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Israel asegura haber matado al líder de Hamás, Yahia Sinwar, en un ataque en Gaza

“Hoy el mal ha recibido un golpe, pero nuestra tarea aún no se ha completado”, dice Netanyahu tras confirmar la muerte del considerado el cerebro de los ataques del 7 de octubre

Yahia Sinwar, en una foto de archivo del 1 de octubre de 2022.Foto: Mohammed Salem (REUTERS) | Vídeo: Kawtar El Amrani
Luis de Vega

Israel asegura haber matado en Gaza a Yahia Sinwar, líder de Hamás, el hombre más buscado por el Gobierno y considerado el cerebro de los ataques del 7 de octubre de 2023. Su muerte ha sido confirmada por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, durante una comparecencia grabada previamente en la tarde del jueves después de que también lo dieran por muerto los ministros de Exteriores, Israel Katz, y de Defensa, Yoav Gallant. La muerte de Sinwar se produjo el miércoles durante el ataque de un tanque contra un edificio en el que el ejército localizó a miembros de Hamás en Rafah, en el sur de la Franja.

“Hoy hemos saldado cuentas. Hoy el mal ha recibido un golpe, pero nuestra tarea aún no se ha completado”, ha señalado Netanyahu, dando a entender que hay guerra por delante. La comparecencia pública del primer ministro muestra hasta qué punto la muerte de Sinwar es un éxito político para él. El mandatario se ha dirigido a las familias del centenar de rehenes que siguen secuestrados. “Continuaremos con toda nuestra fuerza hasta que todos vuestros seres queridos, nuestros seres queridos, estén en casa”, ha añadido.

Tras matar a tres miembros de Hamás y recuperar los cuerpos, las tropas israelíes comprobaron si se trataba de Sinwar, según aseguró la radio oficial del ejército. Este medio añade que realizaron comprobaciones del ADN con las muestras disponibles, pues Sinwar pasó más de dos décadas en prisiones israelíes. Había sustituido hace solo mes y medio a Ismail Haniya, asesinado en Teherán el 31 de julio, al frente del denominado Movimiento Islámico de Resistencia, que gobierna Gaza desde hace casi dos décadas.

De forma paralela, Israel mantiene una intensa ofensiva en el extremo norte de la Franja. Allí, el bombardeo sobre una escuela que daba refugio a evacuados durante la guerra en el campo de refugiados de Yabalia ha matado al menos a 19 personas, entre ellos mujeres y menores, según fuentes sanitarias locales. El ejército, como en ocasiones anteriores, afirma haber golpeado un centro de mando de Hamás donde se encontraban “decenas de terroristas”. Poco después de confirmar la muerte de Sinwar, el ejército ha anunciado la muerte este miércoles en el sur de Líbano de cinco soldados de la Brigada Golani, la misma que perdió el domingo a cuatro de sus integrantes por el impacto de un dron de Hezbolá cerca de Haifa.

Netanyahu ha conseguido con el jefe de Hamás una preciada pieza con la que apuntalar su contestada operación militar en la Franja. Capturarlo vivo o muerto era una de sus prioridades. “Yahia Sinwar ha terminado su vida siendo golpeado, perseguido, huyendo para salvar su vida, sin estar al mando de su organización y solo cuidándose a sí mismo. Este es un mensaje claro para todos nuestros enemigos”, ha dicho el ministro de Defensa a través de un comunicado. Esta muerte supone “un mensaje claro a todas las familias de los caídos, a todas las familias de los rehenes: estamos haciendo todo lo posible para dañar a aquellos que dañaron a sus seres queridos y liberar a los secuestrados y devolverlos a sus familias”, ha añadido.

“Este es un buen día para Israel, para Estados Unidos y para el mundo”, ha comentado el presidente de EE UU, Joe Biden. La vicepresidenta Kamala Harris ha señalado que Sinwar “fue responsable de la matanza de miles de personas, incluidas las víctimas del 7 de octubre y los rehenes asesinados en Gaza. Tenía las manos manchadas de sangre americana”. La candidata demócrata a la presidencia, además, ve una oportunidad para “finalmente acabar la guerra” en la Franja.

Las familias de los cautivos se apresuraron aplaudir la muerte del líder palestino, antes incluso de que hubiera confirmación oficial, según un comunicado del foro que las agrupa. “Hacemos un llamamiento al Gobierno israelí, a los líderes mundiales y a los países mediadores para que aprovechen el logro militar para convertirlo en diplomático y busquen un acuerdo inmediato para la liberación de los 101 rehenes: los vivos para rehabilitación y los asesinados para un entierro adecuado”, añade el texto.

En algo más de dos meses, Israel ha acabado con la cúpula de Hamás y Hezbolá dos veces. El 31 de julio, asesinó en Teherán a Haniya, máximo jefe del movimiento palestino, cuando había acudido a la toma de posesión del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian. Posteriormente, el ejército israelí mató a Nasralá, el jefe del partido-milicia chií, en un bombardeo sobre el barrio de Dahiye, bastión del grupo, en Beirut. Poco después, en un ataque desde al aire en ese mismo suburbio, cayó el que casi con toda seguridad iba a convertirse en su sucesor, Hashem Safieddine.

