Corea del Norte hace la mayor exhibición de misiles con capacidad nuclear y muestra a la posible heredera de Kim Jong-un
La presencia de una hija del dictador norcoreano durante unos fastos militares suscita hipótesis sobre su nombramiento como sucesora
Tras un 2022 de intenso frenesí balístico, Corea del Norte ha arrancado 2023 con el mismo espíritu. Este miércoles, durante una marcha militar celebrada en Pyongyang para conmemorar los 75 años de la fundación del Ejército Popular de Corea, el régimen comunista exhibió en torno a una docena de misiles intercontinentales —un despliegue nunca visto hasta ahora— proyectiles nucleares tácticos de corto alcance y lo que algunos analistas sospechan que podría ser la lanzadera para un novedoso cohete de combustible sólido, un arsenal que muestra “la tremenda capacidad de ataque nuclear” del país, según destaca en su laudatoria crónica la prensa oficialista.
Pero en los fastos, organizados en la plaza de Kim Il-sung —el fundador de la República Democrática de Corea Del Norte y abuelo del actual dictador, Kim Jong-un— hubo algo más: en varias de las imágenes difundidas por los medios estatales se encuentra en el centro, protagonizando la escena, la hija de Kim. La niña, que tendría 10 años y podría llamarse Kim Ju-ae, también apareció en fotografías de un banquete, sentada entre su padre y su madre, Ri Sol-ju, la esposa de Kim. La hija viste de forma sobria y elegante y el padre aparece feliz a su lado, sonriente y con un cigarrillo entre los dedos.
Aunque se sabe poco de la descendencia del hombre que rige con puño de hierro los designios norcoreanos, la inteligencia de la vecina Corea del Sur afirma que ha tenido tres hijos con su esposa, los cuales tendrían en la actualidad 13, 10 y 6 años. Se cree que la niña de las imágenes sería la mediana. Su nombre nunca ha sido mencionado oficialmente por los medios estatales, pero el excéntrico exjugador de la NBA Dennis Rodman, que ha visitado Corea del Norte en varias ocasiones aseguró, tras un viaje en 2013, haber conocido a una hija llamada Ju-ae, que entonces era un bebé al que tuvo entre sus brazos.
En noviembre, la pequeña tuvo una primera aparición pública, durante el lanzamiento con éxito del mayor misil intercontinental del régimen. Algunas de las fotos de aquella prueba balística eran de un extraño simbolismo: salían ambos, dictador y potencial heredera, caminando de la mano como haría cualquier padre con su hija, pero con un inmenso cohete como decorado de fondo, el Hwasong-17, apodado El Monstruo. Desde entonces, ha vuelto a aparecer en varias ocasiones, abriendo la puerta a la especulación sobre una posible sucesión.
“Bajo mi punto de vista, Kim Jong-un quiere demostrar que su hija es la posible futura heredera, lo cual quiere decir que la dinastía de los Kim no acabaría con él, y continuaría en el futuro”, señala Ramón Pacheco Pardo, profesor titular del King’s College de Londres y titular de la cátedra belga KF-VUB Corea de la Vrije Universiteit Brussel. “Creo que el mostrar a su hija también puede venir a demostrar que hay una lucha soterrada por ver qué Kim sustituiría a Kim Jong-un si le pasase algo; bien su hermana, Kim Yo-jong, o su hija Kim Ju-ae. La esposa de Kim Jong-un querría asegurarse de que es su hija”, añade.
La prensa estatal del régimen no da pistas. Pero sí traza una crónica grandilocuente del desfile militar. “En la plaza aparecieron las columnas de misiles balísticos intercontinentales que resonaron con los vítores entusiastas del pueblo llenos de orgullo y confianza en sí mismo, demostrando el notable desarrollo de la capacidad militar y la tremenda capacidad de ataque nuclear de la RPDC [República Popular Democrática de Corea]”, resume el diario oficialista Pyongyang Times. “La plaza estaba llena del alto espíritu de los combatientes de las unidades de misiles estratégicos preparados para cumplir su misión estratégica en cualquier momento, fieles solo a la orden del Líder”.
“Corea del Norte sigue en su proceso de intentar normalizar su programa armamentístico a ojos de la comunidad internacional”, dice el analista Pacheco Pardo sobre la exhibición de capacidad balística. “El mensaje sería que va a seguir mejorando su armamento, no va a esconder sus últimos desarrollos y Estados Unidos se tiene que acostumbrar a ello”.
En la parada militar, el régimen exhibió cinco transportadores erectores de lanzamiento similares al de los que cargan el mayor de los misiles balísticos intercontinentales norcoreanos (el Hwasong-17), pero que llevaban contendores dentro de los cuales se alojarían los cohetes de combustible fósiles, según el análisis de expertos citados por agencias. Este tipo de combustible permite una carga mucho más segura y rápida y evita que los proyectiles queden expuestos por mucho tiempo a ataques preventivos si los satélites y otros activos de vigilancia alertan de un lanzamiento potencial.
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