Putin reclama a Ucrania que ceda más territorio antes de plantear un alto el fuego
Kiev y la OTAN rechazan las nuevas condiciones del Kremlin, lanzadas en vísperas de la cumbre por la paz en Suiza
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha endurecido este viernes sus condiciones para plantearse un alto el fuego o una negociación para acabar con la guerra en Ucrania. Casi dos años y medio después de invadir el país, el Kremlin exige a Kiev más territorio del que ya ocupa del país atacado y que suspenda sus planes de ingreso en la OTAN, algo que siempre ha rechazado. Moscú mantiene ocupadas parcialmente cuatro provincias del sur y del este y pretende que Ucrania renuncie a las zonas que aún no ha perdido ante las tropas rusas. Tanto el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, como representantes de Estados Unidos y la Alianza Atlántica han rechazado la propuesta. El plan de Putin, lanzado en vísperas de la Cumbre por la Paz que se celebra este fin de semana en Suiza, supone un “ultimátum”, ha dicho Zelenski.
Las regiones que Rusia ha ido ocupando parcialmente desde febrero de 2022 y que reclama como territorio propio son Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, todas en el sur y el este de Ucrania. Moscú también se apoderó de la península de Crimea en 2014 y la anexionó ilegalmente. “Tan pronto como declaren en Kiev que están preparados para tal decisión y comiencen una retirada real de las tropas de estas regiones, y también anuncien oficialmente el abandono de sus planes de ingresar en la OTAN, por nuestra parte, inmediatamente, literalmente en el mismo minuto, seguirá una orden de alto el fuego e inicio de negociaciones”, ha sostenido Putin este viernes en una intervención ante los principales dirigentes del Ministerio de Exteriores de Rusia.
La propuesta del Kremlin llega a las puertas de una cumbre en Suiza, sin Rusia ni China, en la que Kiev espera reforzar sus apoyos y después de que Zelenski haya firmado nuevos pactos de seguridad bilaterales con miembros de la OTAN, como el que rubricó el jueves con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como muestra del acercamiento de Kiev a la Alianza. También esta semana, el G-7 ha alcanzado un acuerdo sobre el mecanismo para entregar nueva ayuda financiera a Ucrania por unos 50.000 millones de dólares, utilizando los intereses generados por los activos congelados de Rusia.
En la cumbre en los Alpes suizos para buscar salidas a la guerra está prevista la participación de más de 100 delegaciones y 57 líderes mundiales. Se abordarán asuntos como la seguridad nuclear y alimentaria en Ucrania. Rusia, que desde un principio anunció su desinterés en la cumbre, considera que la reunión será “inútil” porque no está representada.
Zelenski ha rechazado tajantemente las condiciones lanzadas por el mandatario ruso, asegurando que este no detendrá la ofensiva sobre Ucrania ni aunque se cumplieran esas exigencias. “Estos mensajes de ultimátum no son distintos a los del pasado”, ha declarado a la televisión SKYTG24 desde Italia, donde se ha celebrado la cumbre del G-7. “Es lo mismo que hacía Hitler; por eso no debemos creer en esos mensajes”, ha añadido, comparando a Putin con el genocida alemán y el afán expansionista que derivó en la II Guerra Mundial.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, no ha dado credibilidad al plan del Kremlin y considera que no se presenta “con buena fe”. “No es una propuesta de paz, sino una propuesta de más agresión y ocupación. Demuestra que el objetivo de Rusia es controlar Ucrania”, ha criticado.
Para Lloyd Austin, secretario de Defensa de EE UU, Putin ha lanzado ahora esta propuesta con la intención de adelantarse unas horas a la cumbre suiza, en la que Zelenski busca recabar más apoyo internacional a las condiciones de Kiev para poner fin a la guerra, que pasan por recuperar todo el territorio perdido ante los rusos. Putin “no está en condiciones de decirle a Ucrania lo que debe hacer para lograr la paz”, ha declarado Austin desde la sede de la OTAN en Bruselas, informa la agencia Reuters.
Putin ha advertido que si Kiev y el resto de países aliados rechazan su plan, estas serán responsables moral y políticamente de que continúe “el derramamiento de sangre”. “Evidentemente, la situación en el frente de batalla, cambiará y no en favor del régimen de Kiev, y las condiciones para el inicio de negociaciones serán otras”.
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