Sinwar había sido casi siempre situado bajo la protección de los cientos de kilómetros de túneles construidos a lo largo de décadas por Hamás y que son también empleados para mantener a los rehenes. Fue ampliamente buscado en torno a Jan Yunis, su localidad, en el sur de un territorio en el que han muerto en el último año por ataques israelíes más de 42.000 personas. Pero, finalmente murió sobre tierra, en un edificio de Rafah, en el extremo meridional de la Franja y junto a la frontera de Gaza con Egipto, una localidad tomada por tierra por las tropas de ocupación desde el pasado mayo. El jefe de Hamás estaba acusado de ser el principal responsable de la matanza en Israel de unas 1.200 personas y el secuestro de otras 250 que el 7 de octubre de 2023 puso en marcha la actual guerra.

Antes de la confirmación oficial, el ejército y los servicios secretos habían anunciado a través de un comunicado que estaban comprobando si uno de los tres cuerpos hallados era el de Sinwar. “Durante las operaciones del ejército en la franja de Gaza, tres terroristas fueron eliminados. Las Fuerzas de Defensa de Israel y los servicios secretos están verificando la posibilidad de que uno de los terroristas haya sido Yahia Sinwar. Por el momento, no se puede confirmar la identidad de los terroristas”, señalaba el comunicado. “En el edificio donde fueron eliminados los terroristas, no había señales de la presencia de rehenes en la zona. Las fuerzas que operan en la zona continúan operando con la precaución requerida”, agregaba.

Esa referencia a los cautivos no es baladí, pues la polémica persigue al Gobierno y al ejército mientras Netanyahu impone su visión belicista de la contienda frente a las familias de los secuestrados, que insisten en que dé prioridad a su liberación antes de centrarse en liquidar a la milicia. A lo largo de este año de contienda, un número no concretado de rehenes ha muerto en ataques de sus propias tropas, algunos en errores graves de los militares desplegados. Hasta ahora, antes de su muerte, una de las conjeturas de por qué se tardaba tanto en acabar con el líder de Hamás, pese a los enormes esfuerzos invertidos, es que podría estar rodeado de un grupo de cautivos para tratar de reducir así las posibilidades de ser víctima de un bombardeo. Si se confirman las circunstancias de la operación en Rafah, no era así.

“Ningún túnel es demasiado profundo”

“Ningún túnel es demasiado profundo, Sinwar. Pregúntale a Nasralá”, avisaban la semana pasada los panfletos lanzados sobre la Franja con advertencias en árabe hacia el jefe de Hamás, al que aseguraban que le esperaba el mismo destino que al máximo responsable de Hezbolá, Hasan Nasralá, asesinado el pasado 28 de septiembre durante un bombardeo sobre Beirut. En las últimas semanas, se habían filtrado algunos detalles de cómo Sinwar trataba de eludir la vigilancia y seguimiento por parte del Estado judío. Evitaba los aparatos electrónicos y se comunicaba con notas manuscritas que a veces hacía llegar a sus destinatarios a través de personas allegadas de especial confianza.

Una de esas cartas, que servirían incluso para ordenar las condiciones de negociación con Israel de un posible alto el fuego, llegó incluso a manos de Nasralá poco antes de morir, según mostró Hezbolá en las redes sociales el mes pasado. En ella, el palestino le expresaba su agradecimiento por el apoyo durante la guerra como parte del eje del que forman parte bajo la batuta de Teherán. Una nota similar apareció en los perfiles de la guerrilla hutí de Yemen después de que el líder de Hamás les felicitara tras conseguir hacer llegar uno de sus misiles a territorio israelí.

Ismail Haniye, a la izquierda, junto a Yahia Sinwar, en Ciudad de Gaza en 2017.
Ismail Haniye, a la izquierda, junto a Yahia Sinwar, en Ciudad de Gaza en 2017.Anadolu (Getty Images)

En la lista de enemigos más buscados por Israel, otros máximos responsables de Hezbolá y de Hamás han muerto en los 12 meses de contienda. Uno de los asesinatos más sonados fue el de Mohamed Deif, jefe del brazo armado de Hamás (las Brigadas de Ezedín al Qassam), el 13 de julio en el sur de Gaza, aunque el Estado judío no confirmó su muerte —Hamás sostiene que sigue vivo— hasta el 1 de agosto. Israel había tratado de matar en numerosas ocasiones a Deif, que estaba considerado junto a Sinwar un pilar esencial en la preparación de los ataques del 7 de octubre.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear en la sección de Madrid. Antes trabajó en el diario Abc, donde entre otras cosas fue corresponsal en el norte de África. En 2024 ganó el Premio Cirilo Rodríguez para corresponsales y enviados especiales.
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