Al menos cuatro muertos en un atentado en un asentamiento israelí en Cisjordania
El ataque, perpetrado por dos palestinos, aumenta la posibilidad de que Israel lance una amplia operación terrestre en la zona
Al menos cuatro personas han muerto este martes en un asentamiento judío de Cisjordania en un atentado perpetrado por palestinos que acerca la posibilidad de que Israel lance una gran operación militar terrestre en el norte de este territorio ocupado, como han reiterado varios ministros y líderes colonos tras el ataque.
El atentado, que ha dejado también cuatro heridos, se ha producido en una gasolinera que alberga un restaurante de humus a la entrada de Eli, una colonia entre las ciudades cisjordanas de Ramala y Nablus. El lugar es relevante, ya que no está dentro del protegido asentamiento, sino justo al borde de la carretera 60, que atraviesa Cisjordania en vertical y utilizan por igual israelíes y palestinos. “No puede ser que el mismo palestino que no tiene permiso para entrar en Tel Aviv pueda llegar hasta aquí. Es la carretera que usan cientos de miles de israelíes que el Estado ha asentado aquí. No puede ser que ese terrorista salga de Nablus”, declaraba en el lugar Orit Struck, ministra de Misiones Nacionales del partido Sionismo Religioso. En los accesos a las localidades palestinas desde la carretera se podían ver grupos de soldados y vehículos militares.
Los dos atacantes llegaron en coche a la gasolinera, entraron en el restaurante y abrieron fuego contra quienes allí se encontraban. Mataron a tres personas. Luego salieron y acabaron con la vida de una cuarta en la gasolinera.
Un civil armado mató a uno de los dos atacantes en un tiroteo en el que resultó herido, según ha contado desde el hospital. El cadáver yacía cubierto con una lona negra a escasos metros de los surtidores. El movimiento islamista Hamás ha confirmado que pertenecía a su brazo armado, las Brigadas de Ezedín Al Qasam.
El segundo palestino logró escapar con un vehículo, por lo que las fuerzas de seguridad israelíes ordenaron inicialmente a los habitantes de Eli que permaneciesen en sus casas y cortaron el tráfico en la carretera 60. Dos horas más tarde, anunciaron que fue abatido cerca de la localidad palestina de Tubas, con el arma aparentemente empleada en el ataque, y se restauró el movimiento en la carretera. Según el diario Haaretz, ambos atacantes habían cumplido condena en el pasado a la vez en la misma sección de alta seguridad de una cárcel.
Tres de las víctimas mortales han sido identificadas. Son ciudadanos israelíes, de 18, 21 y 60 años. Dos de ellos viven en la misma colonia de Eli. En el lugar se podía ver a los servicios de emergencia limpiar las manchas de los cristales del restaurante y un impacto de bala en la tienda de la gasolinera. Hay también señalada en el suelo más de una veintena de casquillos de bala.
Es el segundo ataque palestino más mortífero del año, después del que acabó con la vida de seis israelíes y una ucrania el pasado enero en las inmediaciones de una sinagoga en Neve Yaakov, un asentamiento del término municipal de Jerusalén.
Ambos tienen similitudes. El de Neve Yaakov se produjo justo después de una incursión militar israelí en Yenín que dejó 10 muertos. El de este martes, tras otra redada, de nueve horas y en la misma ciudad, en la que murieron cinco palestinos y en la que, por primera vez desde la Segunda Intifada (2000-2005), las Fuerzas Armadas israelíes abrieron fuego desde un helicóptero.
En enero, decenas de extremistas radicales vengaron entonces el atentado en la localidad palestina de Huwara, donde mataron a un palestino e incendiaron decenas de casas y vehículos. Este martes se han producido llamamientos similares y en las redes sociales circulaban a última hora de la tarde vídeos de ataques con piedras y quema de vehículos allí. El presidente israelí, Isaac Herzog, ha pedido “especialmente” a los residentes de los asentamientos “responsabilidad y solidaridad”. La zona vive un pico de violencia, con 134 palestinos muertos en Cisjordania y 25 israelíes en lo que va de año.
También este atentado ha ido seguido de llamamientos a lanzar una gran operación militar que implique la presencia de tropas sobre el terreno, así como de retomar los asesinatos selectivos desde el aire, como los de la Segunda Intifada. Con la diferencia de que la presión sobre el Ejército para efectuarla es mayor ahora y, según medios locales, ha ido cambiando de opinión y se muestra cada vez más favorable. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha afirmado este martes, sin entrar en detalles, que “todas las opciones están sobre la mesa”, y se ha reunido con el gabinete político y de seguridad.
En el lugar del atentado, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, del partido ultraderechista Poder Judío, ha subrayado que “ha llegado el momento de lanzar una campaña militar” y reiterado su petición de que la Fuerza Aérea retome los asesinatos selectivos y el Parlamento apruebe una propuesta para aplicar la pena de muerte por actos de terrorismo contra israelíes. Israel Katz, ministro del partido que lidera Netanyahu, el Likud, ha subrayado que el Ejecutivo al que pertenece tiene la obligación de “exterminar el terrorismo”, mientras que otro diputado de la misma formación, Danny Danón, ha insistido en que la cuestión no es ya la necesidad de lanzar la operación, sino si solo en el norte (considerado el bastión de las milicias) o también en otras partes de Cisjordania. “Si no vamos a buscarlos a sus casas, vienen a una gasolinera”, ha declarado a la radio pública.
“Vemos que el enemigo está levantando la cabeza y tenemos que bajársela”, ha dicho en la misma línea Shlomo Neeman, el líder de Yesha, el consejo que agrupa a los colonos. Neeman ha pedido impedir las entradas y salidas de aquellas localidades palestinas en las que hoy se festeje el atentado. Eliana Passentin, portavoz del Consejo Regional de Binyamina, al que pertenece Eli, señalaba en la gasolinera que el Ejército israelí “tiene derecho a hacer todo lo necesario para acabar con el terrorismo y que el mundo se limite a comprenderlo”.
Coincidía Mijael Fadida, residente en Eli de 22 años que observaba el lugar del atentado desde un montículo: “Está claro que hace falta una operación grande. Dos Estados no va a haber en esta tierra, así que es o ellos, o nosotros. Y, al igual que en la naturaleza, aquí gana el más fuerte”.
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