El misterio rodea la desaparición de un soldado español que combatía en Donbás

En la plaza de Maidán, en Kiev, hay un grupo de banderas españolas entre un mar de banderas ucranias y de otros países. Son banderines clavados en uno de los parterres del centro simbólico de la capital, colores nacionales que honran a soldados muertos combatiendo contra la invasión rusa. Las banderas españolas son recientes, colocadas desde el pasado diciembre por los camaradas de dos soldados: uno es Pau Heras, un catalán que falleció aquel mes en un asalto ruso; el otro es Abuelo, el nombre en clave de un veterano militar cántabro oficialmente desaparecido desde el pasado noviembre. Pese a que no existe confirmación, compañeros de armas suyos en Ucrania aseguran que falleció.

El protocolo del ejército ucranio y ruso establece que, sin la recuperación del cadáver, un soldado no puede ser oficialmente dado por muerto. Existe la opción de que este combatiente sobreviviera y fuera apresado por el enemigo. Según el Gobierno ucranio, hay “decenas de miles” de sus militares oficialmente en paradero desconocido.

El cadáver de Heras fue recuperado en una trinchera durante la actual batalla de Avdiivka, en la provincia de Donetsk, por parte de sus compañeros de la 59ª Brigada Motorizada. El caso de Abuelo —sus iniciales son M. O.— es más complejo: fuentes diplomáticas españolas confirman que está desaparecido. Su esposa ha explicado en conversación con EL PAÍS que están pendientes de la notificación oficial por parte de la Embajada española de su fallecimiento o situación en vida.

Este diario ha hablado con dos soldados españoles que coincidieron en Ucrania con M. O. y con un alto cargo político vinculado al proceso de investigación de los hechos. Las tres fuentes, que prefieren mantenerse en el anonimato, dan por hecho que M. O. murió en noviembre de 2023 en un ataque ruso en el frente de Andriivka, también en la provincia de Donetsk. Las tropas del Kremlin, superiores en recursos armamentísticos y en número de tropas, están de nuevo avanzando en el frente, en Donetsk y en la provincia de Járkov. Andriivka es uno de los puntos en los que la presión del invasor es más intensa y donde se producen más bajas ucranias.

Abuelo formaba parte del 1º Batallón de la 3ª Compañía de la Legión Internacional. Nacido en 1980, era un soldado con amplia experiencia, con 18 años de servicio en el 64º Regimiento de Cazadores de Montaña del Ejército español. Desapareció en su primera misión de combate en Ucrania. La versión de los hechos facilitada por sus compañeros difiere en algunos detalles, pero coincide en que M. O. recibió el impacto mortal de un dron bomba ruso y que, antes de morir, entregó su fusil a un compañero, un paramédico colombiano. Otra versión de los hechos asegura que M. O. fue herido por artillería rusa y se refugió debajo de los despojos de un blindado destruido. Cuando intentó huir, un dron le remató.

La mayoría de componentes de la Compañía de Abuelo son procedentes de Perú y de Colombia. La comunicación en el mismo idioma en una unidad es clave para el funcionamiento del equipo. Colombia es uno de los países que está aportando más mercenarios entre las filas ucranias. La página de internet de reclutamiento de la Legión Internacional solo puede consultarse en dos idiomas: inglés y castellano. The Kyiv Independent informó el 2 de febrero de que los combatientes extranjeros con más bajas son los georgianos con, por lo menos, 60 muertes. Pero las fuentes consultadas para esta información aseguran que el número de colombianos fallecidos es muy superior. Se desconoce el número de españoles que han tomado parte en el conflicto, pero los soldados entrevistados están convencidos de que la cifra puede ser cercana al centenar.

Los dos españoles que compartieron en Ucrania tiempo con Abuelo —así se refieren de forma habitual a él— aseguran que el cuerpo fue recuperado a finales de diciembre y que se encuentra en una morgue en la ciudad de Dnipró. Las autoridades ucranias esperan que la familia o la diplomacia española se persone para identificar el cadáver, según el testimonio de estas personas. Otra fuente conocedora de los hechos niega que el Gobierno ucranio tenga constancia de que el cuerpo se encuentre allí. La familia tampoco ha sido informada de ello.

Manuel Ruiz, hermano de la mujer de M. O., explica que mantiene contacto regular con la Embajada española en Kiev a la espera de que haya confirmación oficial del estado de su familiar. Ruiz añade que la policía ha tomado muestras de ADN del padre y las hermanas de M. O. por si se evacuara el cadáver, en caso de que hubiera fallecido en el frente, y fuera necesario identificarlo. Ruiz subraya el dolor que sufre la familia por la incertidumbre y porque su hermana, sin un certificado oficial de lo sucedido, no puede solicitar ni la pensión de viudedad ni las indemnizaciones vinculadas a un posible fallecimiento de M. O.

Necesidad económica

Ruiz también comenta que su cuñado, que tiene dos hijos, posiblemente decidió alistarse en Ucrania por necesidad económica. El salario para operaciones de combate es en el Ejército ucranio de 2.500 euros al mes. Las pertenencias de Abuelo continúan en la base de la Legión en Kramatorsk (Donetsk). Se trata sobre todo de ropa y de material militar, pero también de objetos más íntimos como una bandera española, un ejemplar de la Biblia, un libro de autoayuda o un parche con las banderas de Perú y Ucrania.

Oficialmente, han fallecido tres españoles durante la invasión rusa de Ucrania. Además de Pau Heras, en junio de 2022 murió el mallorquín Ángel Adrover, reclutado también por la Legión Internacional. La cooperante catalana Emma Igual fue asesinada en septiembre de 2023 mientras su ONG evacuaba a civiles cerca de Bajmut, por el impacto de un misil ruso contra la furgoneta en la que viajaba. El Ministerio de Exteriores recomienda no viajar a Ucrania “bajo ninguna circunstancia”. El Gobierno español no asume ninguna responsabilidad sobre los ciudadanos españoles que deciden combatir en Ucrania.

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