamos conquistar toda la Franja y establecer allí un gobierno militar”, ha señalado en declaraciones a la radio del ejército.
Smotrich fue uno de los ocho integrantes del Ejecutivo que votó en contra de la tregua. Durante el primer día llegó a insistir, como ha hecho durante todo el conflicto, en que debía bloquearse la llegada de ayuda humanitaria, según un vídeo publicado en sus redes sociales. “Miren a Gaza: está destruida y desmoronada, no es habitable, y seguirá así. No se dejen impresionar por los festejos forzados de alegría de nuestros enemigos; es una sociedad salvaje que glorifica la muerte y baila sobre las ruinas de sus vidas”, dijo en referencia a las celebraciones del alto el fuego de los gazatíes. “Muy pronto les borraremos nuevamente la sonrisa y la sustituiremos por gritos de dolor y lamento”, advirtió.
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