Biden anuncia que EE UU enviará ayuda humanitaria aérea a Gaza
El presidente de EE UU reconoce que el goteo que entra en estos momentos “no es suficiente” en una situación de extrema precariedad en la Franja
Estados Unidos recurrirá a lanzar ayuda humanitaria desde aviones para tratar de abastecer Gaza, donde las condiciones se aproximan cada vez más a una hambruna e Israel se resiste a permitir la entrada de un flujo mayor de asistencia. El presidente de EE UU, Joe Biden, ha anunciado la nueva medida al comienzo de una reunión en el Despacho Oval con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, un día después de la muerte de más de un centenar de palestinos en una cola donde aguardaban para recibir harina, en una agresión en la que las fuerzas israelíes abrieron fuego contra la muchedumbre.
La ayuda que entra hasta el momento en la Franja “no es suficiente”, ha indicado el presidente estadounidense al inicio del encuentro. “Vamos a hacer todo lo posible” por aumentar el flujo de asistencia a los 2,3 millones de personas atrapadas en la Franja, ha sostenido. Según ha indicado, los lanzamientos de ayuda comenzarán en los próximos días y se desarrollarán en colaboración con otros países aliados de la zona, incluido Jordania. Washington también estudia la posibilidad de abrir un corredor marino, que permitiría la entrada de una cantidad mucho mayor de ayuda que la que pueden distribuir los aviones.
“Gente inocente ha quedado atrapada en una guerra terrible, incapaz de alimentar a sus familias, y han visto la respuesta cuando intentaban conseguir ayuda”, ha declarado el presidente, en referencia a las muertes del jueves. “Pero tenemos que hacer más y Estados Unidos hará más, en los próximos días nos uniremos con nuestros amigos de Jordania y otros países para organizar lanzamientos aéreos de ayuda a Ucrania [sic: la Casa Blanca clarificó que se refería a Gaza] y buscar el abrir otras vías, incluida la posibilidad de un corredor marino que facilite grandes cantidades de asistencia humanitaria”.
Según Biden, “la ayuda que entra en Gaza no es suficiente ahora mismo ni de lejos. Están en juego vidas inocentes, las vidas de niños están en juego”.
El anuncio del presidente estadounidense llega mientras se encuentra en la zona la administradora de la agencia estadounidense para la ayuda humanitaria, Samantha Power, quien se reunió el miércoles con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa de ese país, Yoav Gallant.
En declaraciones tras la reunión, el portavoz de la Casa Blanca para asuntos internacionales, John Kirby, matizaba que la ayuda por vía aérea “no sustituirá” sino que será “un complemento” de la que llegue por vía terrestre o marina.
Kirby recordó que el lanzamiento de paquetes de ayuda desde el aire es una misión llena de dificultades. “Pocas operaciones militares son más complicadas. Hay muchas premisas que tienen que salir exactamente según lo previsto. Procederemos con cuidado en la operación con Jordania, la planificaremos cuidadaosamente y aprenderemos de los primeros lanzamientos para ir mejorando”, ha subrayado.
En el caso de Gaza, el escenario es aún más complicado dado la enorme densidad de población. “Tienes que acercarte lo más que puedas pero sin poner a la gente en peligro”, añadía el portavoz. Las primeras entregas, ha matizado, consistirán sobre todo el alimentos, “probablemente raciones militares de combate”, y se entregarán “en un lugar seguro donde nadie vaya a quedar herido, accesible para las organizaciones humanitarias para ayudar a distribuir el cargamento” y evitar avalanchas, ha precisado Kirby. El alto cargo ha insistido en que la idea de los lanzamientos aéreos ya se contemplaba desde antes de las muertes del jueves en la cola de ayuda humanitaria, dado que “la necesidad se ha hecho cada vez más aguda en las últimas semanas”.
Las muertes del jueves “subrayan la necesidad de seguir buscando rutas y medios alternativos para la entrada de ayuda en Gaza” y lo imprescindible del alto el fuego temporal que Estados Unidos trata de conseguir en las conversaciones que se siguen entre Israel y la milicia radical palestina Hamás, bajo la mediación de Qatar, para el intercambio de prisioneros, un aumento de la ayuda humanitaria y una pausa en las hostilidades.
Israel asegura que las muertes se debieron a una avalancha humana y a atropellos de los camiones humanitarios , mientras que la Autoridad Palestina califica lo ocurrido de “una matanza”.
El envío de asistencia mediante aviones representa un giro en la posición estadounidense, hasta ahora centrada en la presión al Gobierno de Netanyahu para conseguir que autorizara un mayor flujo de ayuda por vía terrestre. Los camiones que entran por Rafah, el paso fronterizo entre Egipto y Gaza, se han reducido a un puñado, sin que Washington haya conseguido recientemente que el primer ministro acceda a abrir nuevos puntos de entrada o al paso de más vehículos. Lo que entra “no es suficiente”, reconocía Kirby.
El presidente estadounidense se encuentra bajo presión para tomar medidas que alivien el sufrimiento palestino en Gaza, donde ya han muerto más de 30.000 personas —la mayoría mujeres y niños— en la ofensiva israelí desde octubre, y decenas de miles más han quedado heridas. El descontento por la posición proisraelí de la Casa Blanca, que mantiene una asistencia militar a Israel y su rechazo a un alto el fuego permanente, ha provocado ya una llamada de atención electoral para el presidente esta semana en Míchigan. Allí, la numerosa comunidad árabe-estadounidense movilizó una campaña para el voto “no declarado” (equivalente a un voto en blanco) en las papeletas de las primarias demócratas. Su objetivo era exigir un armisticio permanente y demostrar a Biden que su posición proisraelí en Gaza puede costarle la reelección en noviembre. La movilización consiguió 100.000 de esos sufragios, o un 13,3% del total, y los activistas prevén repetir la iniciativa en las consultas en Minnesota, el próximo martes, y en el Estado de Washington, el próximo día 12. Ambos Estados, como Míchigan, permiten la opción del voto “no declarado”.
La Casa Blanca, por su parte, mantiene que hace todo lo posible para conseguir una tregua temporal, en torno a las seis semanas, que pueda servir como primer paso para un alto el fuego permanente. Biden conversó el jueves, tras las muertes en la cola de ayuda humanitaria, con el emir catarí y con el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi.
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