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El fiscal de Texas se juega el futuro en un ‘impeachment’ que saca a la luz su infidelidad

El republicano Ken Paxton enfrenta 20 acusaciones de corrupción, abuso de autoridad y obstrucción de la justicia en el primer proceso de este tipo en el Estado en más de un siglo

Luis Pablo Beauregard
Ken Paxton
El fiscal de Texas, Ken Paxton, en una conferencia de políticos republicanos organizada en Dallas, en agosto de 2022.BRIAN SNYDER (REUTERS)

Este martes ha iniciado en Texas el impeachment al fiscal del Estado, Ken Paxton. El juicio político promete convertirse esta semana en un evento de alto voltaje en el bastión republicano. Es el primer proceso en más de un siglo contra una de las autoridades más importantes de la entidad. Además, amenaza con convertirse en un culebrón público, pues sacará a la luz la infidelidad de Paxton, un cristiano ultraconservador de 60 años que ha lanzado una cruzada contra el aborto y en favor de la propiedad de armas, en un caso que lo acusa de corrupción, obstrucción de la justicia y tráfico de influencias. De ser hallado culpable, Paxton perderá el empleo para el que fue electo en 2015 y será sancionado.

El impeachment contra Paxton arrancó la mañana del martes en el Capitolio de Austin. La acusación del funcionario consta de 20 artículos que lo acusan de haber favorecido a un destacado empresario que donó 25.000 dólares a su campaña en 2018. Paxton se encuentra temporalmente suspendido de sus funciones desde mayo y perderá el cargo definitivamente si 21 de los 31 senadores (19 republicanos y 12 demócratas) que se erigen jurado del proceso lo encuentran culpable. Entre los legisladores está la esposa de Paxton, la senadora Angela Paxton, quien podrá escuchar los argumentos de la acusación, pero no tendrá derecho a voto ni a participar en las deliberaciones a puerta cerrada.

Paxton se ha declarado este martes no culpable de los cargos que le formuló un comité especial de la Cámara de Representantes local. Su defensa ha intentado quitarse de encima la acusación asegurando que no existen evidencias de mala conducta del fiscal estatal, un destacado político de larga carrera que fue congresista y senador de Texas entre 2003 y 2015.

A pesar de la mayoría republicana en la cámara alta, los senadores rechazaron las mociones para descarrilar el proceso. A lo largo de 16 rápidas rondas de votaciones, Paxton solo sumó el apoyo de diez legisladores del partido conservador. Donald Trump Jr., el hijo del expresidente Trump, quien enfrentó dos juicios políticos, mandó un mensaje de respaldo al fiscal, un apasionado trumpista. “Ken sobrevivirá y seguirá combatiendo el pantano en Texas para poner a América sobre todas las cosas”, escribió en la red social X.

Los senadores dejan claro con los votos de esta mañana que están listos para escuchar los testimonios de los testigos convocados por la acusación y la defensa. Estos desfilarán por el Capitolio a lo largo de las próximas dos semanas para contar su versión de los hechos. El caso está contenido en unas 4.000 páginas reunidas por el comité especial. La investigación recibió en mayo un amplio respaldo en la Cámara de Representantes cuando 121 legisladores votaron en favor de seguir con el proceso. Solo 23 congresistas votaron en contra. El juez será Dan Patrick, el vicegobernador de Texas, también republicano. Se han nombrado 12 administradores del juicio, siete republicanos y cinco demócratas. Todos menos uno son abogados.

En el centro de la acusación contra Paxton está el empresario Nate Paul, un desarrollador inmobiliario que tiene como base de operaciones Austin, la capital texana. La acusación contra el fiscal general se origina por la rebelión de ocho abogados de la Fiscalía, quienes acudieron al FBI a demandar a su jefe amparados por una ley que fomenta la denuncia en casos de corrupción. Nate Paul fue detenido por las autoridades el 8 de junio.

De acuerdo a este grupo de fiscales díscolos, Paxton violó la ley para dar ventaja a Nate Paul en una serie de investigaciones federales que el FBI abrió en 2019 contra el empresario por fraude. Paxton eligió a un abogado externo sin experiencia, Brandon Cammack, como fiscal especial. Este llevó a cabo pesquisas en busca de información que en realidad tenía como destino final las oficinas de Paul, señalado por haber falseado información para obtener préstamos bancarios por 170 millones de dólares. Cammack recabó correos electrónicos, registros telefónicos y documentos oficiales de los rivales de Paul para que este estuviera un paso adelante en los procesos que se le seguían.

A cambio, dice la acusación, Paul pagó en 2020 los gastos de renovación de la casa de Paxton en Austin. El funcionario había adquirido la residencia en 2018 por un millón de dólares. Ese mismo año, el empresario donó 25.000 dólares a su campaña de reelección. Paxton fue electo en 2015 para sustituir a Greg Abbott, el actual gobernador de Texas.

“Su obsesión con cualquier cosa relacionada a Nate Paul era tan obvia que me sorprendió”, afirmó James Brickman, uno de los fiscales que informaron al FBI sobre la conducta de su jefe. La declaración consta entre los miles de documentos de la acusación.

Empleo para la amante del fiscal

La acusación contra Paxton tiene un ángulo personal. Entre los favores supuestamente recibidos por el fiscal está que Paul empleó a Laura Olson, una mujer con la que el fiscal tuvo una relación extramarital. Los administradores del impeachment afirman que el abogado cometió varias irregularidades en su esfuerzo por mantener la infidelidad en secreto con la esperanza de no dañar su trayectoria política, cimentada en una base votante de cristianos ultraconservadores.

Paul ofreció trabajo en su inmobiliaria a Olson en junio de 2022. Antes de esto, la mujer había colaborado en el equipo de la senadora estatal republicana Donna Campbell. El empresario admitió en una de las declaratorias judiciales que contrató a Olson por recomendación de Paxton con un sueldo de 65.000 dólares. El nuevo trabajo requería que Olson se mudara a Austin, lo que los administradores de la acusación consideran que fue una exigencia para que Paxton tuviera a su amante en la misma ciudad.

Los medios locales afirman que Paxton admitió en 2018 que había tenido esta aventura. Lo reconoció ante un pequeño grupo de colaboradores de la Fiscalía en compañía de su esposa. Afirmó entonces que había puesto punto final. El comité especial del Congreso cree que esto fue mentira y que la relación siguió varios meses. La empresa de Paul creó un usuario falso en Uber para facilitar que la pareja se encontrara clandestinamente. El fiscal también utilizó teléfonos móviles desechables para seguir en contacto con Olsen, una mujer que tiene dos hijos y suma cuatro divorcios. Esta historia se hará pública en una serie de testimonios que prometen poner entre la espada y la pared a uno de los políticos más poderosos de Texas.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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