El ex vicepresidente Mike Pence abandona la carrera a la presidencia en Estados Unidos
El político anuncia su salida en la convención anual de la Coalición Judía Republicana, reduciendo la contienda a siete aspirantes republicanos
La carrera republicana a la Casa Blanca se reduce. Mike Pence, el ex vicepresidente de la Administración de Donald Trump, ha anunciado este sábado que abandona las primarias del partido conservador. El gobernador de Indiana es el primer político de alto perfil que renuncia a la contienda. Ha elegido la convención anual de la Coalición Judía Republicana para dar a conocer su salida tras seis meses de campaña. Este grupo, uno de los lobbys más poderosos en favor de Israel en el país, había convocado a los contendientes que luchan por hacerse con la nominación rumbo a las presidenciales de 2024. El líder desde el primer minuto es Donald Trump, quien ahora tiene siete rivales.
“En junio anuncié mi intención de buscar la nominación republicana a la presidencia porque creo que hay muchos problemas en este país. Yo fui criado de que a quien se les da mucho, mucho se les exige. Y con todo lo que nuestro país está enfrentando, no podía saltarme la oportunidad. Pero la Biblia nos enseña de que hay tiempo para todo propósito y ahora sé con claridad que este no es mi tiempo”, ha señalado Pence, de 64 años. Subió al escenario a su esposa Karen, una maestra de escuela cristiana, para despedirse.
El gobernador de Indiana entre 2013 y 2017 ha suspendido de forma inmediata su campaña y que volverá a su Estado con su familia. “Siempre supe que esta batalla sería cuesta arriba, pero no me arrepiento”, añadió. Pence tira la toalla a meses de que se celebre el primer caucus en Iowa, el 15 de enero, un Estado que suele tratar bien a los candidatos más conservadores, pero donde le eran improbables buenos resultados.
Al anunciar su salida, a la mitad de su discurso, Pence obtuvo como respuesta de la audiencia un sonoro suspiro de sorpresa. Su mensaje rompió la inercia de la convención, que arrancó a las nueve de la mañana con un programa que daría foro a los ocho que luchan por la nominación. Uno a uno, comenzando por el empresario trumpista Vivek Ramaswamy, desfilaron ante los potenciales donadores condenando las acciones de Hamás en Oriente Próximo y el derecho de Israel a responder con fuerza.
“Biden debe acabar con todo mensaje que pide a Israel limitar el uso de la fuerza”, había señalado Pence minutos antes de revelar su renuncia. “Estados Unidos debe apoyar a Israel sin condiciones y debería impedir que se envíe ayuda humanitaria a Gaza hasta que se liberen a todos los secuestrados por Hamás”, ha afirmado el ex vicepresidente, uno de los pocos que reconoció sin ambages que Trump perdió la elección de 2020 y estuvo en favor de trasladar el poder a Biden.
El año pasado, Pence acudió a esta misma convención anual en Las Vegas para presentar su autobiografía, So help me god (Con la ayuda de Dios), la frase con la que los funcionarios cierran el juramento de servicio. El libro narra su experiencia en la Casa Blanca de Trump, a quien nunca criticó directamente en la campaña a pesar de que sus simpatizantes lo amenazaron durante el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
En un sondeo reciente realizado por el periódico USA Today, Pence estaba al fondo de la contienda con un 1% de las preferencias entre los republicanos. A pesar de haber formado parte de la cúpula de Washington, el político cristiano estaba en lo más profundo de las preferencias junto al gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum y Chris Christie, el exgobernador de Nueva Jersey, lastrado en las preferencias por ser el único que es vocalmente crítico con Trump.
Con su salida, Pence da la razón a varias voces dentro del partido que pedían abandonar la carrera a quienes no tienen oportunidad de recortar distancia frente a Trump. Este fue uno de los temas más comentados tras el segundo debate republicano celebrado en California, que perdió a Asa Hutchinson porque no cumplió con los requisitos de apoyos mínimos en las encuestas para tener un puesto en el foro. Ahora Pence, quien nunca logró llegar a los dos dígitos en las preferencias, se ahorra la vergüenza de quedarse fuera del tercer encuentro, que se celebrará el 8 de noviembre en Miami. Uno de los patrocinadores de ese debate es la Coalición Judía Republicana.
A pesar de su larga experiencia en política y sus simpatías con el electorado evangélico, Pence estaba teniendo problemas para recaudar dinero, una de las fortalezas que todo aspirante a la Casa Blanca debe mostrar en la carrera. Pence tenía en septiembre en el banco 1,1 millones de dólares y una deuda que rondaba los 620.000 dólares. Otros aspirantes, como Ron DeSantis, el gobernador de Florida, y Nikki Haley, quien fue la embajadora de Trump ante la ONU y quien se disputa con DeSantis el segundo puesto. Haley ha sido este sábado la única entre los aspirantes que le ha dedicado un mensaje a Pence tras su salida. “Ha sido un buen servidor público que ha defendido a este país y ha luchado por Israel, tenemos una deuda con él”, dijo Haley. Ni DeSantis ni Trump dedicaron una sola palabra a Pence.
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