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El régimen de Ortega y Murillo expulsa al obispo Rolando Álvarez y a los sacerdotes y seminaristas que mantenía en prisión

Junto al prelado también han sido enviados a Roma el obispo Isidoro Mora y 17 religiosos apresados durante la las últimas Navidades

El obispo Rolando Álvarez, el 20 de mayo de 2023.
El obispo Rolando Álvarez, el 20 de mayo de 2023.Jorge Torres (EFE)
Wilfredo Miranda Aburto

La madrugada de este 14 de enero un avión salió de Managua con destino final a Roma transportando al destierro al obispo de Matagalpa y preso político del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, monseñor Rolando Álvarez. Junto al prelado también fueron expulsados de Nicaragua el obispo de Siuna, Isidoro Mora Ortega, y 17 sacerdotes y seminaristas que habían sido apresados durante una cacería policial emprendida en las pasadas fiestas de Navidad y Año Nuevo.

Minutos antes de que el obispo Silvio Báez —exiliado de manera forzada en Estados Unidos desde 2019– iniciara su misa dominical en la parroquia Santa Agatha en Miami, trascendió la noticia del destierro de sus compañeros. Entre atónito y cauteloso, Báez evitó referirse a la información que fuentes católicas confirmaron a EL PAÍS. “Esperemos que primero salga en el 19″, se excusó el obispo auxiliar de Managua, en referencia a El 19 Digital, el principal órgano de propaganda del régimen de Ortega y Murillo y por el cual se difunden los destierros de nicaragüenses.

Al terminar su misa en Miami, revisando su celular y manteniendo la compostura durante la homilía, Báez anunció a sus feligreses el destierro de los religiosos y del obispo Álvarez, la voz que más incomodaba a la pareja presidencial en Nicaragua. “La dictadura criminal de Daniel Ortega no ha podido conta el poder de Dios”, exclamó Báez emocionado, intentando sin éxito contener las lágrimas. “Los obispos, sacerdotes y seminaristas que fueron secuestrados, que estaban injustamente en la cárcel, y que eran inocentes, han aterrizado en el aeropuerto de Roma y han sido acogidos por la Santa Sede… Por lo tanto, quisiera invitarlos a que le demos gracias al Papa Francisco y a la diplomacia Vaticano”.

El obispo Nicaragüense Silvio Báez, en su misa dominical en la parroquia Santa Agatha, en Miami.
El obispo Nicaragüense Silvio Báez, en su misa dominical en la parroquia Santa Agatha, en Miami.Miguel Andrés Gutiérrez

El Gobierno ha confirmado por la tarde de este domingo el destierro de monseñor Álvarez y de los otros religiosos católicos a través de un comunicado que hacer referencia a unos “acuerdos con la Santa Sede” y agradece al papa Francisco y al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, “las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas”. Antes, por la mañana, los familiares de los clérigos fueron informados desde Roma sobre el destierro. Asimismo, fuentes católicas en la Santa Sede habían confirmado a EL PAÍS que los dos obispos, sacerdotes y seminaristas fueron recibidos por las autoridades vaticanas y les brindaron la atención debida para que se asienten en Roma. “Ya están en la casa de San Pedro”, aseguraron.

Este es el segundo destierro de sacerdotes a Roma. El primero ocurrió en octubre de 2023, cuando 12 párrocos fueron expulsados de Nicaragua en un avión tras alcanzarse “acuerdos con El Vaticano”. En los últimos 12 meses el papa Francisco abogó dos veces por abrir un diálogo con el régimen de Ortega-Murillo, al mismo tiempo que expresó preocupación por el alargamiento de la crisis sociopolítica que azota a los nicaragüenses.

“Sigue siendo preocupante también la situación de Nicaragua; es una crisis que se prolonga desde hace tiempo con dolorosas consecuencias para toda la sociedad nicaragüense, en particular para la Iglesia católica”, sostuvo el Pontífice a inicios de 2024.

El destierro de monseñor Álvarez, titular de la Diócesis de Matagalpa y Estelí, ocurre después de que en febrero de 2023 el prelado se negara a abordar el avión que condujo al destierro en Estados Unidos a 222 presos políticos. En represalia, los Ortega-Murillo condenaron a Álvarez a 26 años de prisión y lo recluyeron en una celda de máxima seguridad en el penal La Modelo.

En julio de 2023 se establecieron “contactos” entre el régimen y el Vaticano para liberar al obispo. Sin embargo, Álvarez rechazó las condiciones de su encarcelamiento, que pasaba por el destierro. Fue mantenido en prisión y presentado en dos ocasiones a la opinión pública después de denuncias del aislamiento que sufría en La Modelo.

El destierro de Álvarez supone para el régimen un alivio a la condena nacional e internacional por su liberación. De acuerdo con una encuesta de CID Gallup, el 72% de los nicaragüenses rechazaban la condena política de Álvarez. No obstante, este segundo destierro de religiosos recrudece la persecución contra el catolicismo que, a partir de este domingo, se queda sin sus principales figuras en el territorio.

La mayoría de estos sacerdotes desterrados eran vicarios y voces potentes dentro de una institución religiosa que critica con ahínco las violaciones a los derechos humanos cometidas por los Ortega-Murillo desde 2018, cuando policías y paramilitares reventaron con brutalidad las protestas sociales. Una violencia política que se ha mantenido por más de un quinquenio con un estado policial que se traslapa con un régimen totalitario, donde prima la persecución, la cárcel y el exilio contra quienes critican al Gobierno.

De acuerdo con la investigadora Martha Patricia Molina, el régimen ha enviado y obligado a 203 religiosos y religiosas al destierro y expulsión o les ha negado el ingreso a Nicaragua. Todo, entre el año 2018 a enero de 2024. Más del 80% de estas agresiones se registraron en 2023, cuando la persecución religiosa alcanzó su clímax con la prohibición de los ritos de Semana Santa.

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Sobre la firma

Wilfredo Miranda Aburto
Periodista nicaragüense. Colaborador de EL PAÍS basado en Costa Rica, donde está exiliado. Ha cubierto temas políticos, en especial sobre violaciones de derechos humanos: desplazamiento forzado, tráfico ilegal de tierras indígenas, medio ambiente y ejecuciones extrajudiciales en Centroamérica. Ha ganado el premio Ortega y Gasset y el Rey de España.

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