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Los conservadores de Austria se abren a negociar con los ultras tras fracasar una coalición de Gobierno que los excluya

El presidente de Austria convoca para este lunes al líder del Partido de la Libertad, ganador de las elecciones de septiembre y al que evitó encargar la formación del Ejecutivo ante el rechazo del resto de formaciones

El canciller dimisionario de Austria, el conservador Karl Nehammer, habla con periodistas tras la reunión de su partido, que ha nombrado un nuevo líder, este domingo en Viena.
El canciller dimisionario de Austria, el conservador Karl Nehammer, habla con periodistas tras la reunión de su partido, que ha nombrado un nuevo líder, este domingo en Viena.MAX SLOVENCIK (EFE)
Sara Velert Agencias
Madrid / Viena -

Los conservadores austriacos (ÖVP) están dispuestos a iniciar negociaciones con el Partido de la Libertad (FPÖ) tras fracasar el intento de pactar una coalición de Gobierno que excluyera a los ultras, ganadores con un 28,8% de los votos en las elecciones del pasado 29 de septiembre. Se abre así la posibilidad de que la ultraderecha ocupe por primera vez en democracia la cancillería de Austria.

La ruptura de las conversaciones con los socialdemócratas (SPÖ) este sábado, precedida un día antes de la salida de los liberales de Neos de las negociaciones para un tripartito moderado que obtuviera mayoría en el Parlamento austriaco, llevó al canciller democristiano, Karl Nehammer, a anunciar su dimisión en el cargo y como jefe del ÖVP. Su sucesor en el partido, el hasta ahora secretario general Christian Stocker, nombrado este domingo, ha afirmado que, ante la situación de bloqueo, su partido aceptaría una “invitación” a conversaciones por parte de los ultras de Herbert Kickl, algo que había descartado hasta ahora el canciller dimisionario.

La salida de Nehammer, cuyo relevo en el Ejecutivo se formalizará en los próximos días, despeja así el camino a un posible pacto de ÖVP y FPÖ. Los ultras han insistido desde la noche electoral en que les corresponde encabezar un nuevo Gobierno tras su victoria con un programa centrado en el rechazo a la inmigración y el asilo, euroescéptico y de signo prorruso.

El líder ultra ha criticado en sus redes sociales “el tiempo perdido, la situación caótica y la enorme pérdida de confianza” en los más de tres meses desde los comicios y ha reivindicado: “Está claro que el FPÖ ha sido y es el único factor estable de la política nacional”. Sin embargo, no se ha pronunciado sobre posibles conversaciones con los conservadores de momento.

Stocker, que ha agradecido los esfuerzos de Nehammer por pactar un tripartito sin los ultras, ha declarado que espera que el presidente del país, el progresista Alexander Van der Bellen, encargue ahora la formación de Gobierno a Kickl. Un paso que el mandatario evitó tras las elecciones después de hablar con todos los líderes y constatar que ningún partido estaba dispuesto a coaligarse con la ultraderecha por considerar extremos los planteamientos de su líder. Sin embargo, Nehammer se cuidó de incluir en su rechazo al FPÖ, en el que afirmó en campaña que hay “gente sensata”. Conservadores y ultras ya han gobernado juntos en el pasado a nivel federal, y son socios ahora en varias regiones.

Christian Stocker, que ha asumido las riendas del partido conservador de Austria este domingo, durante un acto de campaña el pasado 4 de septiembre en Viena.
Christian Stocker, que ha asumido las riendas del partido conservador de Austria este domingo, durante un acto de campaña el pasado 4 de septiembre en Viena. Leonhard Foeger (REUTERS)

El nuevo jefe de filas democristiano ha sido hasta ahora un altavoz destacado del partido para las duras críticas al líder ultra, como ha admitido este domingo. Stocker aseguró días antes de las elecciones de septiembre que Kickl es “un peligro para la democracia y para la seguridad del país”. Pero el escenario ha cambiado tras el fracaso de una coalición moderada: “No se trata de Herbert Kickl ni de mí, sino del hecho de que este país necesita un Gobierno estable y que no podemos seguir perdiendo el tiempo en campañas electorales o elecciones”. La opción de unos comicios adelantados, dentro de unos meses, previsiblemente beneficiaría a la ultraderecha, que no ha dejado de subir en las encuestas desde su victoria en septiembre, mientras el ÖVP continuaba en descenso.

Stocker ha evitado responder si aceptaría ser vicecanciller bajo la batuta de Herbert Kickl. El dirigente, de 64 años y con una larga carrera en el partido, ha destacado que primero tendrá que confirmarse una negociación con los ultras y, de producirse y llegar a buen puerto, será el momento de hablar de nombres y cargos. Tampoco se ha comunicado de momento quién sustituirá a Nehammer al frente del Gobierno en funciones.

Poco antes de la intervención del nuevo jefe del ÖVP, el presidente Van der Bellen se ha dirigido a los ciudadanos para anunciar que ha convocado para este lunes al líder ultra a una conversación al palacio presidencial en Viena. El mandatario ha recordado que no le encargó la formación de un Ejecutivo pese a haber ganado los comicios tras constatar un rechazo general a que lo encabezara. Dejó así el intento en manos del segundo partido, el ÖVP, que sufrió una dura caída en las urnas hasta quedar en el 26,3%, seguido de los socialdemócratas (21,1%), liberales (9,1%) y Los Verdes (8,2%).

Van der Bellen ha afirmado que se ha visto sorprendido por la ruptura de las negociaciones para un tripartito y que Austria, en recesión desde hace dos años, necesita un Gobierno con capacidad de actuar y con una mayoría clara en el Parlamento. El presidente, que no ha explicitado si encargará que busque pactar un Ejecutivo a Kickl, como se espera que haga desde las filas conservadoras, ha recordado que en democracia es necesario buscar “soluciones y compromisos”. También ha constatado que “se han debilitado las voces en el seno del ÖVP que descartaban una cooperación con Kickl” tras la retirada de Nehammer.

Y como ya hizo en la noche electoral, ante la victoria ultra, Van der Bellen ha destacado la necesidad de respetar el Estado de derecho, la separación de poderes, los derechos humanos y de las minorías, la libertad de prensa y la pertenencia a la Unión Europea como bases de la democracia.

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