Vuelta a la casilla de salida: la formación de Gobierno en Países Bajos se estanca
Tres meses después de las elecciones, el Parlamento da luz verde a que todos los partidos busquen una coalición tras el fracaso de las negociaciones de las cuatro formaciones de derecha
El Parlamento holandés ha dado luz verde este miércoles a la búsqueda, en todo el arco político nacional, de una nueva coalición de Gobierno para Países Bajos. La decisión responde al fracaso de las negociaciones llevadas a cabo durante casi tres meses por el líder ultraderechista Geert Wilders, y su Partido por la Libertad (PVV), ganador de los comicios del pasado 22 de noviembre. No ha logrado ponerse de acuerdo con las otras tres formaciones de derecha que obtuvieron más votos: los liberales (VVD), Nuevo Contrato Social (NSC), y el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB). Vista la situación, para superar el actual bloqueo se ha nombrado a un nuevo mediador. Dispone de cuatro semanas para sondear a todas las formaciones con representación parlamentaria.
Wilders ha presentado la moción para ampliar la búsqueda de un pacto gubernamental más allá de los ganadores de las elecciones. El supervisor de esta nueva fase será el socialdemócrata Kim Putters, presidente del Consejo Económico y Social. Es el organismo asesor del Ejecutivo en macroeconomía, y ha puesto manos a la obra este mismo miércoles. La alianza formada por ecologistas y socialdemócratas (GroenLinks-PvdA), liderada por Frans Timmermans, exvicepresidente de la Comisión Europa, considera “una pérdida de tiempo” la fórmula adoptada por mayoría tras un largo debate parlamentario. Le parece más efectivo que sigan deliberando los cuatro grupos de derecha.
La noche del pasado 6 de febrero, Pieter Omtzigt, cabeza del NSC, abandonó las negociaciones aduciendo que no veía factible gobernar junto con Wilders. Aunque no descarta prestar algún tipo de apoyo desde el Parlamento a la futura coalición que pueda formarse, el factor decisivo de su retirada fue la falta de información a tiempo de las finanzas públicas para la próxima legislatura. Considera que las previsiones no son buenas y no quiere hacer falsas promesas a la ciudadanía. El actual encargo del Parlamento no asegura el éxito, pero puede aclarar el tipo de Gobierno que se está buscando en Países Bajos.
El debate parlamentario ha sido bronco a ratos. En otros ha habido risas generalizadas por alusiones a la festividad de San Valentín, frases en latín y citas de San Agustín, mientras los diputados se preguntaban qué modelo de Gobierno podría acordarse. Se ha planteado la posibilidad de un Gabinete con mayoría, el más difícil de lograr por ahora. Uno en minoría, con el apoyo desde el Parlamento de una formación que no participe en la coalición misma. Y tras el fracaso, de momento, de un Gobierno de coalición tradicional, también se plantea la opción de un Ejecutivo basado en un programa que elaborarían los partidos que quisieran participar y que se vería sujeto a la búsqueda de una mayoría parlamentaria para su ejecución. O bien un Ejecutivo solo con tecnócratas. Ante esta abanico de posibilidades, diputados de todas las tendencias han pedido una y otra vez a los líderes de los cuatro partidos que han negociado hasta ahora sin éxito que se definieran.
“La asfixiante política de los últimos años no ha conseguido resolver los problemas de la población y es lo que ha oscurecido los últimos años la situación en Países Bajos”, ha dicho Omtzigt. “He puesto todo de mi parte para que las negociaciones prosperaran”, ha asegurado Wilders, para luego reafirmarse en sus valores. A pesar de que asegura que respetará la Constitución, y admite que los musulmanes de Países Bajos deben recibir el mismo trato que los demás ciudadanos, ha afirmado: “Sigo pensando que el islam es una religión censurable, odiosa y que provoca violencia”. Caroline van der Plas, al frente del BBB, ha hecho votos “por llegar a un acuerdo”.
Dilan Yesilgöz, jefa del VVD, que hasta la fecha solo ofrecía su respaldo sin entrar en el Consejo de Ministros, este miércoles se ha inclinado por trabajar “con un programa de marcos financieros claros”. Tampoco descarta que un futuro Gobierno incluya a personas “de fuera”, siempre que haya “una representación equitativa de los cuatro partidos involucrados en las negociaciones” llevadas a cabo hasta la fecha. Wilders ha calificado la nueva situación de “fase intermedia” para esclarecer el tipo de Gobierno.
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