_
_
_
_

Macron corteja a la izquierda para formar un Gobierno y aislar a Le Pen

El presidente francés propone “un nuevo método” para construir un Ejecutivo de unidad, pero deja fuera de las consultas a la ultraderecha y a La Francia Insumisa de Mélenchon

Macron gobierno Francia
El presidente francés, Emmanuel Macron, este lunes en el Elíseo.Kevin Coombs (REUTERS)
Daniel Verdú

El presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, en plena resaca por los fastos de inauguración de Notre Dame, regresó el lunes a la dura y crítica realidad de un país sin Gobierno. El jefe del Estado, a quien todo el mundo mira ahora para solucionar el problema después de tres meses desaparecido, se ha reunido esta mañana de martes con dos de los partidos que integran el Nuevo Frente Popular (NFP), los ecologistas y el Partido Comunista, y también con el grupo regionalista Liot. El viernes lo hizo ya con el Partido Socialista, abriendo la posibilidad de formar un Ejecutivo de carácter amplio que reúna a todas las fuerzas posibles, excepto al Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen, y La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon. La iniciativa, visto el resultado de este lunes, parece que avanza positivamente.

La novedad es que Macron propuso este lunes un “nuevo método” para construir el futuro Gobierno, que pasaría por la organización de una “reunión de las diferentes fuerzas políticas para intercambiar sobre una plataforma programática”. Las discusiones, en las que están convocados todos los partidos menos el RN y el LFI, tendrán lugar este martes en el Elíseo. “Al término de las consultas realizadas desde el viernes, el presidente de la República ha convocado a todos los partidos políticos que hayan indicado estar en una lógica de compromiso, con el objetivo de constituir un Gobierno de interés general o de hacerlo posible”, precisó la presidencia, según el diario Le Monde.

Macron también señaló que “la solución ya no podría o no debería descansar en un acuerdo con el Reagrupamiento Nacional”, según comentó tras la reunión de este lunes la jefa de Los Verdes, Marine Tondelier. “Fue muy claro al respecto; para él, el RN no está dentro del perímetro de los partidos que desean dialogar”, agregó la dirigente ecologista. La idea, según el Elíseo, es intentar formar un “Gobierno de interés general”.

Tondelier, tradicionalmente muy beligerante contra Macron, se mostró abierta a escuchar y a participar en este nuevo método. Si el jefe del Estado concreta esta propuesta de reunión multipartidista, sería la primera vez desde la disolución de la Asamblea Nacional en junio que reúne a varios bloques políticos en una misma mesa. Además, si lograse sumar a un gran número de partidos y asegurara su convivencia con las formaciones de centroderecha, lograría aislar al RN de Marine Le Pen, que vería cómo la moción de censura que apoyó para hacer caer al Gobierno la semana pasada se convierte en una suerte de haraquiri. La líder de la ultraderecha decidió tumbar al Ejecutivo de Michel Barnier justo cuando este se encontraba completamente en sus manos y estaba cediendo a todas sus exigencias. Si Le Pen hubiera optado por dejar al Gabinete con vida, creen muchos ahora, hubiera podido lograr concesiones a su electorado y convencer a una cierta derecha liberal y burguesa de su proceso de normalización. La moción puso en evidencia la persistente naturaleza populista y antipolítica de su formación, algo que la aleja de una parte de los votantes conservadores.

“Aún no sabemos exactamente a quién se hizo esta propuesta y quién responderá favorablemente”, explicó la secretaria nacional de los ecologistas sobre el plan de Macron. Pero “es un primer paso para poder trabajar con confianza”, estimó, cinco días después de la censura al Gobierno de Barnier. “Nosotros, los ecologistas, estaremos en la mesa. Imagino que los socialistas estarán, imagino que los comunistas estarán. También sé que tendremos más peso en esta discusión si La Francia Insumisa viene”, afirmó Marine Tondelier. El problema es que los dirigentes del LFI se negaron a acudir al Elíseo y Mélenchon considera que las reuniones con Macron son una traición al espíritu del NFP y señala directamente a los socialistas, a quienes advirtió en una entrevista con este periódico que quedarían fuera de la alianza electoral que frenó a la ultraderecha en julio.

Boris Vallaud, jefe del grupo socialista en el Parlamento, precisó en nombre de su partido: ”No estamos buscando una nueva alianza, una nueva coalición o un programa común con los macronistas”. Pero, añadió, “sabemos que no hay mayoría en este hemiciclo y que nuestro punto de partida, al término de las negociaciones, quizás no sea el punto de llegada”. Vallaud afirmó, además, que “todo el mundo” deberá hacer concesiones.

El ambiente ha cambiado radicalmente después de la moción de censura y los ecologistas comparten esa idea plenamente. Pero se resisten a dar por perdido al LFI en la batalla y advirtieron al presidente que “ven difícil cómo acudir con confianza” si el jefe de Estado nombra antes de esa fecha a un primer ministro que no provenga del Nuevo Frente Popular. “Es inaceptable posponer la cuestión de las pensiones para la próxima presidencia”, insistió también la líder de los diputados ecologistas, Cyrielle Chatelain.

La posible realización de una reunión tan amplia entre el bloque central y los partidos de izquierda ya había sido mencionada indirectamente por el líder del Partido Comunista (PCF), Fabien Roussel, quien fue recibido justo antes que los ecologistas. Emmanuel Macron “quizás haga una propuesta de método hoy mismo, o mañana (martes)”, indicó. “Lo que importa ahora es saber si su bando está dispuesto a cambiar, si están listos para cuestionar al menos un poco la política que han implementado desde hace años”, agregó.

Roussel aseguró que este lunes se “ha dado un paso adelante”, y señaló que habían acudido a la cita con la “voluntad de encontrar soluciones”, pero sin “poner condiciones previas”. Ni siquiera la de un primer ministro de izquierda, algo que consideró solo como “preferible”, o la derogación de la reforma de las pensiones, que podría ser remitida a una “conferencia social”. Sin embargo, con la condición de que “cada uno encuentre su lugar”, especialmente en lo relativo al tema del “poder adquisitivo”. “Lo que importa es avanzar, y para avanzar, no se llega imponiendo condiciones previas sobre nombres, propuestas o líneas rojas”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_