Biden anuncia más ayuda militar para Ucrania en su reunión con Zelenski en la Casa Blanca
La nueva partida, de 305 millones de euros, se presenta cuando los legisladores republicanos se muestran cada vez más reacios a dar luz verde en la Cámara de Representantes a la asistencia a Kiev
El Gobierno de Estados Unidos ha aumentado su apuesta militar por Ucrania. Este jueves, en su reunión en la Casa Blanca con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, el presidente Joe Biden ha anunciado un nuevo envío de ayuda militar al país invadido por Rusia, por valor de 325 millones de dólares (305 millones de euros), y declarado que los primeros tanques Abrams prometidos a comienzos de año estarán la próxima semana en manos de Kiev. “He aprobado hoy el nuevo tramo de asistencia de seguridad a Ucrania, que incluye más artillería, más munición, más armamento antitanque y la semana próxima los primeros Abrams se entregarán a Ucrania”, ha anunciado Biden tras una reunión a solas con Zelenski y al comenzar una segunda sesión, esta vez acompañados de sus respectivos equipos de asesores.
“También estamos centrados en reforzar las capacidades de defensa aérea de Ucrania para proteger la infraestructura crítica que aporta luz y calefacción durante los días más fríos y oscuros del año”, ha agregado el presidente estadounidense. Por su parte, Zelenski ha expresado su agradecimiento por el nuevo envío de asistencia, “exactamente lo que nuestros soldados necesitan ahora mismo”.
La reunión, y el nuevo anuncio de asistencia, se producía en una jornada en la que quedaron expuestas las diferencias entre los demócratas y el grupo más conservador de los republicanos en torno a la asistencia estadounidense a Ucrania. Aunque ese ala dura es minoritaria, lo exiguo de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes les otorga una influencia desproporcionada, pues el presidente de esa cámara, Kevin McCarthy, necesita sus votos para sacar adelante sus iniciativas; o incluso para mantener su propio puesto. Y esa facción es cada vez más renuente a aprobar ayuda a Ucrania, ante la prolongación de la guerra. El Gobierno estadounidense busca la aprobación de una nueva partida presupuestaria de 24.000 millones de dólares para el país invadido, pero los legisladores de este grupo ya han expresado su resistencia.
Preguntados ambos presidentes sobre las perspectivas de que el Capitolio apruebe la ayuda a Ucrania, Biden respondió que “cuento con el sentido común del Congreso. No hay alternativa”.
La Casa Blanca demócrata recibió al mandatario y a su esposa, Olena, con toda pompa en una ceremonia en su pórtico ―no en los jardines del sur, al no tratarse de una visita de Estado―, preludio a una larga reunión con el presidente Joe Biden, primero a solas y después rodeados de sus asesores, para tratar la situación del conflicto sobre el terreno y la ayuda militar, económica y humanitaria de Estados Unidos a Kiev. “Estoy en Washington para fortalecer nuestra coalición para defender las familias y los niños ucranios, nuestros hogares, libertad y democracia en el mundo”, aseguraba Zelenski a su llegada a la residencia presidencial.
Inmediatmente antes, el Pentágono trataba con Zelenski las necesidades militares a corto y largo plazo, especialmente sobre la posible cesión de sistemas de misiles tácticos ATACMS, que Kiev asegura necesitar con urgencia para garantizar el éxito de su contraofensiva. “El secretario Lloyd Austin reafirmó el apoyo de Estados Unidos a Ucrania aportó una actualización sobre cómo la asistencia de seguridad de EE. UU. responde a las necesidades más urgentes de Ucrania... ambos también abordaron las necesidades a largo plazo”, indica un comunicado de Defensa.
“Sin ayuda, perdemos la guerra”
La jornada del mandatario ucranio había comenzado con una visita al Congreso. En el Senado, de mayoría demócrata, el centenar de legisladores le acogía con honores para escuchar su apasionado llamamiento a que continúe la ayuda estadounidense en el conflicto. “Zelenski nos ha dicho: ‘Si dejamos de recibir ayuda, vamos a perder la guerra”, indicaba el líder de la mayoría demócrata en el Senado, el demócrata Charles Schumer, tras la sesión plenaria de esta cámara con el presidente ucranio
Del otro lado, los republicanos ―con mayoría en la Cámara de Representantes― vetaban, según el medio digital Punchbowl News, que Zelenski pronunciara un discurso ante ambas cámaras del Congreso, como sí hizo en su anterior visita, en diciembre. Además, un grupo de congresistas de los conservadores enviaba una carta a la Casa Blanca, horas antes de la visita del líder ucranio, para pedir que Washington cierre el grifo de las ayudas al país.
