La UE excluye a Hamás de un futuro proceso de paz y pide que la Autoridad Palestina retome el control de Gaza
Los ministros de Exteriores europeos y árabes reclaman desde Barcelona una tregua en la Franja que se alargue “todo lo posible”
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea y sus homólogos de la Liga Árabe, reunidos este lunes en Barcelona, han clamado por una prolongación del alto el fuego en Gaza. Lo han hecho con matices, pues mientras el jefe de la diplomacia jordana, Ayman Safadi, ha pedido una “tregua permanente” para “detener la catástrofe” humanitaria, su homóloga alemana, Annalena Baerbock, una de las más remisas a un cese indefinido de las hostilidades (una opción que rechaza Israel), ha pedido que la pausa de los bombardeos se prolongue “todo lo posible para que los rehenes [capturados por Hamás] sean liberados y pueda entrar más ayuda en Gaza”. Estas declaraciones se produjeron antes de que Qatar anunciara que Israel y Hamás habían llegado a un acuerdo para prorrogar la tregua en la Franja dos días más a partir del martes, fecha en la que expiraba el anterior acuerdo.
Europeos y árabes han tenido oportunidad de comprobar sus coincidencias —todos han apoyado la fórmula de los dos Estados, salvo un país musulmán al que el alto representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Josep Borrell, no ha querido identificar—, pero también sus discrepancias. “Algunos hablan de derecho [de Israel] a la autodefensa, para nosotros es una agresión clarísima y un genocidio”, ha dicho el ministro jordano. Tanto el jefe de la diplomacia europea como el anfitrión de la reunión, el titular español de Exteriores, José Manuel Albares, han coincidido en que Hamás no tiene ningún papel en las futuras negociaciones. “Hamás no es un socio para la paz”, ha dicho este último. Preguntado al respecto, Safadi ha eludido el asunto.
Borrell ha pedido “prolongar la pausa [en los combates] de forma que permita liberar a más rehenes y evolucionar a un alto el fuego asociado a un proceso político”. Es decir, avanzar paso a paso, pero sin perder de visto el objetivo final: una solución negociada del conflicto de Oriente Próximo basada en la fórmula de los dos Estados, uno israelí y otro palestino, a través de una conferencia internacional de paz.
La reunión ministerial de la Unión por el Mediterráneo (UPM), un organismo dedicado habitualmente a fomentar la cooperación técnica entre los países de las dos riberas del Mediterráneo, se ha convertido esta vez en un foro político de alto nivel en el que europeos y árabes han discutido cara a cara las consecuencias de la guerra entre Hamás e Israel y la forma de pararla. El gran ausente ha sido el Gobierno israelí, que el pasado jueves ya anunció que dejaría su silla vacía alegando que se había cambiado el orden del día de la reunión sin consultarle, para centrarla en el conflicto de Gaza, con el riesgo de que se convirtiera en una encerrona contra su país. “Esta no era una reunión contra nadie, era una reunión por y para la paz. Esperamos que Israel vuelva a ocupar su sitio en la UPM porque es miembro fundador”, ha dicho Borrell.
Ausencia israelí
Pese a la ausencia israelí, la cita ha batido el récord de participación en este tipo de eventos, con 27 delegaciones representadas a nivel ministerial. Entre los ministros europeos que han acudido a Barcelona estaban los de Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Irlanda o Portugal; mientras que por parte de los países musulmanes han asistido los jefes de la diplomacia de Jordania (que copreside la UPM), Egipto, Turquía, Túnez o Líbano, además de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Han faltado los de Marruecos y Argelia, con los que España ha tenido crisis diplomáticas en los últimos años.
El invitado especial ha sido el ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí, el príncipe Faisal bin Farhan, cuyo país no forma parte de la UPM, pero que ha representado al comité ministerial árabe-islámico formado a raíz de la cumbre celebrada el pasado día 11 en Riad; a la que acudió, entre otros, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, quien visitó por primera vez el reino saudí tras la reciente reconciliación entre los dos países, por mediación china. En una breve intervención ante el plenario, el príncipe saudí ha pedido que Israel responda, “a través de sanciones o presiones”, de sus atrocidades contra la población civil y ha subrayado que “no hay alternativa” a la fórmula de los dos Estados; obviando que, cuando se produjo el ataque de Hamás, Riad estaba a punto de normalizar relaciones con Israel, dejando de lado la cuestión palestina.
Tras descartar la recolonización de la Franja por parte de Israel y el desplazamiento forzado de su población, Borrell ha insistido en que la única forma de que no se convierta en un agujero negro a la orilla del Mediterráneo es que la Autoridad Nacional Palestina “pueda volver a Gaza”, para lo que es imprescindible que esta se “refuerce y legitime” con el apoyo de la comunidad internacional.
El ministro de Exteriores palestino, Riyad al Maliki, ha asegurado que la ANP no tiene que volver a la Franja “porque nunca se ha ido” y ha seguido prestando los servicios públicos (sanidad, educación, pasaportes) a través de una cohorte de miles de funcionarios civiles, aunque Hamás le arrebatara hace 17 años el control político y militar de Gaza. “Vamos a seguir tomando nuestras responsabilidades”, aseguró, ante el escepticismo de que sea capaz de gobernar una Franja devastada por los bombardeos. En un momento de extrema debilidad de la ANP, minada por la falta de democracia y las acusaciones de corrupción, la cita de Barcelona ha supuesto un espaldarazo para el Ejecutivo de Mahmud Abbas, en Ramala.
Tras reunirse con Al Maliki, Albares no ha querido pronunciarse sobre el comunicado de Hamás que calificaba de “clara y audaz” la postura del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro belga, Alexander De Croo, durante su reciente gira por la región, alegando que no comenta “comunicados de una organización terrorista” y que el Gobierno español ha sido claro en su condena del ataque contra Israel.
Explicaciones a la embajadora
El ministro sí ha revelado el mensaje que un alto cargo de su departamento ha transmitido este lunes a la embajadora de Israel en Madrid, Rodica Radian-Gordon, que fue convocada el pasado viernes por Exteriores después de que las autoridades israelíes acusaran a Sánchez y De Croo de “apoyar el terrorismo”: se le han pedido explicaciones —”espero que sean claras”, ha apostillado el ministro— de por qué se produjeron esas declaraciones “inaceptables y completamente falsas” y “garantías de que no se van a volver a producir en el futuro”.
El Ministerio israelí de Exteriores ya trasladó el domingo a la embajadora española en Tel Aviv, Ana María Salomón Pérez, sus quejas por lo que considera falta de condena expresa de las acciones de Hamás. En realidad, España ha condenado repetidamente los ataques de la milicia islamista, lo que no ha hecho es denunciar el uso de la población palestina como escudo humano por parte de esta. Es precisamente esa táctica la que destaca el Gobierno Netanyahu para trasladar a Hamás la responsabilidad por la muerte de civiles en Gaza.
En la cena que ofreció este domingo por la noche a los jefes de las delegaciones invitadas al foro, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), el ministro español de Exteriores reiteró su condena a la “matanza indiscriminada de civiles” realizada por Hamás el 7 de octubre y exigió la “liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes”. “España ha sido muy clara desde el inicio de la crisis, pidiendo un alto el fuego inmediato y exigiendo a Israel que respete escrupulosamente el derecho internacional humanitario”, subrayó el jefe de la diplomacia española, saliendo al paso de las acusaciones de Israel de que Madrid se ha alineado con Hamás, una acusación que ha venido a alimentar la propia milicia islamista al aplaudir la posición mantenida por Sánchez y De Croo.
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