El PP europeo levantará el veto a Ribera que alentó Feijóo si los socialistas apoyan a los candidatos de Meloni y Orbán
Los grupos políticos ultiman una declaración que facilitaría el pacto para desatascar el Ejecutivo comunitario, pero que no impide a los partidos trazar alianzas con otras formaciones
El Partido Popular Europeo (PPE) —que, espoleado por el PP de Alberto Núñez Feijóo, lleva una semana bloqueando la evaluación en las comisiones del Parlamento Europeo de la española Teresa Ribera para ejercer una gran vicepresidencia en la Comisión Europea— ha aceptado finalmente apoyar a la ministra española. Pero para dar su sí oficial, los populares exigen que los socialdemócratas voten a los candidatos más extremos de la Comisión, los de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y del primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Los populares aguardan, además, a que acabe la comparecencia, a petición propia, que está manteniendo Ribera este miércoles en el Congreso, para contentar a los miembros del PP, que hasta ahora rechazaban de plano a la ministra de Transición Ecológica como número dos del Ejecutivo comunitario de la conservadora Ursula von der Leyen. Ribera ha sido designada para desempeñar una vicepresidencia que coordine las políticas medioambientales del Ejecutivo comunitario y llevar la poderosa cartera de Competencia.
Como contrapartida para que el pacto pueda forjarse, los socialdemócratas ultiman ya esa respuesta a dos apoyos incómodos para este grupo: el voto favorable a Raffaele Fitto, elegido por la ultraderechista Meloni para formar parte de la Comisión y candidato a otra vicepresidencia comunitaria, y también al húngaro Olivér Várhelyi, aliado del nacionalpopulista Viktor Orbán como comisario de Salud y Bienestar Animal.
Hay algunas voces profundamente insatisfechas con ese aval, que el PPE había puesto como un requisito esencial para apoyar a Ribera. Algunas delegaciones socialdemócratas en la Eurocámara, como la de los alemanes, consideran que esta cesión supone cruzar una línea roja respecto a la ultraderecha. No hay una posición clara y unitaria, así que el grupo deja la decisión final en manos de la presidenta, Iratxe García.
No obstante, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el líder socialdemócrata más fuerte hoy en el Consejo Europeo, abrió la puerta a ese aval por primera vez este martes. “Lo que dicen los tratados es que todos los países tienen derecho a elegir comisario o comisaria. Es el Gobierno italiano que decide quién va o quién no va, y el Gobierno de Hungría y el Gobierno de España, Portugal, Francia o Alemania. Por tanto, no es que haya ninguna línea que se haya sobrepasado, porque no afecta al acuerdo político”, argumentó Sánchez.
Si populares, socialistas y liberales levantan los vetos cruzados, se desbloqueará la formación de la nueva Comisión Europea. El acuerdo está “cerca”, dicen fuentes parlamentarias. Se podría resolver con las carteras intactas de Ribera —pese a la furia del PP— y de Fitto (cohesión y reformas) y con algunas precisiones en los temas de los que se ocupa el aspirante húngaro, como clarificar que su cartera no incluirá temas de salud reproductiva o gestión de pandemias.
Los tres grupos, que alumbraron este verano en la mesa de los líderes en el Consejo Europeo el acuerdo para nombrar a los altos cargos de la UE y que pactó la semana pasada posponer las evaluaciones de los seis vicepresidentes (incluidos Fitto y Ribera), tienen previsto reunirse este miércoles por la tarde para avanzar en el desbloqueo, una cita a la que podría asistir la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, y Von der Leyen.
Socialistas, liberales y populares negocian ahora, además, una declaración escrita de colaboración que marcaría las líneas generales de cooperación durante la legislatura que inicia. Los socialdemócratas y liberales interpretan esta declaración como una contraprestación a cambio de avalar a Fitto y a Várhelyi, mientras que para los populares es una forma de recuperar la confianza en la plataforma con la que han colaborado durante décadas.
El documento es ambiguo y no incluye nada que ate las manos a los partidos firmantes para cooperar en alianzas con otros grupos. Esa era una condición esencial para el PPE, el grupo más poderoso en número de eurodiputados en la Eurocámara, que no quiere renunciar a la geometría variable y busca poder pactar a ambos lados del hemiciclo, con grupos como los ultraconservadores Reformistas y Conservadores Europeos (ECR), en el que está Hermanos de Italia, de Meloni y Fitto, con el que ya ha colaborado.
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