“¿Cómo va la contraofensiva? ¿Están los ucranios más cerca de la victoria que hace seis meses? ¿Cuál es nuestra estrategia, y cuál el plan de salida del presidente? ¿Cómo define la Administración la victoria en Ucrania? Aprobar nuevos fondos sin conocer las respuestas a estas preguntas sería una dejación absurda de la responsabilidad del Congreso”, apuntan los legisladores.
Zelenski se reunió con McCarthy, el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes Hakim Jeffries, presidentes republicanos de comités y legisladores de la minoría demócrata, en una visita que él mismo describió como “muy importante”. Necesita apuntalar el apoyo de ambos partidos políticos en Estados Unidos, especialmente ante la perspectiva de una guerra larga y con elecciones presidenciales en noviembre de 2024, cuyo resultado puede cambiar el signo político en la Casa Blanca, ahora demócrata.
Durante el primer año de la guerra, el llamamiento de Zelenski encontró oídos receptivos entre los legisladores estadounidenses, tanto republicanos como demócratas. Así, Estados Unidos ha enviado a Kiev cerca de 75.000 millones de dólares en sucesivos paquetes de asistencia militar, económica y humanitaria desde el comienzo de la invasión rusa en febrero de 2022. Pero después de que los republicanos lograran el control de la Cámara de Representantes, las tornas han cambiado.
Frustrados por lo que consideran escasos progresos en una guerra a la que no se le atisba el fin, el grupo de legisladores más a la derecha se presenta cada vez más reacio a aprobar nuevas partidas de ayuda a un país que consideran ajeno y que creen que ya ha recibido suficiente. Ese dinero, alegan, debería invertirse en Estados Unidos para beneficiar a ciudadanos estadounidenses.
El gran reto para él llega la semana próxima, cuando el día 30 el Congreso debe aprobar la medida presupuestaria en la que se incluye la partida de 24.000 millones de dólares para Ucrania, o provocar el cierre de las agencias gubernamentales por falta de fondos. El ala dura republicana insiste en que no dará su visto bueno a esa asignación.
Grietas republicanas
Incluso en el Senado, las grietas entre los republicanos son evidentes. El senador republicano de Misuri Josh Hawley aseguraba tras el miércoles, tras una sesión informativa confidencial: “Si hay un camino hacia algo que se pueda llamar una victoria, no oí hablar de él”. Sin embargo, su colega de bancada, el senador Lindsey Graham, subrayaba que “si uno estaba en esa presentación y salió creyendo que lo que hacemos en Ucrania no afecta a nuestros intereses de seguridad nacional en el mundo, es que literalmente tenía las orejas tapadas”.
El Gobierno estadounidense insiste en que mantendrá su asistencia a Ucrania “con todo lo que necesite y el tiempo que haga falta”. Considera que una derrota de Kiev tendría graves consecuencias contra sus intereses y los de sus aliados en el resto del mundo, algo que reiteraba Biden el martes en la Asamblea General de la ONU. Washington apunta, entre otras cosas, a una Rusia a las puertas de la Unión Europea. Pero también a China, al asegurar que Pekín vigila muy de cerca el comportamiento de EE UU en Ucrania, que percibe como una hoja de ruta a lo que ocurriría en el Pacífico en caso de ataque a Taiwán.
“Es fundamental que se apruebe la nueva partida de asistencia”, señalaba el miércoles el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby. “Si crees que el coste de apoyar a Ucrania ya es alto, imagina lo desorbitado que será, en sangre y finanzas, si simplemente nos vamos y le dejamos [al presidente ruso, Vladímir Putin] tomar Ucrania. Entonces, el coste de defender la soberanía y la integridad territorial será bastante más caro en dinero y sangre, incluida sangre estadounidense”..
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