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El presidente bávaro mantiene en el puesto a su segundo pese al escándalo del panfleto nazi

Markus Söder, líder de la CSU, rechaza cesar a su socio de Gobierno Hubert Aiwanger al asegurar que sería “desproporcionado” cuando no hay pruebas de que fuera el autor del texto antisemita escrito hace 35 años

Elena G. Sevillano
El presidente de Baviera, Markus Söder, este domingo durante una comparecencia ante la prensa sin preguntas en Múnich.
El presidente de Baviera, Markus Söder, este domingo durante una comparecencia ante la prensa sin preguntas en Múnich.LOUISA OFF (REUTERS)

El escándalo que ha provocado en Alemania la noticia de que el vicepresidente bávaro, Hubert Aiwanger, distribuyó en su juventud un panfleto antisemita con lenguaje nazi se zanja de momento sin dimisión ni cese. El presidente bávaro, el conservador Markus Söder, anunció este domingo que mantiene en el cargo a su número dos, que además es ministro de Economía de este land y líder del partido Electores Libres (Freie Wähler), con el que gobierna en coalición la Unión Social Cristiana (CSU) de Söder.

Baviera, el segundo Estado federado más poblado de Alemania, celebra elecciones el próximo 8 de octubre. El escándalo, que estalló hace una semana, ha sacudido la precampaña electoral y escandalizado a un país que castiga con dureza cualquier manifestación de antisemitismo. Para Söder, “el asunto está cerrado”. No va a prescindir de su vicepresidente porque asegura que cesarle sería una respuesta “desproporcionada” a un hecho que, por ahora, consiste en la distribución del panfleto hace 35 años, cuando Aiwanger estudiaba en el instituto. No hay pruebas, ha asegurado Söder en una breve comparecencia sin preguntas, de que fuera el autor del panfleto.

El líder bávaro, que se enfrenta a unas elecciones complicadas, con una intención de voto del 39%, muy lejos de la mayoría absoluta, había emplazado a Aiwanger a responder por escrito a 25 preguntas sobre el panfleto, una hoja manuscrita reproducida por el diario muniqués Süddeutsche Zeitung. Lo hizo durante el fin de semana. Las respuestas parecen haberle convencido de que los hechos no son tan graves como para echarle del Gobierno. Aiwanger, aseguró Söder durante la rueda de prensa, se ha disculpado por lo ocurrido. Eso sí, lo ha hecho “tarde”, precisó, en la única crítica evidente al comportamiento de su socio, con el que confía en poder reeditar la coalición.

Los hechos ocurrieron durante el curso escolar 1987-1988, cuando el adolescente Aiwanger cursaba secundaria. Los profesores encontraron en su mochila una hoja escrita a máquina en la que hacía bromas macabras con el Holocausto. Simulando un concurso ficticio para encontrar al “mayor traidor a la patria”, proponía como primer premio al ganador “un vuelo gratis a través de la chimenea de Auschwitz”, en referencia al campo de exterminio donde los nazis asesinaron a más de un millón de personas, la mayoría judíos.

El vicepresidente de Baviera y líder de los Votantes Libres, Hubert Aiwanger, fotografiado con un halcón en un acto público este domingo.
El vicepresidente de Baviera y líder de los Votantes Libres, Hubert Aiwanger, fotografiado con un halcón en un acto público este domingo.LOUISA OFF (REUTERS)

Aiwanger ha negado ser el autor del panfleto y se ha disculpado por “herir sentimientos”, pero no ha aclarado qué papel jugó en su distribución ni ha confirmado quién lo escribió. Su hermano mayor, Helmut, se ha atribuido la autoría, ha pedido perdón y ha explicado que cuando lo escribió pasaba por un mal momento porque había suspendido los exámenes. El líder de los Votantes Libres tampoco ha aclarado si en su adolescencia tenía simpatías nazis, algo de lo que le han acusado varios excompañeros suyos, que han relatado que hacía el saludo nazi y que ensayaba los discursos de Hitler ante el espejo. En su momento, Aiwanger fue castigado en el instituto a preparar una presentación sobre el Tercer Reich.

Además de su disculpa tardía, en Alemania ha causado indignación la falta de claridad del vicepresidente bávaro, que en lugar de dar explicaciones dedicó su comparecencia de la semana pasada a denunciar ser víctima de una caza de brujas. Ante la prensa, pero sin aceptar preguntas, dijo que no es antisemita “desde la edad adulta”, una frase que más de uno ha leído como una confesión de su filonazismo en la adolescencia.

Las encuestas muestran un panorama en el que la CSU, el partido hermano de los democristianos de la CDU, necesitará un socio para formar Gobierno a partir del 8 de octubre. Con la ultraderecha de Alternativa para Alemania excluida por el cordón sanitario que le aplican todos los partidos democráticos, solo tiene dos opciones: repetir con los Votantes Libres, su opción favorita, o tratar de convencer a Los Verdes. Pero esta última opción está prácticamente descartada por ambos lados. La CSU, partido más a la derecha que la CDU, no tiene nada en común con los ecologistas, a los que muchos de sus votantes consideran demasiado de izquierdas. Un mal resultado de los Votantes Libres, que en los últimos sondeos contaban con un 13-14% de los apoyos, pondría en apuros a Söder.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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