El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, hospitalizado de nuevo
El general retirado, que desató la polémica por no informar de su baja a la Casa Blanca en enero, ha quedado ingresado por tercera vez en dos meses por complicaciones del cáncer que padece
El secretario de Defensa de EE UU, Lloyd Austin, que padece un cáncer de próstata, ha quedado este domingo ingresado de nuevo por molestias relacionadas con su enfermedad, según ha infomado el Pentágono. En enero, el general retirado había desatado una fuerte polémica cuando se dio a conocer que estaba hospitalizado pero no informó a la Casa Blanca, ni al resto del Gobierno, hasta cuatro días después de su admisión en la Unidad de Cuidados Intensivos.
En esta ocasión, se le va a tratar de “síntomas que apuntan a un incipiente problema de vejiga”, ha revelado el portavoz del Pentágono, el general Pat Ryder, en un comunicado. El portavoz también precisa que esta vez sí se ha comunicado de manera pertinente la situación a la Casa Blanca y al Congreso estadounidense.
Inicialmente se indicó que Austin continuaría asumiendo sus funciones desde el hospital. El secretario “se trasladó con los sistemas de comunicaciones necesarios, clasificados y no clasificados, para cumplir sus tareas”. Pero pocas horas más tarde un segundo comunicado del Pentágono indicaba que la “número dos” del departamento de Defensa, Kathleen Hicks, se había hecho cargo de las tareas de su jefe.
El 22 de diciembre Austin se había sometido a una intervención quirúrgica para tratarse su cáncer, y fue dado de alta casi de inmediato. Pero el 1 de enero quedó ingresado de nuevo en el hospital militar Walter Reed, en las afueras de Washington, debido a complicaciones de la enfermedad. La Casa Blanca, e incluso Hicks, que se encontraba de vacaciones, no recibieron aviso de la hospitalización hasta el día 4. El secretario de Defensa no divulgó la razón de su ingreso hasta el día 9. Fue dado de alta el 15 de enero.
El incidente ha motivado que el Pentágono abra una investigación de treinta días sobre cómo fue posible el fallo de comunicación, y actualizar sus protocolos para la notificación de este tipo de situaciones. Como responsable de las fuerzas militares estadounidenses, el secretario de Defensa debe estar siempre disponible por si surge una emergencia de seguridad nacional.
Austin está citado para comparecer el próximo 29 de febrero ante el comité de las Fuerzas Armadas en la Cámara de Representantes para declarar sobre lo ocurrido. Después de que se conociera su hospitalización en enero, diversos congresistas, y el previsible candidato republicano en las elecciones presidenciales de noviembre, Donald Trump, exigieron la dimisión de Austin, antiguo comandante de las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán, y primer secretario de Defensa negro.
“Quiero dejarlo muy claro: no gestionamos bien esto. No lo gestioné bien”, reconocía el militar el 1 de febrero, en su primera rueda de prensa tras recibir el alta. “Debí haber contado al presidente mi diagnóstico de cáncer. También se lo tenía que haber contado a mi equipo y al público estadounidense, y asumo toda la responsabilidad. Pediré disculpas a mi equipo y al público estadounidense”.
Esta semana entrante Austin tenía previsto desplazarse a Europa para una reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania. Hasta el momento se desconoce si continuará adelante con sus planes o cancelará su viaje. En ese caso, tampoco se sabe si le reemplazará otra persona de su equipo en el Pentágono.
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