Nuevos planes de defensa, China, cables submarinos: otras claves de la cumbre de la OTAN más allá de la relación con Ucrania
Los aliados aprueban que el gasto en defensa sea al menos un 2% del PIB y el inicio de una reflexión sobre las amenazas del flanco sur
La cumbre de la OTAN en Vilnius está marcada por la relación entre los aliados y Ucrania, con el foco puesto sobre todo en el camino para una futura adhesión de Kiev. Pero el comunicado final aprobado este martes por los 31 líderes contiene conclusiones relevantes también en otros aspectos. Sigue un resumen de las principales:
Planes regionales
Los aliados han aprobado una “nueva generación de planes regionales”, documentos que perfilan los mecanismos de disuasión y defensa ante distintas amenazas. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, señaló que se trata de la reformulación de los planes de defensa más sustancial desde el fin de la Guerra Fría. Los planes, como adelantó EL PAÍS, están divididos en tres áreas geográficas, que buscan hacer frente a las principales amenazas para la Alianza: Rusia y el terrorismo. Los nuevos planes cubren, además, cinco dominios de eventuales amenazas y ataques, convencionales o híbridos: aéreo, terrestre, marítimo, espacial y cibernético. Además, la estrategia, de más de 4.000 páginas clasificadas como secretas, describen las tareas de cada uno de los 31 aliados, con áreas específicas a proteger y dan cuenta de qué equipo se puede emplear para ello.
Gasto militar
Las conclusiones de la cumbre también han formalizado una renovada ambición en materia de inversiones en defensa. En 2014, los aliados aprobaron un comunicado según el cual los miembros de la OTAN que no gastaban un 2% de su PIB en defensa se comprometían a avanzar hacia ese objetivo para cumplirlo en una década, que se cumplía el año próximo. Ahora, el compromiso pasa a ser invertir “al menos” el 2% del PIB. Stoltenberg ha recalcado durante la cumbre el fuerte avance del gasto, con una proyección según la que las inversiones de los miembros europeos de la OTAN y Canadá avanzarán un 8% en 2023 con respecto al año anterior.
China
El auge del gigante asiático, con características que gran parte de los aliados consideran inquietantes por su asertividad y rasgos represivos, ha entrado de forma tangible en el radar de la Alianza Atlántica. La OTAN incluyó a China en el concepto estratégico aprobado en la cumbre de Madrid del año pasado. En Vilnius, los aliados señalan que trabajan juntos “para encarar los desafíos sistémicos” que China presenta, reforzando su resiliencia ante ellos. “Defenderemos nuestros valores comunes y un orden internacional basado en reglas, incluida la libertad de navegación [marítima]”, señala el comunicado.
Los socios tienen divergencias acerca de cuánto se debe activar a la alianza ante China, con Estados Unidos muy interesado en lograrlo y en establecer una fuerte conexión con democracias asiáticas, mientras que los países europeos, con Alemania y Francia a la cabeza, son reticentes. Pero el comunicado reafirma claramente que China ha entrado en el horizonte de la OTAN.
Flanco sur
El comunicado también contiene una referencia al flanco sur, cuestión de máximo interés para países como España o Italia. La referencia reconoce el alto nivel de inestabilidad de las regiones del Sahel, del Norte de África y Oriente Próximo. Y señala que Rusia intenta alimentar tensiones allí. Con esa premisa, los aliados han acordado encargar al Consejo del Atlántico Norte, su órgano de representación, el lanzamiento de una “profunda reflexión sobre amenazas y desafíos existente y emergentes, así como las oportunidades de conexión con naciones socias u otros actores relevantes”.
Adhesión de Suecia
El comunicado también da la bienvenida, formalizándolo, al acuerdo alcanzado el lunes por la noche entre Turquía y Suecia para que Ankara levante su veto a la adhesión de Estocolmo. A la vista del historial de Recep Tayyip Erdogan, algunos han preferido mantener un punto de prudencia ante el compromiso asumido por el líder turco, ante un proceso que de todas formas necesita el paso de la ratificación por parte del Parlamento turco. Pero la manera en la que se anunció el acuerdo, y la inclusión de una referencia a ello en el comunicado final, configuran un escenario que hace realmente improbable una marcha atrás de Erdogan.
Infraestructuras estratégicas
El comunicado también pone el foco en la creciente concienciación de la fragilidad de ciertas infraestructuras clave, entre ellas los tendidos submarinos. La amenaza a esta infraestructura, creen los aliados, “es real y en desarrollo”. Por ello, precisan que todo “ataque deliberado contra infraestructuras críticas de los aliados provocará una respuesta unida y determinada”. Asimismo, han decidido establecer un Centro Marítimo de la OTAN para la Seguridad de Infraestructura Submarina Crítica. También han decidido montar una red que conecte a la OTAN, los aliados, el sector privado y otros actores relevantes para mejorar el flujo de información en esta materia.
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